Selección | El reportaje

“Árbitro piso cuello”

Stoichkov exhibe en su museo en Sofía las tarjetas que le enseñó Urizar Azpitarte tras el famoso pisotón ante el Real Madrid en 1990.

Ataque histórico: Balakov y Stoichkov posan en su museo en el centro de Sofía, donde exhibe fetiches como las zapatillas de Jordan o Nadal y las botas de Maradona o Messi.
Joaquín Maroto
Actualizado a

Han pasado 36 años del famoso pisotón de Stoichkov a Urizar Azpitarte en la final de la Supercopa disputada entre el Barça y el Madrid en el Camp Nou. El colegiado vasco perdonó al fenómeno búlgaro hace años y acudió a su homenaje en Sofía. “Me pisó el empeine y me hizo bastante daño”, le contó Urizar a AS. “Pero ya está todo olvidado”, zanjó el trencilla vasco.

De aquella jugada, por la que Stoichkov cumplió seis meses de sanción, se acuñó la frase “Árbitro piso cuello”, atribuida al búlgaro en un muñegote de los años 90 que saltó de la televisión a un peluche que tuvo éxito de público y ventas. “Urizar es parte de mi larga carrera. Supimos darnos la mano el uno al otro y perdonarnos. Primero expulsó a Johan (Cruyff). El partido se había calentado y yo pedí que lo calmara. Le aplaudí y me expulsó. Luego llegó el pisotón”, rememora Stoichkov junto a las dos cartulinas oficiales de la RFEF que el propio Urizar le regaló y que lucen en su museo junto a otros fetiches míticos como las zapatillas de Jordan y Rafa Nadal, el casco de Schumacher, las botas de Maradona y Messi o las camisetas de Pelé y Maldini. “Lo que no verás en mi museo es una camiseta del Real Madrid. Aquí ni los lavabos son blancos”, dice Hristo mientras aprovecha para lanzarle otra pullita al Madrid en la espalda de Cristiano Ronaldo. “Mira, aquí tengo mi camiseta del Al Nassr. Estuve allí tres meses y gané un título. Cristiano lleva tres años y todavía no ha ganado nada...”.

“Árbitro piso cuello”
Las dos cartulinas oficiales de la RFEF que Urizar Azpitarte regaló a Hristo Stoichkov.MIGUEL MORENATTI

Stoichkov fue, sin duda, el terror de los árbitros. Su compañero Balakov, otro gran jugador búlgaro y el único junto con el propio Hristo que entró en el Once Mundial de la FIFA de la década de los 90, da fe: “Stoichkov nunca entendió que se pudiera estar en un campo sin querer jugar la pelota, por eso no le gustan los árbitros y sí que le gusta el VAR”, sonríe.

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Efectivamente, lo corrobora el propio delantero. “El VAR me gusta, pero abusan de él. Sería mucho mejor con dos pequeñas correcciones: que se utilizara sólo para los cuatro casos para los que se creó y que hubiera un exjugador en la sala. Porque nosotros sabemos interpretar si una mano está en posición natural o no, si la cara que pone un defensa en una entrada ayuda a saber si merece la roja o la amarilla... pero los árbitros no quieren injerencias ahí porque es su territorio”. Y, por último, se despide Hristo con otra fase suya: “Barça mejor que Madrid”.

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