Zozobra la seguridad defensiva del Racing de Ferrol
En los últimos tres encuentros el conjunto gallego recibió cinco de los seis tantos que lleva en contra en lo que va de campeonato.
El Racing de Ferrol es uno de los equipos de la Liga que menos remates en contra recibe por partido, sin embargo, en las últimas jornadas los rivales no necesitan llegar en exceso para conseguir perforar la portería del conjunto gallego. Los tantos recibidos los últimos partidos “muy evitables” a ojos de Cristóbal Parralo merman a un Racing que acumula tres choques sin conocer el triunfo.
Ante el Eibar la estadística que destaca al Racing como uno de los equipos a los que menos rematan se cayó. La escuadra vasca acumuló 13 remates que seis de ellos fueron a portería. Unos números más que suficientes para que un equipo con la pólvora mojada hasta el momento, explotase para conseguir sumar su segundo triunfo de la temporada y abandonar así lo más hondo de la tabla.
En Ipurua el equipo gallego se vio superado con creces en el medio del campo con un Mario Soriano que se convirtió en una pesadilla jugando a la espalda de los mediocentros del Racing. El madrileño conectó con facilidad con Stoichkov o Quique González como se pudo ver en la acción del primer gol. “Ellos encontraban muy bien el tercer hombre por dentro con superioridad todo el rato por ahí y eso hizo que nos costase más de lo normal”, apunta Heber. Esa superioridad que no consiguieron ajustar a tiempo se convirtió en la clave de un partido con un Eibar que supo jugar sus cartas sin alardes para conseguir llevarse el botín.
Volver a levantar un muro
Recibiendo una media de 1,6 tantos en los tres últimos partidos y sin tener arriba, al menos por el momento, suficiente gol para paliar ese intercambio de golpes, será difícil que por ese camino consigan sacar los partidos adelante. Por ello, es necesario que la mano del cuerpo técnico se haga notar, para que la seguridad defensiva vuelva a ser lo que hace reconocible a un equipo construido con mimbres firmes desde la retaguardia. Los automatismos adquiridos por el grupo en defensa con un buen posicionamiento han sido clave en el ascenso y en el buen arranque que realizó en el regreso a Segunda con líneas juntas y compactas que alzaban la fortaleza defensiva del Racing.
Esto se resume en errores colectivos que penalizan a un equipo que arriba consigue generar sus ocasiones de peligro en todos los partidos y como han comprobado en Eibar o ante el Villarreal B. Así, el Racing ha recibido cinco goles en los últimos tres partidos mientras que en las tres primeras jornadas solo encajó uno. Semana larga de trabajo hasta el próximo lunes que el Racing recibe al Zaragoza, en un encuentro, que vaticina cambios en el once de Cristóbal Parralo para tratar de volver a saborear las mieles del triunfo.