Un Oviedo diferente, un mismo final
Carrión mostró en su primer test que busca un equipo más protagonista con la pelota
Marcos André mandó al garete todo el trabajo en el último suspiro. Fue en un derechazo desde la frontal que se coló en la escuadra de Leo Román y que puso fin a las expectativas del Oviedo de salir con algo positivo, aunque fuera solo un punto, de la visita del poderoso Valladolid. Pero la cita sirvió al menos para ver cómo se desenvuelve el nuevo Oviedo de Luis Carrión.
O al menos para ver algunos indicios. Porque el entrenador llegaba a la cita con tan solo dos sesiones con sus nuevos hombres y parece imposible construir una idea de juego en tan poco tiempo. Más aún cuando el equipo aterrizaba con tantas dudas en la mochila: sin ningún triunfo en la temporada y con una destitución en el banquillo.
Pero a Carrión hay que reconocerle al menos que sí logró que se vieran cambios en el equipo. La primera media hora mostró a un buen Oviedo, que supo qué hacer con la pelota y que trató de llegar al arco rival a través de la posesión. Fue un cambio radical con lo que estaba mostrando el conjunto dirigido por Cervera, de mentalidad mucho más defensiva.
Pero esa puesta en escena convincente se evaporó a la media hora. Fue entonces cuando el Valladolid despertó de su letargo y empezó a tener más la pelota. Y al Oviedo le costó. Empezó a ceder metros y cambió el panorama por completo. El equipo se mostró más débil atrás que en la época de Cervera, lógico viendo la nueva propuesta, y el Valladolid empezó a acumular acercamientos hacia la meta de Leo Román. El Oviedo ya no llegó a recuperarse del todo tras ese punto de inflexión.
Al final del choque, Carrión no tenía dudas de por qué el equipo había cambiado tras un comienzo prometedor. Todo tiene que ver con la confianza. “No es que ellos se hayan venido arriba, sino que hemos sido nosotros los que, en una o dos pérdidas, le hemos dado el balón a ellos, que tuvieron más dominio. Los primeros veinte minutos fueron buenos, llegando por dentro y fuera, sin encontrar ocasiones claras. No sé que ha pasado luego, hemos perdido un balón… ¿Y qué pasa por perder un balón? Por nuestra culpa hemos dejado de tener el balón. En la segunda parte hemos empezado bien, más con corazón que con cabeza, pero el equipo ha enganchado a la gente. Nos hemos pasado de rosca y ha llegado el gol de ellos”, expuso el entrenador.
Debut de Cazorla
La séptima jornada sin ganar sirvió al menos para una buena noticia para el oviedismo. Una por la que se llevaba esperando mucho tiempo: el regreso de Santi Cazorla. El internacional español entró en el terreno de juego a los 88 minutos de juego y el Carlos Tartiere le recibió con una cerrada ovación. No le dio tiempo a participar mucho en el juego y fue testigo en directo de cómo Marcos André convertía un estreno con cosas para confiar en el mejora en otra decepción grande.
El Oviedo necesita muchas mejoras para salir de abajo. La propuesta del nuevo entrenador demanda tiempo, así como la integración poco a poco de un Santi Cazorla llamado a tener un papel mucho más protagonista ahora que Carrión está a los mandos.