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Allianz Arena, el cráter de 16 millones de colores

Aprobado en referéndum por los habitantes de Múnich, paradójicamente lo inauguró el TSV 1860, el otro equipo de la ciudad. Su fachada lo ha convertido en un icono mundial.

Imagen del Allianz Arena, de Múnich.
ANNA SZILAGYIEFE

Al contrario que un buen número de los estadios que ha visitado la Selección durante la Eurocopa (Düsseldorf, Colonia, Stuttgart), donde se podía oler la historia bajo el césped, el Allianz Arena es una moderna construcción del siglo XXI alejada en diez kilómetros de su vieja casa, el Olympiastadion de Múnich, hijo de los Juegos de 1972 que fue sede, además de la cita olímpica, de la famosa final del Mundial de 1974 que la Alemania de Beckenbauer ganó a la Holanda de Cruyff. España jugó en el viejo campo en la Eurocopa de 1988. Ante la anfitriona. 2-0…, ya se ha sacado la espina.

Pero vayamos al Allianz Arena, proyecto del prestigioso estudio de arquitectos Herzog & De Meuron, con un coste de 340 millones de euros, que fue planteado en base a tres ideas. La primera, que hace reconocible el estadio desde su construcción, es su exterior. El Allianz es un cuerpo iluminado que puede cambiar de color. Los arquitectos también proyectaron el estadio en un entorno abierto que permite disfrutar cada semana de la procesión de aficionados acudiendo un estadio cuyo interior fue diseñado por los arquitectos con la forma de un cráter.

Después de que, como proyecto de ciudad, su construcción fuese aprobada en referéndum por el 65,8% de los habitantes, la primera piedra del Allianz se puso el 25 de octubre de 2002. Paradójicamente, el Bayern no inauguró el Allianz Arena. Ese prurito siempre podrá apuntárselo el otro equipo de la ciudad. El Múnich 1860 le ganó 3-2 al Nuremberg el 30 de mayo de 2005. La razón es que, hasta el 27 de abril de 2006, Bayern y Múnich 1860 compartieron su propiedad. Los problemas económicos del segundo le obligaron a vender su pare del accionariado en el estadio. Jugó un tiempo de alquiler, pero terminó abandonando y marchándose al Grünwalder Stadion.

Pero si el Allianz se ha convertido en un icono de la ciudad de Múnich, y es visitado por cuatro millones de personas al año, es por su fachada. El club empleó incluso alpinistas austriacos para colocar las luces LED a alturas superiores a 25 metros. Desde 2014, el Allianz cuenta un nuevo sistema de iluminación. Una superficie de 26.000 metros cuadrados iluminados. En lugar de los tres colores (rojo, azul y blanco) que producía el viejo mecanismo con el que se estrenó el estadio, el nuevo sistema de iluminación genera hasta 16 millones de colores diferentes. Una de las grandes polémicas de la historia del Allianz Arena tuvo que ver con esos colores y se generó en la Eurocopa de 2021, cuando el alcalde de Múnich, Dieter Rieter, pidió permiso a la UEFA para iluminar el Allianz con los colores arcoíris del colectivo LGTBI antes del Alemania-Hungría, en un mensaje evidente contra el primer ministro húngaro Viktor Orbán. La UEFA lo prohibió al manifestarse como “organización política y religiosamente neutral”, lo que indignó a Reiter.

Sede del partido inaugural del Mundial 2006 (Alemania-Costa Rica) y de la final de la Champions de 2012 (Bayern-Chelsea, con triunfo inglés), el Allianz Arena ha visto clasificase a tres equipos españoles para una final de Champions: Atlético, Barcelona y Real Madrid. La victoria más sonada fue aquel 0-4 con sendos dobletes de Ramos y Cristiano. El año que viene, Múnich acoge la final de Champions. Algún madridista convencido ya ha cogido avión pensando en la 16… Pero antes, le toca hacer historia a España.

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