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Viera: “Esta cabeza me pilla con 18 años y hubiera jugado 100 partidos con la Selección”

El capitán de Las Palmas insiste: “Estoy jugando donde quiero hacerlo”. Así ejerce el liderazgo: “No es lo mismo tenerte respeto que miedo”.

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Tras debutar ayer en la fase de preparación contra el Espanyol (0-0), Las Palmas afronta esta misma tarde, contra el Lille, su segundo partido de pretemporada durante la concentración de Marbella. Y hoy, por la mañana, compareció Jonathan Viera en UD Radio. “Hacía tiempo que una pretemporada no me ilusionaba tanto como este”, insistió el capitán.

Un curso más, Viera ejerce de líder por brazalete, galones y carácter. Para él, todo se basa en “el respeto”. “No es lo mismo que te guarden respeto a que te tengan miedo”, sostiene el 21 de Las Palmas, que habla también de la necesidad de “dar ejemplo”. Así lo explicaba: “Cada uno tiene su manera de ejercer el liderazgo, y he tenido la suerte de coincidir con muy buenos capitanes. Es más bonito el respeto porque predico con el ejemplo: entrenando o en las comidas soy el primero en llegar”.

En un equipo trufado de juventud, la presencia de Viera se agiganta cada día. Los pequeños vienen empujando mucho y, además, muy fuerte. “Me ha impresionado Palanca. Ayer tenía enfrente a Embarba, a quien conozco bien, e hizo una gran primera parte. Julen lee muy bien el juego y Pau Ferrer es un gran delantero”, aseguró. Sin embargo, su favorito está claro: Alberto Moleiro. “Veo el potencial que tiene, que ni él mismo se lo cree”, insiste el capitán de Las Palmas. De hecho, así compara el potencial de ambos a los 18 años: “A su edad ya lleva un año jugando en el primer equipo y yo no lo había hech. Nunca sabremos si yo hubiese tenido ese desparpajo que él tiene. A los 18 años yo no hacía las cosas que ahora hace Moleiro”.

Al respecto de su capitanía, sentencia: “Quiero empezar la liga lo antes posible. Tenemos un buen grupo, un gran vestuario, lo que hace que sea mucho más fácil llevar todo esto”.

Ahora podrá volver a coincidir con Vitolo, uno de sus mejores amigos. “Éramos amigos mucho antes del fútbol. Es diferente la relación que tengo con él que con cuaquier otro jugador. Lo conozco desde que teníamos tres años, y solo con mirarlo sé si está triste o lo que necesita”, aseguraba también. Nada como una reunión con el capitán para desatascar su llegada a Las Palmas: “Le dije que necesitaba venir a Las Palmas, que me hiciera caso. Necesita ser feliz y jugar al fútbol. Él estaba convencido, pero tuvimos una conversación y tras ella salió contento”.

Presente.

“Hay muchos futbolistas que juegan donde pueden hacerlo, y yo lo hago donde quiero hacerlo”, asegura Jonathan Viera. Tampoco es que sea por falta de ofertas. aclara. Por ejemplo, del Beijing Guoan: “Antes de volverme, el presidente me ofreció un papel en blanco, con lo que yo quisiera, para quedarme dos años más en China. Pero mí familia es lo más importante, llegué a estar seis meses sin verlos. Y cuando estuvieron allí conmigo ya no querían quedarse más”. “Para mí la palabra es más importante que la firma. Se la di nuestro presidente y ya está. Si no fuera así este mismo año me podría haber marchado”, sentenció. Así, prevaleció su deseo de pelear por devolver a Las Palmas a Primera División: “Un presidente muy importante del fútbol español le preguntó al nuestro por mí, pero yo dije que no. Incluso, le insistí a mi representante que ni quería escuchar la oferta. Mi intención es intentar subir a Primera con Las Palmas. No sé si este año, el siguiente o el otro. Espero irme a mi casa y con el equipo en Primera”.

Madurez.

Viera también habló de la madurez que ha experimentado su fútbol durante los últimos años. “Ahora juego con la cabeza en lugar de usar tanto los pies”, reconocía. Además, reconoció la importancia que Quique Setién y Eder Sarabia cuando este era el segundo del entrenador cántabro, ambos con Las Palmas en Primera División. “En mi etapa anterior, cuando ascendimos, ya notaba mi progresión”, adelantaba. Su rendimiento, basado en una mejor lectura del juego, explotó con ellos dos: “Setién me decía: ¿Si tienes cuatro rivales enfrente, qué haces? Le dije que intentaría llevarme a los cuatro y él me respondía con que en ese momento habría tres compañeros míos libres de marca. Ahí empezar a ver el fútbol de diferente manera y comenzaba la progresión del futbolista que soy a día de hoy”.

Esa madurez actual le lleva a sentir una cierta melancolía de lo que pudo ser y no fue. “Si con 18 años hubiera tenido la misma cabeza que ahora contaría con 100 partidos en la Selección Española”, grupo al que por nivel es claro merecedor.