Sebas Moyano, el premio a la decencia en un año negro del Lugo
Marcó el último gol de Lugo en Segunda y en el partido número 500 del equipo en la categoría. Su lucha y su profesionalidad le salvan de la quema de un año nefasto de los albivermellos.
Dicen que los malos tiempos sacan lo mejor de los hombres. Si ese adagio se pudiese trasladar al mundo del fútbol, Sebas Moyano (Villanueva del Duque, 1997) sería la prueba más palpable de ello. En un entorno tan tóxico como ha sido el CD Lugo esta temporada, huérfano de líderes en el verde y en las oficinas, mal planificado y peor ejecutado y con la marca del descenso desde el inicio mismo de la temporada, el cordobés ha sido de los pocos que han sabido llevar la albivermella con dignidad y profesionalidad desde la primera hasta la última jornada, en la que fue protagonista marcando el último gol de Lugo en Segunda División. Ahora el club inicia su particular “larga noite de pedra”, que diría Celso Emilio Ferreiro, mientras que Moyano se ha ganado a pulso seguir en la categoría de plata.
No fue fácil para Sebas Moyano ser alguien en el Lugo. Su pase en propiedad al club albivermello ya estuvo envuelto en un nunca del todo aclarado préstamo de la entidad del Anxo Carro al entonces quebrado Córdoba, que puso los derechos federativos del extremo como garantía y pago. Tras incorporarse a la disciplina del Lugo, tuvo que superar una cesión al Ebro y una lesión de rodilla antes de enfundarse la camiseta albivermella. El año pasado se ganó minutos con Albés y este acabó siendo fundamental y de los pocos que se salvan del ridículo común. Cierra la temporada con cuatro goles y la sensación de que el esfuerzo nunca fue negociado. Lo dio todo y eso, en este Lugo descendido, ya es mucho.
Quedará para siempre ligado a la historia del Lugo como aquel que marcó el último gol en Segunda después de once temporadas consecutivas del equipo en el fútbol profesional, y también como el que marcó en el partido número 500 del Lugo en la categoría de plata. Ahora, con el Oviedo y el Cartagena peleando por sus servicios (ambos clubes con aspiraciones) Sebas Moyano podrá continuar su carrera en el fútbol profesional como lo ha hecho siempre, con la conciencia tranquila y la cabeza alta. Merece que le vaya bien. Seguro que será así.