1x1 de España: el nirvana de Pedri y Merino

España selló su billete virtual para el Mundial del próximo verano en Canadá, México y Estados Unidos con una goleada (4-0) ante Bulgaria en base al dominio y las ocasiones de una Roja con rotaciones mínimas (cuatro cambios) respecto a la victoria ante Georgia. Además de igualar el récord de partidos invicto (29) de Del Bosque, Luis de la Fuente puede presumir de dos jugadores en mágico estado de forma, como Pedri y Mikel Merino, además de constatar que dispone de un fondo de armario con multitud de recursos en el que solo Samu desentonó.

Unai Simón: celebró el superar las 53 internacionalidades de Joseba Etxeberria de la manera más plácida posible, casi como un espectador. Apenas se manchó los guantes y cuando tuvo que hacerlo, como en el mano a mano de Despodov, le asistió la divina providencia. Tres tiros de Bulgaria, ninguno a puerta.

Pedro Porro: con una España sin extremos puros y menos desborde en su once inicial, los laterales doblaron su relevancia en el juego ofensivo para dotar de amplitud, profundidad y velocidad al incontestable dominio español. Se echó en falta más acierto y cantidad de servicios al área con dos rematadores como Samu, primero, y Borja Iglesias, después.

Le Normand: el abrelatas inesperado. Como ante Georgia, repitió en lo de ser clave en el juego aéreo ofensivo para asistir y que España lograra lo más complejo en un partido de este cariz: desprecintar el marcador. Atrás, solvente ante el escaso trabajo. Continúa su línea ascendente.

Laporte: regresó a la titularidad con La Roja casi un año después, desde que lo hiciera en noviembre de 2024 ante Serbia. Impoluto atrás y siendo la vía preferente de salida de balón ante la ausencia de Huijsen. Como el dorsal que portó, una de las notas llamativas del partido, fue un regreso de 10. Solo falló un pase de sus 123 intentos.

Grimaldo: en un partido con fisonomía propicia para sus ofensivas características, se exhibió más que su compañero Pedro Porro con mayor dosis de desborde, combinación y volumen de centros al área. Con Baena pisando muchas zonas interiores, vivió como extremo, como más le gusta.

Zubimendi: el ancla de España y del Arsenal volvió a evidenciar porque recibe incontestables elogios de Arteta y De la Fuente. Con Pedri monopolizando la gestión de las operaciones de ataque, volvió a rozar la perfección en el corte y confección: 91 de 92 pases completados con éxito y un balón, de los pocos que transitaron campo español, recuperado.

Pedri: con casi un porcentaje de posesión favorable superior a un 80% era un partido para que se gustase, y vaya que si lo hizo. Enésima exhibición del canario para sujetar las razones que le encumbran como el mejor centrocampista del mundo en estos momentos. Lo hizo todo, y de forma exquisita: mejoró cada jugada, filtró pases invisibles y hasta rozó el gol. Zorrilla se puso en pie para despedirle con una ovación que ejemplifica su calibre.

Mikel Merino: a falta del ansiado ‘9′ de oficio que busca esta Selección, aquí está el navarro como goleador de guardia. Es un notable habitual juegue donde juegue, pero como llegador roza el sobresaliente, constituyendo un arma casi silenciosa para los rivales. De nuevo el MVP con doblete y un penalti provocado. Suma seis goles en sus últimos cuatro partidos con La Roja. Además, con diez, es el segundo máximo anotador de la ‘era De la Fuente’. Qué difícil se lo va a poner al técnico de Haro y a Fabián para configurar el once de gala de este equipo.

Álex Baena: afiló el ataque desde el costado izquierdo buscando percutir entre el lateral y el central de su lado con mucho dinamismo pero con menos efectividad de la que le gustaría. Acusó la falta de rodaje tras su periodo de inactividad pero demostró a De la Fuente que cuenta con un recurso diferente para sumar juego interior y despresurizar defensas herméticas. Aun así, fue uno de los más destacados del inicio.

Oyarzabal: tras muchos partidos habituado a ser la referencia ofensiva, De la Fuente le alejó del frente de ataque para situarle pegado al extremo derecho, con mucha libertad para ocupar la zona del ‘10′ y pisar zona de remate en segunda línea. Salvo algún destello, el cambio no arrojó el mismo brillante resultado. A pesar de ser el más frío de los cinco atacantes, sumó su gol 13º en la ‘era De la Fuente’ para consolidarse como máximo goleador en esta brillante etapa.

Samu Agheghowa: era un día propicio para que el delantero del Oporto, que llegaba con la credencial de cinco goles en nueve partidos con su club, levantara la mano en un ‘aquí estoy yo’ que sumara puntos en la oposición abierta por el puesto de ‘9’, pero no lo hizo. Gozó de dos claras ocasiones para estrenarse con la Selección absoluta en su primera aparición como titular. Desconectado, completó cinco pases de siete intentos, incluso menos que Unai Simón. Su encaje es un interrogante. De la Fuente pareció consolarle, ofreciéndole explicaciones tras sustituirlo al descanso.

También jugaron

Borja Iglesias: en apenas diez minutos dobló la sensación de peligro que ofreció Samu, a quien relevó, con tres ocasiones claras de gol que no concretó. Más allá de su falta de eficacia, lució más que el melillense en el juego asociativo fuera del área y pareció mezclar mejor con sus compañeros. Chernev evitó que anotar el 3-0.

Aleix García: dio descanso a Zubimendi en la sala de máquinas mostrando unas prestaciones ciertamente distintas a las del jugador gunner. Más dinamismo, como demostró su acción como extremo izquierdo que fabricó el tercero, buen pie a balón parado y para el desplazamiento en largo. Suma crédito para estar en el Mundial.

Yeremy Pino: tras salir de inicio ante Georgia y anotar un gol, tuvo el cuarto en sus botas en la segunda tanda de sustituciones de De la Fuente, que tiene al canario del Crystal Palace, donde ha aterrizado con sonoridad, en su guardia pretoriana. Respondió. Otra desequilibrante alternativa.

Pablo Barrios: recogió el simbólico testigo de Pedri al sustituirle en el 68′ y también el mismo rol. De la Fuente tiene claro que si el canario se resfría o pasa por cualquier infortunio, el canterano del Atlético de Madrid se ha ganado el derecho a confiar en él como GPS de repuesto. Solo falló un pase.

Vivian: a falta de 20′ para el final, sustituyó a Le Normand por precaución después de que este recibiera un golpe en la cara. Aparición anecdótica más allá de que compartiera retaguardia con su compañero en el Athletic, Laporte.

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