Sylla, el héroe infiltrado
El ejecutor del penalti del ascenso del Real Valladolid tuvo un final feliz, después de varias lesiones y de forzar, otra vez, para recuperarse y jugar.
Mamadou Sylla consiguió, que no vivió, su tercer ascenso consecutivo a Primera División, en esta ocasión, marcando el gol definitivo que lleva de vuelta al Real Valladolid a la máxima categoría. El ariete barcelonés empezó la temporada de aquel Girona que hoy parece prehistórico vistiendo su zamarra en una ocasión, fue parte del Deportivo Alavés que retornó a la élite hace un año y se convirtió en héroe como blanquivioleta. Uno que se podría decir insospechado por varias razones.
La primera tiene que ver con las dudas que suscitaron su fichaje. Cogido a contrapié, con el mercado próximo a cerrarse, Paulo Pezzolano reconocía minutos antes que esperaba otra cosa; algún refuerzo más que completase una plantilla falta de efectivos en el mercado veraniego. Las expectativas deportivas (y económicas) motivadas por el reciente descenso y las ventas, así como el poco protagonismo que había tenido Sylla en el Alavés, despertaron un recelo en torno a su figura que, con esfuerzo, empezó a disipar según llegaron sus primeros goles allá por octubre.
Con seis marcados a primeros de diciembre, cayó lesionado por primera vez, del bíceps femoral, un contratiempo que le podía haber mantenido fuera del equipo hasta el final del año, y del que, sin embargo, se recuperó acortando dos semanas los plazos, pudiendo reaparecer en el último partido de 2023 contra el Racing de Ferrol, en aquella triste derrota que dejaba al equipo herido. Pasado el parón, entrado en 2024, le costó volver a ver puerta: no lo hizo hasta finales de marzo, cuando marcó al Eibar. Y entonces (en puridad, dos semanas después, volvió a caer).
Una rotura en el tendón del aductor comprometió su final de temporada; ponía en riesgo que pudiera volver a participar, ya que el plazo de recuperación que le notificaron fue de ocho semanas. Así lo reconocía sobre el mismo césped este domingo, en los micrófonos de Cadena SER Valladolid: “Cuando quedan ocho jornadas y te dan esos plazos, dices adiós a la temporada, pero yo dije que haría todo el esfuerzo para recortarlos y lo hice en dos semanas. Valió la pena por marcar el gol del ascenso. No tengo palabras para describir la felicidad inmensa que siento”.
El delantero de origen senegalés explicó que “no estaba al 100%”, pero hizo el esfuerzo de recurrir “a infiltraciones para poder llegar y ayudar al equipo”. Ya se sentó en el banquillo en Alcorcón, aunque Pezzolano decidió aguantar. La apuesta le salió bien: Sylla volvió al once titular frente al Villarreal B, disputó el encuentro al completo y, a la hora de la verdad, en ese instante en el que un resoplido puede llevar fuera un penalti (de hecho, Iker Álvarez lo acarició), envió el suyo al fondo de la red.
Aunque su fichaje fue anunciado por una sola temporada, entonces quedó una puerta abierta a una continuidad que se deduce que se producirá, a falta de que se produzca una comunicación oficial en las próximas fechas. Sería, en ese caso, su reencuentro con una Primera División que le ha sido esquiva en las últimas temporadas incluso cuando ha militado en ella, como hizo durante la 2021-22, en la que su participación fue residual en Rayo Vallecano y Alavés. Llegará, de darse esa confirmación, como el héroe infiltrado de un ascenso que mereció la pena.
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