Urbieta, amenaza de retroceso
El Leganés no caía ante un rival de inferior categoría en Copa desde 2009. Está por ver si el tropiezo revive fantasmas del mal inicio de Liga.
La eliminación del Leganés ante el Gernika en la primera ronda de la Copa del Rey (0-0 en el tiempo reglamentario, 6-5 en los penaltis) es, en cierta medida, históricamente negativa para los pepineros. Se trata de la primera vez que el Lega cae en esta ronda inicial desde que la Federación Española modificó el formato de la competición y la primera vez que un rival de inferior categoría tumba a los de Idiakez desde 2009, cuando el Reus entonces de Tercer División, ganó en Butarque por 1-2 en la ronda veraniega de la competición. Los pepineros entonces aún militaban en Segunda B.
Un varapalo que, al Leganés, le supone inyectar el virus de la duda por un organismo que parecía fortalecido e inmune después de la remontada de los últimos partidos en Liga. Con 16 puntos de 21 posibles, no hay en Segunda conjunto mejor que los blanquiazules en las últimas siete jornadas.
Confianza entre algodones
Sucede, sin embargo, que en Butarque se miraba con exceso el retrovisor visto que el arranque de curso fue horrible. Esos escasos cuatro puntos en ocho jornadas parecían amenaza constante de sombra alargada. Como si la confianza estuviera sostenida con menos firmeza de lo que aparentaba. Como si cualquier tropiezo pudiera regresar al equipo a la casilla de partida.
“Yo no he visto miedo en el equipo. He visto un equipo que se ha defendido tranquilo”, afirmaba Idiakez tras el triunfo ante la Ponferradina cuestionado por si en ese partido emergieron fantasmas del pasado y si creía que se podrían reeditar. Sus reflexiones, sin embargo, tras caer en Urbieta han devuelto su verbo a los pensamientos del comienzo de Liga. “Hemos demostrado que si no salimos al 100% en todos los partidos, no le ganamos a nadie”, comentó crítico tras caer en Copa.
Ahora está por ver si la próxima jornada, ante el Sporting en El Molinón (sábado 19), abre de nuevo grietas del pasado o si, por el contrario, el Leganés metaboliza el tropiezo de Gernika como un incidente más, sin consecuencias en su reconstrucción liguera. Son los daños colaterales de una competición, la Copa, que pasa sin pena ni gloria en caso de triunfo ante un rival menor, pero que suele generar destrozos importantes si la victoria es a la inversa.