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Joan García, el genio paciente

Pupilo de N’Kono, el portero del Espanyol tuvo que aguantar cuatro años hasta su oportunidad de hace uno, que está aprovechando con actuaciones memorables como la de Son Moix.

Joan García, el genio paciente
JOAN M. BASCU
Iván Molero
Llegó al Diario AS como estudiante en prácticas en 2002, y desde que se licenció en Periodismo por Blanquerna, de la Universitat Ramon Llull, se ha especializado en la información del Espanyol, sobre el que también ha co-escrito libros, todo ello atendiendo al seguimiento de otros equipos, deportes y eventos desde la delegación de Barcelona.
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Viste escapulado por Ricardo Zamora, ha tenido de maestro a Tommy N’Kono y convivió futbolísticamente con Diego López. De ahí por sentido común tenía que salir algo bueno. Al nivel de los mejores guardametas del mundo se está exhibiendo esta temporada Joan García (Sallent, 04-05-2001), quien ha aprovechado de maravilla la oportunidad de su vida, el año que lleva como titular en la portería del Espanyol, después de aguantar con una paciencia infinita otros cuatro cursos en la sombra. No le ha bastado por ahora para ir a la Selección, pero sí para reivindicarse aún más, el sábado en Son Moix, al detener hasta dos penaltis.

Joan, que llevaba desde 2020 en dinámica del primer equipo, tuvo la miel en los labios el 1 de diciembre de 2021, cuando Vicente Moreno le dio la alternativa en un partido de Copa del Rey ante el modesto Solares cántabro (2-3), bajo un aguacero. Aunque el jarro de agua fría estuvo poco después en los dos encuentros de Liga que jugó, en casa contra el Elche (1-2) y a domicilio ante el Levante (1-1), donde estuvo muy lejos de su potencial. Tenía aún 20 años y el barbecho no había hecho más que comenzar.

Así, mientras que directores deportivos como Domingo Catoira y entrenadores como Diego Martínez no se atrevieron con él, en el seno del club confiaban plenamente en Joan tanto el propio N’Kono como Jesús Salvador, sus entrenadores específicos. Y, por supuesto, todos los jugadores con los que ha ido entrenando. Leandro Cabrera fue uno de los primeros en expresar en público que el cancerbero llegaría lejos. Jofre Carreras, su compañero de habitación en la residencia Túrbula y más tarde de piso, lo vio claro “desde el primer día”.

Joan García, el genio paciente
Joan, con Tommy N'Kono en la pretemporada de 2019. Tenía 17 años.Eddy Kelele

Un golpe del destino

Y aun así, ya sin Diego López, tuvieron que pasar por delante tres porteros fichados en la funesta temporada 2022-23: Benjamin Lecomte, Álvaro Fernández y Fernando Pacheco. Llevaba solo 11 apariciones Joan con el primer equipo perico cuando una lesión de este último obligó a Luis Miguel Ramis a hacerle debutar en Segunda, el 2 de marzo de 2024, ante el Huesca (0-0).

La suerte al fin se cruzó en su camino cuando tan solo diez días después ascendió el Espanyol al banquillo del primer equipo a un Manolo González que confió ciegamente en él, aun ya recuperado Pacheco, hasta el punto de que estos últimos 12 meses ha jugado todo lo que no había podido hacer los cuatro años anteriores: 45 partidos lleva, con paradas tan antológicas como la de Burgos o la del pasado lunes frente al Girona. Y con un oro olímpico de por medio, el que se colgó el pasado verano en los Juegos de París 2024, pese a no jugar ni un minuto.

Joan García, el genio paciente
Joan posa con su oro olímpico colgado al cuello.RCDE

Guardameta por su hermano

Fue a los 15 años, en 2016, cuando se incorporó a la cantera blanquiazul, procedente de una Damm -uno de los clubes catalanes formadores por excelencia- donde había militado desde alevines, igual que en benjamines lo había hecho en el CE Manresa (la entidad dominante en su comarca, el Bages) y, desde los cuatro años, en el equipo de su Sallent natal, inicialmente como jugador de campo hasta que, influenciado por su hermano mayor, se atrasó a la portería.

Y ahí se ha quedado, hasta el punto de que el Espanyol tuvo que rechazar el pasado verano, sobre la bocina del cierre de mercado, una oferta de 20 millones de euros (12 más variables) del Arsenal, que a buen seguro volverá a la carga en cuanto termine la Liga.

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Para entonces se conocerá el importe exacto de su cláusula de rescisión, que asciende a 25 millones si el Espanyol mantiene la categoría y baja a los 15 en caso de estar en Segunda. Y, en cualquiera de las dos situaciones, serán cinco millones más si llega a ir convocado por la Selección. Este pasado viernes no pudo ser, pese a que había hecho méritos sobradamente. Pero con actuaciones como la del Mallorca-Espanyol no hay duda de que su momento llegará.

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