Roko Baturina: el goleador al que nadie esperaba
Los goles del delantero croata, cedido en el Racing por el Ferencvaros húngaro tras pasar la primera mitad del curso en Eslovenia, están siendo vitales en la lucha por la permanencia
¿Roko qué?¿Y viene de Eslovenia? El bajonazo del racinguismo fue de nota cuando Mikel Martija, el director deportivo del Racing, se sacó de la chistera a Roko Baturina en los últimos días del mercado invernal después de que Asier Villalibre y Jon Karrikaburu, los dos grandes objetivos, le dieran calabazas y prefirieran irse al Alavés y al Leganés, sin olvidar a Jaime Mata, que optó por seguir sin jugar en Getafe antes de bajar a Segunda para no bajar a Primera Federación. Eso ya es historia, ahora la realidad es que en 11 partidos, en apenas 720′ de juego, Baturina ha marcado tres goles, ha dado tres asistencias y ha provocado un penalti. Y La Gradona de los Malditos ya le ha hecho una canción. Con la música de Los Picapiedra, casi nada.
Roko Baturina nació hace 22 años en Split, tiene estatura, 1,87, para haberse decantado por el baloncesto o el balonmano, dos deportes en los que Croacia es una fábrica inagotable de talentos, pero se decidió por el fútbol y ha sido internacional por su país en 35 ocasiones, desde Sub-15 hasta Sub-20. Surgido en la cantera del RNK Split, el rival modesto del poderoso Hadjuk Split, fue captado por el Dinamo de Zagreb, pero con el que solo llegó a disputar un partido en el primer equipo, antes de cederlo al NK Bravo de Eslovenia, primero, y traspasarlo después al histórico Ferencvaros húngaro. Tampoco triunfó con los de Budapest. A pesar de no tener malos números en la Primera de Hungría, 10 goles en 26 partidos, le cedieron al Lech Poznan polaco, sin marcar en solo tres partidos, al Maribor de Eslovenia al empezar esta temporada, 7 goles en 27 partidos, y al Racing al comenzar la segunda vuelta.
En el Racing, sin embargo, todo le va de cara. Nada más aterrizar, casi sin entrenar, entró al campo a los 29′ de juego en Ponferrada debido a la lesión de Matheus Aias y a la siguiente jornada, en su primera titularidad, marcó un gol a los 27′ de juego frente al Leganés. Luego, y pese a estar ocho jornadas sin marcar, aunque sí dio asistencias, siempre contó con la confianza de José Alberto, que le tiene por delante de los otros tres delanteros centros de la plantilla, Matheus, Gassama y Cedric. Frente al Albacete y el domingo contra el Granada sacó petróleo de su asociación con Íñigo Vicente, que le dió dos pases de gol desde la izquierda y él convirtió, con sendas maniobras de nueve puro, en tantos valiosísimos. Es un delantero centro nato, bastante rápido y con un buen ataque al espacio desde el centro hacia la izquierda, con fuerte zapatazo con la pierna izquierda. Curiosamente, aunque es muy alto, no ha tenido especial éxito en el juego aéreo y pese a ser zurdo cerrado, muy cerrado, dos de los tres goles los ha certificado con la pierna derecha, el que marcó al Leganés y el del domingo al Granada.
El delantero croata, con una gran comunión con la grada de El Sardinero, se ha integrado desde el principio en la ciudad y no se pierde, por ejemplo, un solo partido de la Liga ASOBAL cuando juega el Blendio Sinfín en La Albericia. El pase de Baturina sigue perteneciendo al Ferencvaros, pero el Racing tiene una opción de compra para quedarse con él a partir del 30 de junio. No es muy probable que, estando en Segunda, el equipo santanderino pueda pagar un traspaso por él (o por cualquier otro). Y si bajara a Primera Federación, ya ni hablamos. Aunque de momento, y gracias entre otras cosas a los goles de Baturina, el equipo de José Alberto parece tener encarrilado el camino a la permanencia.