Zorrilla disfruta con la Roja y sufre con Gavi
El estadio se llenó en el cuarto partido de la selección en Valladolid y ovacionó al jugador del Barcelona que, según las primeras exploraciones, tiene una lesión grave.
El José Zorrilla cambió los colores blanco y violeta por el rojo y amarillo, el Pucela por la Selección española y como demostró la rápida venta de entradas, sólo duraron una mañana, la afición estaba entregada. Desde varias horas antes del partido, los alrededores del campo eran un ir y venir de público todos ataviados con camisetas, banderas y bufandas de España. El tarareo del himno estuvo a la altura del banderas blancas y violetas y con el inicio del partido, la grada se volcó con el equipo de Luis de la Fuente.
La primera alegría llegó pronto con el gol de Le Normand y los gritos de ánimo volvieron con el empate a uno del equipo georgiano. La lesión de Gavi, apunta a importante, dejó un tanto frío a la afición que, mientras el centrocampista del Barça se retiraba llorando, le ovacionaba. Triste apunte a un día de ilusión que se vio reflejada en la famosa ola que recorrió toda la grada del estadio vallisoletano.
Con la segunda parte y el gol de Ferrán Torres la alegría volvió a Zorrilla que con cada carrera a la conta de Georgia se asustaba hasta que el autogol de los visitantes tranquilizó el ambiente y, entonces, volvieron las olas y las linternas en un partido para disfrute de los aficionados que sólo esperan que España no tarde otros 17 años en volver. Cuando se anunciaron los 24.146 espectadores, el estadio entero estalló en un grito de “Pucela, Pucela” y se despidió al canto de Rafael de “hoy va a ser mi gran noche”.
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