Qasmi, rescate desde las sombras
El ariete franco-marroquí simboliza el esfuerzo coral que reclama Idiakez a los suyos. Ante el Tenerife salió en el 90′ y dio el gol del triunfo. “Aunque juegue un minuto, debe ser de oro”.
Cuando pisó el césped la esperanza era asunto de locos y descreídos. Lógico. Galopar por una pradera de Segunda desde el minuto 90, exiliado de las sombras del banquillo, da para pocos sueños. Pero Qasmi es tipo de ceño fruncido, carácter fuerte y empecinada ilusión. Soldado de la fe que ante el Tenerife, el pasado domingo, dio al Leganés tres puntos con un gol sobre el alambre del tiempo (también del fuera de juego) y a él mismo un baño de confianza para recuperar la alegría de que puede volver a convertirse en pieza relevante de los pepineros.
Porque en lo que llevamos de curso Qasmi había sido, en los planes de Idiakez, jugador de presencia ínfima. Con apenas 172 minutos disputados sólo tres compañeros de campo más han competido menos que este franco-marroquí de 31 años: a saber, Manu Garrido (9′), Avilés (12′), Neyou (53′) todos ellos, por cierto, afectados en lo que llevamos de temporada por alguna expulsión o lesión que los ha lastrado.
No es el caso de un Qasmi que, con tan poco cronómetro en las piernas, ha competido en siete partidos ya, aunque sólo en dos de ellos de titular. Excluyendo esos dos duelos ante Lugo (62 minutos) y Burgos (61′), Qasmi ha jugado apenas 50 minutos entre cinco encuentros, a una media de diez minutos por presencia desde el banquillo. Casi la nada. Pero a Qasmi le sobra.
“Un minuto sólo debe ser de oro”
“Llevo ya tiempo sin jugar. La semana pasada [contra el Levante] entré [cuando faltaban] unos 20 minutos. Cuando llevas tiempo de jugar, con la madurez, aprendes que con sólo un minuto, debe ser un minuto de oro. Hay que aprovecharlo. Lo importante es que hay grupo. No sólo once jugadores”, comentó al terminar el partido levantando en zona mixta la bandera de la reivindicación breve. Ésa que significa explotar todos tus recursos aunque sea en corto espacio de tiempo.
“Mira, el gol ha venido de los que hemos salido del banquillo. Fede, Raba que me da el pase, yo que lo marco… los compañeros que salen de inicio pican la piedra y, como dice el míster, nosotros tiramos el muro”, añadió un Qasmi pletórico que pasó de opositar a primer delantero centro de la plantilla a pasar a la cuarta posición en ataque.
Reencuentro de forma
Tras una pretemporada de dudas físicas, Idiakez apostó primero por Juan Muñoz como ‘9′ (aunque no sea un ‘9′), seguido de Arnáiz y, más tarde, Qasmi o Parzyszek. Escenario oscuro ante el que Qasmi se ha transformado en obrero de la reincidencia. “Ellos ven que es verdad. Que todos son importantes… para un futbolista profesional es complicado no participar. Estamos intentando convencerles de que más allá de los cabreos por no jugar, que todos son importantes”, repitió Idiakez en zona mixta poniendo en valor actitudes como la demostrada por este ex de Rayo o Elche entre otros.
Fichado el curso pasado procedente del mercado invernal, su aportación ofensiva fue corta en el tiempo, pero relevante en los plazos. Hizo tres goles (en apenas seis jornada adelantó a Bautista y Garcés) y aunque en el tramo final el propio Garcés le comió el puesto, acabó acumulando confianza disuelta por los ajetreos del Leganés. Ahora, disipados algunos fantasmas y consolidados mecanismos competitivos, su papel parece de nuevo importante, aunque sin desviar que el Leganés buscará refuerzos en su posición el próximo mes de enero.