Una revolución sin premio

El Andorra cayó derrotado en su estadio por primera vez esta temporada ante un Burgos de récord. Otro partido con la portería a cero, y ya van diez, que está situando al conjunto burgalés en la historia de la competición. El Andorra lo intentó todo, dominó y jugó bien, pero no pudo superar el entramado defensivo de su rival. Y no pudo hacerlo con un equipo completamente diferente del que empató en Málaga el fin de semana.

Es habitual que los entrenadores introduzcan cambios o rotaciones cuando hay una jornada intersemanal pero lo que no es tan normal es que revolucionan el once cómo lo hizo Sarabia: Diez cambios entre un partido y otro, incluído el portero. Sólo Mika Mármol, un fijo, se mantuvo en el once. Unos cambios que no le sirvieron para derrotar al Burgos pero que permitirán al equipo llegar mucho más fresco al partido de este fin de semana ante el Alavés.

La revolución de Sarabia, sin embargo, solo fue en los nombres. El Andorra es un equipo con las ideas muy claras y el sello de su entrenador bien presente, por lo que da un poco igual quien esté sobre el terreno de juego. Tanto en Málaga como ante el Burgos se vio al mismo equipo, al mismo Andorra, independientemente de quienes jugaran. La derrota, además, dejó un buen sabor de boca. Evidentemente se marcharon tristes y descontentos por el resultado, pero las sensaciones fueron buenas. Así lo expresó Sarabia tras el partido: “Fue un partido que nos vino bien, fue un contexto nuevo este año. Así podemos aprender e incidir en otro tipo de detalles. Ahora miramos para adelante. Estamos muy bien y esta derrota no va a apartarnos del camino, del optimismo y de la idea de hacia dónde tenemos que ir”.