Velázquez se somete al examen de La Romareda ante el colista Amorebieta
El técnico del Real Zaragoza llega al partido altamente contestado y con la credibilidad por los suelos. Los vascos buscan su primera victoria a domicilio de la temporada.
Julio Velázquez no considera, al menos en público, que la visita del colista a La Romareda sea un partido límite para su futuro en el Real Zaragoza y hasta presume, como también hacía Fran Escribá, de tener “una relación formidable” con los ‘principales’ del club aragonés, pero el zaragocismo agotó su paciencia en Villarreal y pidió a coro su destitución inmediata –”¡Velázquez, vete ya!”-, y al técnico, salvo que su equipo empalme varias victorias, no le va a resultar sencillo darle la vuelta a esta corriente de opinión, porque no es fruto de un calentón, sino de muchas gotas de desencanto que han colmado el vaso. Lo cierto es que su credibilidad antes de jugar frente al Amorebieta está literalmente por los suelos.
Velázquez no ha logrado darle ningún vuelo al Zaragoza y desde la pizarra propone todo lo contrario que anunció en su presentación. Pero más allá de sus números –sólo 15 puntos en 12 partidos-, de su fútbol reservón y sin intención, pendiente sólo de que el rival no le corra en transiciones, y de un discurso en sus conferencias de prensa tan rebuscado y alambicado como vacío, el entrenador se acabó de enredar cuando después del más que decepcionante empate en La Cerámica frente al filial del Villarreal, sin un solo disparo a portería, sentenció lo siguiente: “No hemos hecho un partido exquisito, ni excepcional, pero rompemos la racha de dos derrotas”. O esto otro: “No hicimos ocasiones claras, pero sí ruido”.
En el Real Zaragoza, después de tres entrenadores en año y medio, confían en poder aguantar a Velázquez en el cargo hasta final de temporada, pero todo lo que no sea un triunfo esta tarde frente al Amorebieta, último clasificado y prácticamente desahuciado, abriría ya un escenario definitivo, así que, diga lo que diga Velázquez, éste no es un partido más.
Velázquez ya aparcó en Villareal su 5-3-2, por lo que todo hace indicar que mantendrá ante el colista un elástico 4-2-3-1, con Valera, Maikel Mesa y Mollejo por detrás de Iván Azón.
Por su parte, el Amorebieta viaja a La Romareda con la firme misión de lograr su primer triunfo de la temporada a domicilio. Las salidas de los azules son el día de la marmota. Ofrecen una buena imagen y generan ocasiones, pero no terminan de materializar con la efectividad que sí lo hacen sus rivales. En la tarea pendiente de mejorar la efectividad, el equipo zornotzarra no podrá contar con Eneko Jauregi tras la escalofriante brecha que sufrió en la tibia el pasado fin de semana. Unzueta, que se estrenó con un golazo ante el Albacete, será la única referencia ofensiva.
Jandro sí podrá contar nuevamente con Lasure después de mejorar en sus problemas de espalda. El lateral zaragozano vivirá una tarde especial en su regreso a casa “donde crecí, pasé mi adolescencia y donde accedí al fútbol profesional”. Todo apunta a que arrancará desde el banquillo después de varias semanas de inactividad. El once no presentará demasiadas variaciones más allá de la posible vuelta de Yriarte a la medular. Las bandas serán para Dorrio y Morcillo, que viene de cuajar una espléndida actuación en su mejor partido como azul.