En la cima del mundo

El fútbol español despide 2025 como el año en el que se convirtió en el país dominador del fútbol mundial masculino y femenino. Las dos Selecciones comenzarán 2026 como líderes de sus respectivos ranking FIFA, lo que no ocurría desde que lo lograra Alemania en 2014. Un hito que no hace mucho parecía una quimera para un país que apenas celebró en categoría absoluta una Eurocopa masculina durante todo el Siglo XX, pero que en el XXI acumula un palmarés increíble. Y si se acota a los tres últimos años, el Mundial femenino, la Eurocopa masculina y tres Nations League son la envidia mundial.

Argumentos para que se pueda hablar de la verdadera Edad de Oro del fútbol nacional. Un título que residía con todo merecimiento en aquella generación irrepetible que logró el triplete Eurocopa-Mundial-Eurocopa entre 2008 y 2012. Una época en la que todo el fútbol que trascendía era masculino y nadie se podía imaginar a unas mujeres españolas levantando algún título. Por poner en perspectiva: cuando Iker Casillas levantó la Copa del Mundo al cielo del Soccer City de Johannesburgo, la Selección femenina era la 20ª del ranking FIFA, nunca había logrado la clasificación para un Mundial y solo habían disputado una Eurocopa, con unas meritorias semifinales que brillaban como la gesta de unas pioneras sin continuidad.

Todo cambió en 2023 con el Mundial que conquistó una Selección que hoy en día ya es referencia del deporte español, como acreditan los 55.843 espectadores que se dieron cita en el Metropolitano en el reciente triunfo en la Nations League. “Algunas de nosotras llevamos 13 años jugando con la Selección y nunca imaginamos esto. Dice mucho de lo que hemos hecho por el fútbol femenino en España. Seguiremos inspirando a niñas y niños a luchar por sus sueños”, reflexionaba entonces una Alexia Putellas que ha vivido, con la camiseta de la Selección puesta, toda esta transición. De un equipo irrelevante a referencia mundial. De 39.000 licencias en España cuando debutó con La Roja a casi 110.000 en la actualidad.

La paradoja es que tal irrupción ha coincidido con una Selección masculina a la que, salvando aún las enormes distancias, ya se le empiezan a encontrar similitudes con la de Iniesta, Casillas, Xavi y compañía. La Eurocopa y la Nations de 2024, más una clasificación mundialista impoluta y un récord de 31 partidos invicto que supera al propio equipo de Del Bosque, ha sido la confirmación de que se puede soñar con la segunda estrella.

“Con toda la humildad, somos los mejores del mundo. La Selección compite con los mejores, pero especialmente, la Selección une e ilusiona a todos los aficionados del país”, proclama Rafael Louzán, presidente de una Real Federación Española de Fútbol que, en apenas un año en el cargo, ha tenido que tomar dos decisiones claves en el plano deportivo. Por un lado, la renovación de Luis de la Fuente como seleccionador masculino, un técnico que ha pasado por todas las categorías de la casa, con la oportunidad de ir puliendo a muchas de las joyas de la nueva generación. Y por el otro, la contratación de Sonia Bermúdez en la femenina, para dar continuidad al trabajo ya hecho en una medida que forma parte del objetivo de dotar a las jugadoras del mejor staff y los mejores recursos posibles.

Todo, mientras en el extranjero intentan analizar los métodos formativos, el trabajo de clubes y federaciones territoriales, la alta calidad de los técnicos o las innumerables canteras repletas de talento para intentar detectar cuál es el secreto de la mayor potencia futbolística de lo que va de este siglo. El 2026 será un año en el que intentar certificar este inusual dominio, conscientes de que si llegar a la cima es difícil, más lo es mantenerse.

Un dominio que se refleja en los premios individuales

Aitana Bonmatí conquistó este año su tercer Balón de Oro consecutivo, algo que ninguna futbolista había logrado en la historia. La jugadora del Barça es el mayor exponente español de que los éxitos colectivos se traducen también en los galardones individuales, como también se le ha reconocido en los premios The Best. Antes, su compañera Alexia, con dos dobletes también, fue la referente de un fútbol español femenino que también ha visto pelear por los máximos reconocimientos a Mariona Caldentey, Salma Paralluelo o Cata Coll. Incluida una Vicky López que ganó el Trofeo Kopa a la jugadora más prometedora del año.

El mismo galardón que Lamine Yamal ha conquistado en dos ocasiones, a la vez que acabó segundo en el Balón de Oro de esta última temporada. Un logro que se une al hito conseguido por Rodri en 2024, cuando conquistó lo que ningún compatriota lograba desde Luis Suárez en 1960, el Balón de Oro absoluto. Ni la generación dorada que ganó el Mundial lo consiguió: Iniesta cosechó un segundo y un tercero, Xavi acabó tres veces tercero, mismo puesto en el que acabó Fernando Torres en 2008.

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