Rubén Yáñez, el nuevo ángel de la guarda sportinguista
El catalán fue determinante con el penalti que le detuvo a Braithwaite y con otras paradas que le permitieron completar su sexto partido sin recibir goles.
El Sporting siempre ha tenido grandes referentes en la portería; Castro y Ablanedo son, sin discusión alguna, los principales en la historia rojiblanca. Y, en este siglo, Roberto, Cuéllar y Mariño han sido los últimos ángeles de la guarda en el equipo gijonés a los que se ha sumado ya, con solo 13 partidos, Rubén Yáñez. El guardameta catalán fue determinante en el triunfo del conjunto de Miguel Ángel Ramírez sobre el Espanyol y se convirtió en protagonista de la jornada con el penalti que le detuvo a Martin Braithwaite.
Yáñez había estudiado los lanzamientos del delantero danés desde el punto de penalti. Y se dio la ocasión de demostrarlo con 2-0 en el marcador y al menos un cuarto de hora de partido por delante. El portero del Sporting adivinó la trayectoria del disparo y respondió con una doble intervención extraordinaria; primero llegó al tiro duro y abajo, donde más les duele a los porteros, pero luego estuvo tan decidido como valiente para llegar como un poseso al rechace que pretendía aprovechar Aguado.
La parada cortó cualquier reacción que pudiera haber en busca del empate por parte del Espanyol en los minutos finales. Pero no fue el único momento estelar del portero del Sporting que, por ejemplo, aguantó al equipo en el inicio de partido y evitó que el conjunto perico se adelantara en el marcador con una gran intervención a disparo de Jofre. Algo similar a lo que sucedió en Albacete una semana antes cuando abortó con varias paradas de gran mérito la posibilidad de que los manchegos se adelantasen en el marcador.
“Era importante volver a la portería a cero”, recordó Ramírez al final del partido. Este partido fue el sexto en que lo conseguía Rubén Yáñez, “un profesional increíble, con grandes condiciones y por el club estuvo muy agresivo para contratarlo”, comentó el entrenador en la sala de prensa de El Molinón.
Así fue. Yáñez fue el primer fichaje del Sporting la pasada pretemporada en una apuesta firme y decidida por un portero que acababa de sufrir el mayor palo de su carrera. Llegaba a Gijón tras el descenso del Málaga a la Primera RFEF. “Dije que no se arrepentirían y no nos estamos arrepintiendo. Es una persona espectacular, increíble en el día a día y se merece que le pasen estas cosas buenas”, añadió Miguel Ángel Ramírez.
Rubén Yáñez (Lloret de Mar, 12-10-1993), con 30 años recién cumplidos, se encuentra en plena madurez futbolística después de 11 temporadas como profesional. Con 18 años llegó a la cantera del Real Madrid con el que puede presumir de haber formado parte del equipo blanco que conquistó en 2017 la Champions, la Liga, la Supercopa de Europa y el Mundial de clubes. Getafe, con cesiones al Cádiz y al Huesca por medio, además del Málaga fueron sus equipos. Con el Huesca disfrutó en 2020 del ascenso a Primera, que ahora busca en el Sporting.
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