Un equipo con margen de mejora de cara a la segunda vuelta de Liga
Tras una primera mitad de competición notable, el Oviedo se fija la defensa y la regularidad como claves para aspirar al ascenso.
El cierre de la primera vuelta dejó cierto sabor agridulce en el Real Oviedo, por cómo se dio. La derrota por dos goles a tres ante el Córdoba no entraba dentro del guion. Sin embargo, la lectura a largo plazo no puede ser negativa, pues los de Calleja cruzan el Ecuador de la competición metidos en la zona de playoff de ascenso. Eso sí, y el propio entrenador así lo reconoció, el margen de mejora es aún amplio.
Hay dos áreas claras de mejora de cara a la segunda vuelta. Uno es el de la defensa. 29 goles recibidos en tan solo 21 jornadas es un saldo negativo para un equipo que quiere estar en lo más alto. Uno de los principales problemas ha estado atrás, y así lo ha reconocido el propio Calleja, aunque ha ampliado la cuota de responsabilidad a todos los futbolistas y no solo los zagueros.
En la búsqueda de esa seguridad defensiva, el entrenador no ha sido capaz de encontrar una línea defensiva que le llene hasta la fecha. Los cambios han sido una constante. Es cierto que en el centro, Dani Calvo y David Costas han sido los más habituales siempre que han estado sanos. En los laterales, en cambio, habido muchas más modificaciones.
En la derecha, Lucas Ahijado y Álvaro Lemos eran los principales candidatos a comienzo de temporada. Al menos son los dos laterales puros de la plantilla. Sin embargo, con el paso de las jornadas, el que se ha ido abriendo un hueco en el carril diestro de la defensa ha sido Oier Luengo, un teórico central que sin embargo ha actuado más veces en el lateral. Calleja busca con el vasco en la derecha mayor seguridad defensiva y darle libertad a Hassan , que suele actuar de extremo de la misma banda.
En la izquierda, la cosa se ha simplificado a dos nombres. La temporada comenzó con Rahim como el preferido en los planes del entrenador. Sin embargo, las ausencias del africano con la selección de Níger abrieron las puertas de la titularidad a un Carlos Pomares que ha tirado de veteranía y poso para cumplir siempre que se le ha requerido. En las últimas jornadas, incluso, el valenciano ha dado el salto a la titularidad, y ha acabado la primera vuelta con la sensación de que Calleja apuesta más por él que por su compañero.
La falta de regularidad
Así, queda claro que se sitúa en la defensa un claro margen de mejora. Lo dicen los números y la sensaciones durante la temporada. También lo cree la dirección deportiva, que apuesta ahora por un refuerzo en la zaga que dé un salto de calidad a los de Calleja de cara a la segunda vuelta.
Pero la defensa no es el único aria que puede ir a más. Así lo entienden dentro del club. Un defecto claro en la primera vuelta ha sido la falta de regularidad. El equipo ha atravesado diversas fases a lo largo de las 21 jornadas, y solo ha logrado sumar con habitualidad en algunas rachas, encadenando victorias de mérito, sobre todo en el Tartiere, como derrotas amplias.
La última semana de competición fue el mejor ejemplo de esa falta de continuidad en los resultados. Los de Calleja derrotaron en una exhibición de fondo de armario al Granada, otro candidato, por 2-0 en el Carlos Tartiere. Y, a continuación, triunfaron en La Romareda en una remontada para recordar: de ir perdiendo 2-0 al descanso a imponerse 2-3 al final con un Ilyas Chaira estelar y espoleado el equipo por los cambios. Pero la última fecha del año dio como resultado ese 2-3 ya comentado con el que el Córdoba regresó a Andalucía con los tres puntos en el bolsillo en una tarde de facilidad defensivas por los hombres de Calleja.