Pol Lozano, la génesis de un estilo
Estrenó el casillero del gol del Espanyol 23-24 el canterano, puro simbolismo por su reenganche con el proyecto, su arraigo perico y su manera de ver el fútbol, tan cercana a Luis García.
Aunque sí caprichoso, no es casual que Pol Lozano se haya erigido en el primer goleador del Espanyol 2023-24, por mucho que a punto estuvo de serlo Edu Expósito si su penalti no llega a impactar en el poste. Y, desde luego, sí es muy simbólico. Porque no forma parte de sus principales atribuciones, pero sí enaltece las bases de una manera de ser, de comportarse, de un estilo llamado a construir el camino del equipo perico hacia el retorno a Primera División. De eso sabe bastante: lleva tres ascensos consecutivos.
Frente a Las Palmas, el canterano sacó petróleo de la presión alta, del intento de la recuperación rápida tras pérdida. Tan veloz, en este caso, que le robaron la cartera a los canarios dentro de su propio área, donde ya no hubo más marcha atrás que el gol. Pero también alimentó a los atacantes en base a pases filtrados entre líneas, después de controles orientados marca de la casa. Y bajó a recibir cada vez que era menester para sumarse a esa salida con el balón jugado que, a diferencia del estreno ante el Cádiz (0-1), mostró a un Espanyol más compacto, capaz de progresar entre Calero, el infalible Darder o un punzante Expósito.
Jugó Lozano alrededor de 75 minutos, tan desgastado que se lió una bosa de hielo a un pie en cuanto ganó el banquillo. Asistió ya como espectador al empate de Las Palmas, y al tanto de la victoria de Rubén Sánchez. Pero eso sí es anecdótico. No lo es, sin embargo, la génesis de ese estilo ‘made in’ Luis García que personifica el mediocentro. Por ser canterano. Por su juego. Porque en un mes ha cambiado su opinión desde el hartazgo por el maltrato que le había infligido el anterior área deportiva a la ilusión por un proyecto que siente como suyo. Porque lo es.