Rafa Sanz, un aliado blanquiverde en El Alcoraz
El entrenador del Peñas de Huesca de la Segunda FEB es socio del Córdoba y estará el lunes apoyando al conjunto de Iván Ania en el compromiso liguero del lunes
El Córdoba CF contará con un aliado el próximo lunes en las gradas de El Alcoraz. Rafael Sanz, el entrenador del histórico Peñas de Huesca de baloncesto, que ahora milita en la Segunda FEB, acudirá al estadio oscense con la intención de ver al equipo entrenado por Iván Ania, del que es abonado “como lo he sido más de la mitad de mi vida. Estuve 18 años seguidos, después un paréntesis de cuatro o cinco años que no, y ahora nuevamente tengo el carné con un número más alto del que podría ser”.
Nacido en Córdoba un 27 de mayo de 1976, Sanz ha pasado por muchos enclaves del baloncesto español. Especialmente, en las categorías de LEB y LEB Plata, que esta temporada cambian de nomenclatura a Primera y Segunda FEB. En su periplo, Sanz ha estado en Córdoba, Tenerife, La Palma, Ourense, Alcázar de San Juan, Plasencia, Académica de Coimbra de Portugal y ahora vive su segundo año en Huesca. Por ello, tiene claro que “la intención es ir sí o sí” en lunes a las 20:30. Curiosamente, esa experiencia sólo la tuvo en su etapa de Tenerife, cuando pudo ver al Córdoba en el Heliodoro.
Pero su relación con el Córdoba comenzó en la década de los 80 y en horas bajas de la entidad blanquiverde. Sanz recuerda que “la primera vez que vi al Córdoba fue en Tercera en un año que subió. Mis recuerdos son de Segunda B y, por ello, el ascenso de Cartagena fue el gran momento”. Incluso apunta que “a los que íbamos a ver al Córdoba nos veían como tontos en la clase” si bien “tras ese día dejamos de ser los raros y nos quitamos una espinita”.
Conocedor del deporte profesional, Rafael Sanz se ha mostrado crítico con los rectores del Córdoba en otras etapas en las tertulias en las que participó. Incluso considera que “hemos superado a algunos de los gestores más nefastos de la historia del deporte español. Hemos sobrevivido a todo como actitudes poco profesionales, despilfarros…”. Y, pese a ello, ha resaltado que “el fútbol es un activo de emociones y mueve los sentimientos de la gente. Es un suavizador de problemas. Y cuando llegan las alegrías se ve todo diferente. Por eso el Córdoba es un superviviente”.
Fuera de su pizarra y la pista de baloncesto, saca tiempo para ver al Córdoba y apunta que “en esta temporada no lo he podido ver en el campo. Por lo visto en la tele, creo que tenemos una plantilla cortita, pero haciéndonos fuertes en casa podemos llegar a salvarnos, que es el objetivo realista al que aspira el club”.
También pone en valor la labor de Iván Ania, su homólogo en el banquillo del Córdoba. Sanz entiende que el asturiano “tiene dos virtudes. Deportivamente, tiene capacidad de reacción a las circunstancias. Además, tiene un perfil humilde y sensato. En Córdoba los fantasmas gustan poco. Desprende esa honestidad y sentido común. Para mí es más reactivo de proactivo, algo que se le vio en el play off a la hora de tomar decisiones que fueron acertadas”.
Sobre el Huesca, ha reconocido que “les he visto un partido. Han empezado bien y han salvado un match-ball económico en pretemporada que el equipo no acusó en el arranque”. Aun así, da una pista al afirmar que “el Córdoba puede jugar con las incertidumbres de las dos últimas derrotas”.
En Huesca, por supuesto, ya ha tenido oportunidad de hablar del encuentro, porque “siempre hay algún periodista que me pica, pero no hay dudas: soy del equipo que me paga y del Córdoba de fútbol”.
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