Chipre está maldito
La Sub-17 cae ante Francia en el mismo estadio que acabó con la etapa de Clemente en la Selección. La Rojita solo pasará a cuartos si golea a Inglaterra y les bleus pierden ante una Portugal ya clasificada.
En el mismo estadio que hace 26 años la España de Clemente vivió uno de los peores episodios de la historia de la Selección ante Chipre (3-2), el Antonis Papadopoulos de Larnaca, la Sub-17 sucumbió ante Francia (0-1) en el Europeo de la categoría. Una derrota que deja a La Rojita sin apenas posibilidades de pasar a los cuartos de final de un torneo al que llegó como favorita y del que saldrá por la puerta de atrás salvo milagro de última hora.
Del once que perdió en la primera jornada ante Portugal solo quedó intacta la portería, en la que Manu (Betis) repitió a pesar de las molestias que sufrió en el primer choque, y el medio del campo formado por la trinidad azulgrana Juan Hernández, Junyent y Bernal, intocables para Hernán Pérez. En defensa, los madridistas Fortea y Joan Martínez dejaron su lugar a Sangaré (Levante) y Cuenca (Barcelona), que estuvieron acompañados por Farré (Barcelona) y Aguado (Real Madrid). Arriba, el único que volvía a ser de la partida fue Yáñez (Real Madrid), el mejor ante los portugueses. El tridente ofensivo lo completaron Otorbi (Valencia) y Sidney (Leganés), dos jugadores más poderosos físicamente que Arnu (Valladolid) y Guille Fernández (Barcelona).
La agresividad de la delantera fue el principal cambio de la puesta en escena de La Rojita respecto al primer partido. Otorbi marcaba diferencias en la derecha gracias a su insistente desborde y Sidney tuvo la primera ocasión clara en los primeros minutos poco después de que el árbitro dejara sin castigo un pisotón claro a Yáñez en el área. Dominaba España, pero cometió errores en la salida de balón que pudieron costarle caro. Por suerte, Messi, condenado a vivir con las expectativas de su nombre, no los aprovechó (Manu se encargó de ello), pero creó dudas en una Rojita que poco a poco fue volviéndose más conservadora con la pelota y menos peligrosa.
Los cambios no fructificaron
Al descanso se llegó sin goles. El empate, unido a la victoria de Portugal ante Inglaterra, favorecía a una España que podía especular algo más con el resultado en la segunda parte. Quizá ese fue el motivo por el que a La Rojita le faltó algo de colmillo en la reanudación. Solo las galopadas de Otorbi, por ambas bandas, ponían en serios aprietos a Francia, que no sabían como parar al extremo valencianista cada vez que se lanzaba a la carrera.
Llegada la hora de juego, Hernán Pérez hizo debutar en el Europeo a Oyono (Athletic) y también cambió la banda izquierda al completo y dio entrada a Guille Fernández, el benjamín del grupo, y Navarro (Barcelona), el único lateral zurdo de la convocatoria.
Una España más ofensiva se lanzó a por la victoria, aunque Manu no estuvo falto de trabajo. El bético solventó los primeros sustos con autoridad, pero a falta de diez minutos para el final fue Francia, más necesitada, la que acabó metiendo a La Rojita en su área. El tanto de Molebe en el 86′, que aprovechó una brecha atrás para batir a Manu en un uno contra uno, tumbó definitivamente a una Rojita que necesitará encontrar ante Inglaterra todo el gol que le ha faltado hasta ahora. España está obligada a ganar por cinco goles de diferencia a Inglaterra si quiere pasar a los cuartos de final del Europeo. Solo lo hará si, además, Francia no puntúa ante una Portugal ya clasificada. Así, se daría un triple empate entre La Rojita, los ingleses y los franceses que favorecería a España. Cualquier otra combinación elimina a la Sub-17.
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