La España de todos

De vuelta a la concentración de Donaueschingen, todo parecía paz este sábado. Apenas once jugadores se entrenaban a medias en las instalaciones del SV Aasen entre la tranquilidad y el anonimato. No había ni rastro de la batalla de Stuttgart. Pero a nadie se le escapaba el tamaño de la gesta. Un partido ya inolvidable que entra en la lista de los tops en la historia del fútbol español. La Selección jamás había ganado a un anfitrión en un gran torneo. Y no era un organizador cualquiera. Alemania, tres veces campeona de la Eurocopa y cuatro de un Mundial, aceptó con gallardía la derrota ante un equipo joven y fresco que congregó en las pantallas a 11,7 millones de espectadores únicos en España. TVE consiguió una audiencia media de 8,2 millones de espectadores, lo que supuso una cuota de casi el 68%. Desde la final de la Eurocopa de 2012 (83,4%), la Selección no alcanzaba cuotas similares.

Es la España del tik-tok, claro, con Lamine y Nico como banderas que enganchan con los centennials (nacidos ya en el siglo XXI). Pero también es la Selección de los veteranos que, como Jesús Navas, vienen a hacer el último servicio con casi 39 años. Y de Carvajal, el hombre de los discursos en el vestuario. Con Rodri como prolongación de Luis de la Fuente en el campo, es un equipo que se ha ido cociendo a fuego lento y que terminó de fortalecerse en la semana de la Final Four de la Nations League que se jugó en Países Bajos hace un año.

El equipo ha cambiado. Gavi se rompió y Lamine y Nico todavía no habían entrado en erupción. Pero las huellas son las mismas. Un equipo reconocible en el que el seleccionador adoptó un discreto segundo plano que le ha beneficiado. Tomó las decisiones correctas, como la nacionalización de Le Normand para hacer pareja con Laporte; pero ha sabido mantener un hueco para Nacho. En Morata ha encontrado un capitán ejemplar capaz de introducir a los jóvenes en “la familia”, como le gusta decir a Luis de la Fuente. Detrás de él, Rodri, líder táctico en la sombra; Carvajal, Navas... Y Unai Simón, Laporte, Olmo o Fabián, que han ido ganando peso en el equipo. Esa buena atmósfera ha permitido que futbolistas que prácticamente no habían aparecido en escena, como Cucurella, hayan entrado como un guante. Con Alba de salida, Balde y Gayà lesionados, la FEF expresaba a principios de año una preocupación con el lateral izquierdo que, finalmente, no estaba justificada. Y la sensación de que no es un equipo de once jugadores. El año pasado, en la Nations, Joselu apareció en la semifinal contra Italia. El viernes, fueron Olmo y Merino los que, saliendo del banquillo, dieron el triunfo. España es el único equipo del torneo que amasa cinco MVP. Los cinco, distintos (Fabián, Nico, Ferran, Rodrigo y Olmo). Colectivismo y felicidad, la España de todos.

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