Enemigos íntimos

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“Creo que este es el comienzo de una bonita amistad”. Esa frase, sello eterno de Casablanca, podría plasmar lo que pensaron españoles y croatas cuando se vieron las caras por primera vez en el fútbol internacional. Hablamos de 1994, dos años después de la disolución de la antigua Yugoslavia, un amistoso jugado en Mestalla que acabó con victoria balcánica por 0-2. Desde entonces, España y Croacia han librado diez duelos. El último enfrentamiento deparó el título de la Nations League hace apenas un año, brillante muesca en el currículo de Luis de la Fuente, quien desde hoy lidera a La Roja en su asalto a la que sería su cuarta Eurocopa de la historia. Y eso son palabras mayores. Nadie lo ha conseguido (sigue el partido en directo en AS.com).

Uno mira quiénes marcaron los goles de aquel primer duelo, el 23 de marzo de 1994, y le empiezan a temblar las piernas. El primero, a los seis minutos, llevó la firma de un tal Robert Prosinecki; el segundo, en el 51′, la de Davor Suker. Dos fueras de serie, dos tipos con carácter y un talento descomunal, virtudes que han caracterizado al deporte balcánico ya sea en fútbol, baloncesto, balonmano o waterpolo... Da igual la pelotita que un balcánico tenga en las manos o en los pies, siempre te la lía.

Mayoría croata en la grada

Esta Croacia responde a ese sello. Generacionalmente, el partido supone el pulso entre una selección, Croacia, cuyos actores principales parecen estar en el tramo final de sus carreras, y otra, España, a priori con más recorrido a tenor de la edad de perlas como Pedri (21 años), Nico Williams (21) o Lamine Yamal (16). Pero el partido es hoy, no mañana. Se juega en Berlín, donde la afición croata será mayoría gracias a la inmigración y a la pasmosa facilidad de sus aficionados para moverse por el mundo cuando es el equipo nacional el que está sobre el césped.

Hace un año, en Róterdam, España conquistó la Nations League tras imponerse por 4-5 en los penaltis gracias a aquel lanzamiento a lo Panenka de Carvajal tras una tanda de infarto con dos paradas incluidas de Unai Simón. Ambos serán titulares esta tarde en una línea defensiva que depara la única baja para De la Fuente. Laporte, quien se incorporó al grupo más tarde debido a su participación en la Copa de Arabia Saudí y a un asunto personal, arrastra unos problemas musculares que le hacen ser duda incluso para el partido del jueves frente a Italia. Nacho formará pareja con Le Normand y la única duda radica en saber si lo hubiera hecho también aunque Laporte hubiera estado en perfectas condiciones. En el carril izquierdo, Grimaldo parte con ventaja sobre Cucurella.

Budimir se erige en amenaza para nuestros centrales y Lamine para Gvardiol, recuperado de un problema en el pie. Pero será en el centro del campo donde se libre la gran batalla, pues Croacia luce ahí sus mejores joyas. Modric, Brozovic y Kovacic cubrirán esa zona, mientras que Rodrigo será quien lleve la batuta frente a ellos. Y el balón, ¿para quién será? Desde la final de la Eurocopa 2008, donde España ganó el título pese a un 46% de posesión, no ha habido un rival que haya tenido más el balón que La Roja en 136 partidos. Una buena tarjeta de presentación ante un rival que también las tiene. Por ejemplo, la de su competitividad: Croacia ha participado en seis Mundiales y en tres de ellos ha llegado a semifinales. Son datos, estadísticas con las que dibujar un partido en el que España se aferra a la velocidad de Nico o Lamine para romper el orden croata. Despegamos.

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