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MÁLAGA

Tres rojas terminaron de sepultar al Málaga

Las expulsiones de Burgos, Luis Muñoz y Genaro en citas claves ante Oviedo, Albacete y Racing han agotado cualquier opción de reacción. La salvación, a diez puntos, es una quimera.

Actualizado a
Los jugadores del Málaga, cabizbajos tras perder ante el Racing.
MARIANO POZODiarioAS

El Málaga - Racing era el último tren. El partido “de siete puntos”. La oportunidad para reducir la desventaja a cinco puntos y mantener viva la esperanza de permanencia. Pero el Málaga volvió a dar el petardazo. Lo único que ha sabido hacer en las últimas temporadas. En los despachos y también en el césped. Y de nuevo la derrota llega precedida de un error individual garrafal. Otra expulsión absurda y ridícula. Esta vez de Genaro, el mismo que falló en la jugada que costó la derrota hace una semana en Granada.

Pellicer llegó al banquillo hace seis jornadas, con el equipo a cuatro puntos de la permanencia. Ahora está a diez y prácticamente desahuciado. Por el camino, cuatro derrotas, un empate y solo una victoria. Las tres derrotas contaron con un denominador común: una tarjeta roja innecesaria. Ante el Oviedo, hoy equipo que marca la zona de permanencia con diez puntos más que los blanquiazules, fue Esteban Burgos el que perdió los papeles y se fue a la ducha por protestar.

Una semana más tarde, en Albacete, Luis Muñoz dejó al equipo con diez en el primer tiempo con 1-2 a favor en el marcador por otra protesta indecente a Trujillo Suárez. Esa expulsión le costó el partido al Málaga y al futbolista la capitanía.

Y este domingo, en el encuentro casi definitivo, fue Genaro quien, en el minuto 46, en campo rival, muy lejos de su portería, hizo una entrada disparatada con el pie a una altura desmedida que le envió a la ducha. A partir de ahí, el Racing creció en el encuentro y acabó llevándose los puntos y sepultando las opciones de un Málaga que, salvo milagro, estará la próxima temporada en Primera RFEF.

El descenso es prácticamente una realidad cuando faltan tres meses de competición. El descalabro es total y el fracaso de la gestión de José María Muñoz y el resto de dirigentes que han formado este proyecto no tiene parangón.