NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

LEGANÉS

Riza Durmisi, el ídolo bético que busca reencontrarse en el Leganés

El internacional danés disputó el domingo su primer partido como titular con un rol destacado. Falto de forma, derrocha hambre para dejar atrás los malos momentos en el Lazio.

Actualizado a
18/09/22 PARTIDO SEGUNDA DIVISION
LEGANES BURGOS 
DURMISI
INMA FLORESDiarioAS

Riza Durmisi (nacido en Copenhague, pero crecido en Ishoj, de 28 años) anda buscando en Leganés algo más que un proyecto deportivo en el que asentarse. Su objetivo al sur de la capital tiene forma de reconducción vital. De nueva etapa para ser feliz. “Lo he pasado muy mal”, comentó en su presentación este lateral izquierdo de origen albanés e internacional con Dinamarca que hasta hace no mucho ejerció de ídolo del Betis.

Su personalidad humilde y dos buenas temporadas en Heliópolis (54 partidos, tres goles, ocho asistencias) le valieron el cariño eterno de los verdiblancos y una salida rumbo a la Lazio (6,5 millones de euros) para seguir su progresión ascendente. Sin embargo, en Italia, lejos de encontrar felicidad, halló mil y una dificultades que acabaron dejándolo el pasado verano apartado de facto de la disciplina lazial. Pesadilla que forma parte de un pasado reciente del que quiere desprenderse cuanto antes.

Una infancia compleja

No es la primera vez que la vida da la espalda a este defensa con más vida que la que señala su pasaporte. Nieto de un emigrante albanés que huyó de Macedonia a Dinamarca, en Ishoj vivió junto a sus padres, sus tíos y tres primos. “Sólo mi padre tenía trabajo, así que sólo él se podía permitir el gusto de dormir en una habitación. El resto, compartíamos”, añadía al poco de llegar a Italia para representar lo duro de unos orígenes en los que llegó a dormir en una habitación con nueve personas.

Como aquellos años en los que el fútbol representaba una escapatoria de esperanza, ahora lucha para olvidar los últimos malos años. Hambre competitiva que es una de las excusas que Imanol Idiakez está usando para acelerar plazos y adaptarlo a la dinámica del Leganés cuanto antes. Ya el domingo, ante el Burgos, se estrenó como titular para ejercer un rol destacado.

Buen debut titular

Frente a los castellanos, sin apenas entrenamientos en las piernas (semana y media) y apenas 45 minutos de pepinero (Idiakez le dio toda la segunda mitad en Las Palmas), Durmisi ofreció ante el Burgos ofreció 66 buenos minutos, el tope que le permitieron sus pulmones y unas piernas apenas ejercitadas este verano. Sarri, el entrenador de la Lazio, no lo incluyó en el grupo y le forzó a entrenarse por las tardes y al margen del resto de sus compañeros.

Pese a ello, su rendimiento frente al Burgos fue optimista. De su zurda nació la ocasión más clara en un centro que Miramón, forzado por la defensa burgalesa, mandó fuera por poco. También le dio tiempo a servir un buen balón a Arnáiz. El cabezazo se marchó suave, pero cerca de la meta defendida por Caro. Atrás se fajó en cuatro recuperaciones, dos robos y dos despejes.

Durmisi despeja un balón ante el Burgos.
Ampliar
Durmisi despeja un balón ante el Burgos. INMA FLORESDiarioAS

“Riza lleva tiempo sin jugar. Le falta para estar al 100%, pero ha jugado bien”, analizó Idiakez tras el partido regalándole el cariño que busca en Leganés, ése que pretende transformar en algo parecido a la versión que ofreció en Heliópolis. “Yo siempre me exijo mucho. Quiero demostrar que puedo ser uno de los mejores laterales de LaLiga”, llegó a prometer el propio Durmisi durante su presentación. Un anhelo que hace algunos años no era tan descabellado.

Sin suerte en Italia

Durante su periplo en el Betis, dirigido por cuatro entrenadores (Poyet, Alexis, Víctor y Setién) entre 2016 y 2018, Riza se acercó a esa versión. En su primera campaña disputó 27 partidos (todos de titular) y en la segunda, 24 (sólo uno de suplente). Curiosamente su despedida de verdiblanco fue ante el Leganés la tarde que Garitano y Mantovani también dijeron adiós a Butarque. Aquel verano puso rumbo a la Lazio donde la pizarra de Inzaghi comenzó a frenar su evolución.

Se veía claramente que era un lateral zurdo de buena pierna izquierda, pero más propio para una defensa de cuatro, pero a Inzaghi le gusta jugar con cinco, así que le costó adaptarse. Jugó 19 partidos, pero no destacó por encima de la media”, cuenta desde Italia Francesco Pietrella, periodista de La Gazzetta dello Sport.

Durmisi, durante un partido de Europa League con la Lazio.
Ampliar
Durmisi, durante un partido de Europa League con la Lazio. TIZIANA FABIAFP

La alta exigencia de la Lazio le forzó a iniciar en la primera ventana invernal tras su fichaje a una concatenación de cesiones sin éxito que ha acabado con la última, ésta al Leganés. Niza, Salernitana (el hasta hace un año equipo también propiedad del dueño del Lazio, Cladio Lotito) o Sparta Rotterdam fueron sus destinos para acumular apenas 18 encuentros en dos temporadas y media.

“Llevo tiempo viviendo situaciones difíciles. Por eso llego con muchas, muchas, muchas ganas de demostrar que puedo ser uno de los mejores laterales de España”, insistió en perfecto castellano durante su puesta de largo este zaguero musulmán no practicante capaz de hablar cuatro idiomas (danés, inglés, castellano e italiano), todavía ídolo del Betis y esperanza para el lateral izquierdo de un Leganés hambriento, como Durmisi, de recuperar mejores tiempos pasados.