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REAL ZARAGOZA

Víctor Fernández: “Estamos en un estado de peligro y alerta máxima, pero vamos a dar alegrías y felicidad”

“Vamos a ganar al Espanyol. Hay mucho nubarrón a nuestro alrededor y hay que despejar rápidamente esto para ver el sol. Y el fútbol nos da la gran oportunidad el domingo”, afirmó el técnico aragonés en en una emotiva presentación.

Zaragoza
Víctor Fernández posa con una camiseta del Real Zaragoza entre Juan Carlos Cordero y Raúl Sanllehí.
CIERZO VISUALDIARIO AS

Presentación singular en la historia del Real Zaragoza. Única para una figura única, zaragocista de cuna y militancia, que siempre acude al rescate y cuya relevancia transciende a su figura como entrenador. Víctor Fernández, visiblemente emocionado y con lágrimas en los ojos, hasta el punto de tener que interrumpir en dos ocasiones su conferencia de prensa, se ha mostrado convencido de sacar el equipo aragonés adelante en su cuarta etapa en el banquillo de La Romareda:

Charla a los jugadores. “Cuando esta mañana he llegado a la Ciudad Deportiva me notaba raro y al entrar al vestuario me he puesto nervioso, con las vivencias que yo tengo en este club... Les he dicho a los jugadores que después de haber dirigido más de seiscientos partidos en Primera División y ser el cuarto de la historia con más encuentros, que lo último que me podía imaginar era estar nervioso. Y me ha ocurrido y no sé por qué. Mi reacción ahora ha sido mucho más fuerte y no hemos llegado allí ni mucho menos. He estado firme, convincente e intentando ser líder desde el primer momento”.

Situación del equipo. “Si vengo como tercer entrenador de la temporada significa que las cosas no estaban saliendo bien. Habrá muchos factores que justifiquen este momento, pero no creo que tengamos que entrar ahora en ese tipo de detalles porque es un análisis profundo. Estamos en un estado de peligro y máxima alerta. Le he pedido a los jugadores que sean responsables y maduros en cuanto a que hay una amenaza encima de nosotros bastante peligrosa. Debemos ser conscientes de esa amenaza, que nos va a obligar a estar en un estado de concentración y alerta permanente hasta que cojamos aire y evitemos esa caída al vacío. El nerviosismo me ha durado dos minutos y después he enganchado mi discurso bien, que ha sido espontáneo. Les he comentado que debemos tener capacidad de autocrítica. Esto depende de todos. Tenemos que ser conscientes de dónde estamos, que no lo estamos haciendo bien y que no le estamos dando absolutamente nada a la afición. Es el momento de darles. Y que yo llego al Zaragoza no como un salvador, sino como uno más, desde la humildad. Yo vivía muy bien. Tengo una vida cómoda, fácil, soy feliz y esto me mete en otro mundo. Pero también me he dado cuenta, como les he dicho a los jugadores, de que si me pongo nervioso significa que estamos vivos y que hay fuego. Así es más fácil resolver los problemas. Y que yo les iba a ayudar intentando darles las herramientas adecuadas y que al final los grandes protagonistas van a ser siempre ellos porque son los que tienen que ganar los partidos. Yo les ayudaré colocándolos en su sitio, con una propuesta de fútbol que creo que se corresponde con el nivel de la plantilla y con lo que la afición está acostumbrada a ver en La Romareda. Siempre he intentado ser una persona con sentido común y con mucha coherencia y más que nunca quiero aportar eso. Espero tener energía. Tengo mucha ilusión, tengo fuego, tengo amor... A ver”.

Alineación y sistema. “No es lo mismo analizar y contemplar un equipo como espectador que estar dentro y ver los detalles y la naturaleza de cada futbolista. Mi punto de partida es lo que yo he visto al Zaragoza durante esta temporada, mayoritariamente a través de la televisión. Lo primero es poner a los jugadores en aquel espacio en el que puedan mostrar sus mejores condiciones, hasta su techo. Y esto es como una coctelera que la lanzas y tienen que salir los once mejores. Después los ubicas de forma que sea un espacio natural para ellos. Luego hay que adaptar el sistema que corresponda a esas cualidades. En ese dibujo habrá muy poca gente, igual ninguno, que esté sacrificada a nivel táctico y no pueda mostrar el 100% de lo que tiene. ¿La propuesta? Soy como soy y le reclamaré al equipo lo que le reclamaría como aficionado. Jugaremos como siempre han intentado jugar mis equipos. Tendremos que proponer y llevar la iniciativa y todo va a girar alrededor del balón. A partir de ahí, organizarnos ofensiva y defensivamente. Y creo que lo vamos a conseguir”.

Cuerpo técnico. “No sé qué energía tengo. Yo creo que tengo mucha, pero no lo sé. Ante esa duda me he rodeado de un equipo de trabajo muy fuerte. Son gente que se quiere comer el mundo”.

Experiencia en situaciones límite. “Un amigo mío me dijo el otro día que tenía que coger el equipo sí o sí porque no es necesario una heroicidad. La otra vez era muy jodido y esta vez hay un peligro pero no hay necesidad de una heroicidad. Yo creo que lo vamos a conseguir sí o sí y vamos a dar alegrías y felicidad”.

Ánimo del vestuario. “A los jugadores les he dicho que a nivel futbolístico mi aportación tenía que ser argumentos muy sencillos. Que yo no quiero demostrar que puedo ser mejor o peor entrenador que otros y no iba a hacerles una exhibición de conocimientos. Al contrario, cosas sencillas, muy claras y concretas que les sirvan para mejorar y que les den tranquilidad. Que se olviden de la presión, que ya la tendré yo, y que esos argumentos van a ir relacionados con lo que yo pienso del fútbol. ¿La reacción? El entrenamiento ha sido muy bueno y he tenido que cortarlo. Querían entrenar más porque estaban muy a gusto. Eso ya lo hemos conseguido, que disfrutaran. Ya hemos empezado a trabajar con tareas técnico-tácticas relacionadas con el posicionamiento y el estilo de juego y he salido muy contento. Insisto en que he pasado de ese estado de nerviosismo inicial y al vivir el césped y las tareas me he sentido muy a gusto y feliz. Me han dado bastantes esperanzas. El entrenamiento me ha dejado convencido y con ganas de seguir mejorando y ganar al Espanyol”.

Víctor Fernández, emocionado en su presentación.
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Víctor Fernández, visiblemente emocionado en su presentación.CIERZO VISUALDIARIO AS

Espina de 2020. “Tenía una vida fácil, cómoda y alegre y no pensaba como objetivo inmediato entrar en el Real Zaragoza. Lo de 2020 fue devastador para mí. Me aniquiló totalmente como entrenador y persona. Me dejó vacío de energía y de todo. Estuve inmerso en una soledad infinita, de dolor y de tristeza por no alcanzar el objetivo. Mis agentes me comentaron hace no mucho que si quería ir a los Emiratos. A mí eso ya no me compensa ni me da felicidad. No me planteaba entrenar y tampoco sabía si quería entrenar. Y cuando Sanllehí y Cordero nos llaman, me entra mucho respeto porque no sé cómo estaba de energía y es el Real Zaragoza, pero aquí estoy”.

Condiciones. “Las de respeto a una persona, de apoyo en unas circunstancias difíciles, de lealtad y fidelidad para sacar esto adelante... Si me hablas de cara al futuro, primero hay que mirar cerca para poder mirar lejos. Nunca tendremos un futuro brillante si no resolvemos un presente delicado y con muchas amenazas. Lo vamos a sacar, pero debemos ser conscientes de lo que somos y dónde estamos en estos momentos. Si queremos tener un futuro brillante, que lo tendremos, debemos resolver el presente”.

¿Se puede ganar al Espanyol? “Sí, y le vamos a ganar. Tenemos que salir con esa mentalidad. El calendario lo he mirado por encima. Sé que jugamos contra el Espanyol el domingo y que a la semana siguiente vamos a Miranda. Es mi mirada más próxima y no quiero mirar mucho más lejos. La Segunda es una categoría difícil y complicada en la que puedes ganar a cualquier y perder contra cualquiera. Nadie tiene la etiqueta de máximo favorito, pero deberíamos aceptar que el Espanyol es el mejor equipo de Segunda, aunque hasta ahora no lo esté demostrando. Es el que tiene más potencial y recursos, pero no está logrando liderar la categoría. Y nosotros también deberíamos estar más arriba. Por tanto, vamos a ser positivos y optimistas y vamos a pensar que vamos a ganar. Estoy convencido de que la gente va a venir al campo y nos va a apoyar. No pienso más allá sobre lo que se puede hacer esta temporada. Si esta pregunta se me hace el domingo después de ganar, igual soy capaz de pensar más allá”.

Expectativas de la afición. “Yo jamás devolveré a nuestro Real Zaragoza lo que me ha dado. Es imposible. Tengo que devolver todo lo que me ha dado como pueda, con mi capacidad, con mi ilusión y acertar. Intentar equivocarme lo menos posible y preparar al equipo lo mejor posible. Ese es mi papel. Pero yo sin los jugadores no soy nadie. Soy una persona con suerte porque he tenido muy buenos jugadores, si no, no habría hecho setecientos y pico partidos, que son setecientas oportunidades para que te echen los presidentes. Estar durante tanto tiempo así es porque has contado con grandes jugadores, de lo que me siento muy orgulloso. Llego ahora a un equipo que no conozco, al que sólo he entrenado un día, pero por lo que yo he visto tienen que dar más. Es muy poco lo que han dado y yo creo que pueden dar más. Eso es lo que le puedo decir a la afición, que les voy a exigir mucho más. Y para exigirles hay que crearles el espacio adecuado, para que den lo que tienen. Ese es mi papel como entrenador. Yo no voy a inventar absolutamente nada. Me vais a reconocer desde el primer día y la afición igual. Y vamos a luchar por que el primer día ya nos alcance. ¿Mi mensaje a la afición? Que tengan confianza y crean. Estamos todos en manos de los jugadores, el primero yo, y lo que me han mostrado es que tienen buena actitud. Ya les meteré caña en el sentido de decir ‘ojitos bien abiertos que hay mucho nubarrón a nuestro alrededor y hay que despejar rápidamente esto para ver el sol’. Y el fútbol nos da la gran oportunidad el domingo”.

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