Jordi Quintillá: “Se respeta a España, firmarían un empate”

A Jordi Quintillá (Lleida, 1993) le encanta la Superliga. Concretamente, la suiza. Ha comenzado su séptima temporada en el país de los 1.500 lagos, una en el Basilea y seis en el St. Gallen, su actual club. Tanto le ha cautivado la vida entre montañas que su mujer y su hijo son suizos y él está completamente adaptado a la vida en uno de los territorios más caros del mundo. Canterano del Barcelona en su juventud, este centrocampista licenciado en Ciencias del Deporte y voraz lector radiografía para AS la ilusión de un país que es crisol de culturas, que ha hecho de la neutralidad su bandera y en el que conviven cuatro idiomas oficiales.

Bien en la Euro y mal en Dinamarca ¿Qué expectativas hay en Suiza?

El ambiente es de expectación. Están dolidos por la derrota en Copenhague porque no la esperaban y les ha hecho daño. En la Eucocopa el equipo estuvo muy bien y lo mejor es que el seleccionador, Murat Yakin, llevó a algunos chicos jóvenes para preparar el cambio generacional y funcionó. Eso ha gustado muchísimo porque ahora existe la convicción de que hay presente y futuro. Ha sido un cambio de tendencia porque Suiza solía llevar a una mayoría de veteranos, pero esta mezcla ha dado frutos.

¿Qué jóvenes son los que más entusiasmo han provocado?

Seguramente el que más Dan Ndoye, el delantero que juega en el Bolonia. Fue una gran sorpresa su buen rendimiento en Alemania. El otro es su compañero en el Bolonia Aebischer, aunque este no es tan joven. Ambos han tenido un papel protagonista inesperado y son los que aseguran el relevo cuando Xhaka, Shaqiri, Schär o Freuler ya no estén.

¿El líder indiscutible de la selección es Xhaka?

Sí. No hay duda sobre eso. Ha jugado muchísimos años en el Arsenal, ahora triunfa en el Leverkusen y es la gran referencia para los aficionados, periodistas y para los propios jugadores. Es el jefe. Diría que su principal escudero es Akanji.

¿Suiza notará mucho su ausencia por la roja en Copenhague?

Muchísimo. Será una gran ventaja para España. Es el faro del equipo y es uno de los nominados en la lista para el Balón de Oro. Su problema es que tiene mucho temperamento y se calienta muy rápido. En Dinamarca perdió los papeles y se autoexpulsó. Eso le ha generado siempre muchas críticas.

Suiza limita con cinco países y sus casi 9 millones de habitantes hablan cuatro idiomas ¿hay sentimiento de selección?

Lo hay, pero podríamos decir que Suiza es realmente una mezcla de países. Los ciudadanos se sienten identificados con alguna de las naciones limítrofes y comparten su idioma, pero en el deporte sí existe una unidad y un deseo común. Es un gran motivo para apoyar todos juntos al país.

¿Qué idioma se habla en el vestuario de la selección?

El combinado nacional es una prolongación de la sociedad suiza y en las concentraciones se habla francés, italiano y alemán, más el dialecto suizo-germano y albanés por los jugadores de origen albanés como Xhaka y Shaqiri. Es una mezcla enorme de culturas.

¿Cómo se entienden entre ellos?

En alemán convencional, no en el dialecto suizo-alemán. La mayoría de jugadores de la selección provienen de esa zona y el seleccionador, aunque tiene origen turco, también. Creo que no hay ningún jugador ahora de procedencia italiana y los más apegados al francés no entienden el dialecto, pero deben hacer un esfuerzo por entender el alemán convencional que utiliza la mayoría.

¿Cómo se ve a La Roja en Suiza?

Como la mejor selección. El respeto es enorme. Todos saben que es una de las mejores selecciones del mundo. Yo vi la Eurocopa con los suizos y ellos querían que ganase España cuando se enfrentó a Alemania o a Inglaterra porque su juego genera adhesiones. Era como su segundo equipo.

¿Hay pique con su mujer?

Claro. Ella va a tope con Suiza. Ahora lo importante es conseguir que mi hijo, que tiene un año, se venga a mi bando. Tengo que ganarlo para la causa. Yo creo que lo conseguiré. Con los éxitos recientes lo tendré más fácil que ella para convencerle.

¿Qué jugadores españoles atraen más la atención de los suizos?

Rodri es un fenómeno, pero se habla más de Lamine y Nico, por lo que destacaron en la Eurocopa, y de Dani Olmo, porque aquí se sigue mucho la Bundesliga y él ha estado varios años jugando en Alemania.

¿Existe la convicción de ganar a España?

Bueno, hay esperanza, pero la gente no confía demasiado y sin Xhaka y tras lo visto en Copenhague el entusiasmo se ha desvanecido un poco. Una cosa es lo que piensen los futbolistas, que saldrán a ganar, obviamente, pero la afición en general le tiene mucho respeto a España y no están demasiado confiados.

Si se hace una macroencuesta ¿firmarían el empate?

Seguro 100% que firmarían un empate.

¿El fútbol es el deporte más seguido en Suiza?

Junto al esquí. También gusta el hockey hielo, que tiene muchos adeptos, pero fútbol y esquí están por delante.

Usted aún no ha jugado en LaLiga ¿es un objetivo?

Para ser sincero es un deseo, pero no es un objetivo. He renovado hasta 2028 con el St. Gallen y veo mi futuro a largo plazo más en Arabia que en España. Sé el nivel que tengo y me estaría mintiendo si dijese que ir a LaLiga es un objetivo. Es un sueño y un deseo, pero nada más. Me encantaría, pero lo veo realmente complicado. Con 30 años, tendría que deslumbrar muchísimo para que algún club español de Primera quisiera contratarme. Soy consciente que las grandes ligas buscan a jugadores más jóvenes y con más posibilidad de venderlos luego.

Usted coincidió en Barcelona con Sergi Roberto, Rafinha, Luis Alberto y Grimaldo ¿quién era el crack de aquella generación?

Es difícil decirlo porque había muchos muy buenos. Recuerdo que Luis Alberto llegó como villano, porque casi nadie lo conocía, y se fue como héroe. No jugó los primeros partidos con el Barça B, pero luego la reventó y se fue al Liverpool. Sergi Roberto y Rafinha estaban ya cerca del primer equipo. Grimaldo y Sergi Gómez tenían también un nivel impresionante. Era un gran equipo sin una súper figura que destacase por encima del resto.

¿En Suiza hay más culés o madridistas?

Hay más suizos del Madrid y los españoles que viven aquí, que son muchos, también son más blancos en general. Se puede decir que Suiza es más blanca que azulgrana.

Es usted un buen coleccionista de camisetas ¿a cuál le guarda más cariño?

Hubo una pretemporada que hice con el primer equipo del Barça en 2013 e intercambié camiseta con Thomas Müller y Dante. Son las dos más preciadas que tengo.

¿Y cuál le gustaría tener?

La de Rodrigo Hernández.

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