Pezzolano saca brillo a la pizarra
El Real Valladolid es, sin contar los penaltis, el segundo equipo más productivo a balón parado de toda la Segunda División.
Suelen decir los analistas que un tercio de los goles que se producen en Segunda División llegan en jugadas a balón parado, y no les falta razón: a falta de ocho jornadas para el final, 285 de los 562 goles marcados en la categoría, un 34%, llegan en este tipo de acciones. Hay quien, a nivel porcentual, aprovecha más que otros estas jugadas, caso del Huesca, que ha hecho así el 55% de sus tantos o del Burgos, que ostenta un 49% de goles en pelota detenida. En el caso del Real Valladolid, el porcentaje se queda en un 35%, que superan ocho equipos, una cifra condicionada por el hecho de que los blanquivioletas son el único plantel que no ha marcado todavía desde el punto de penalti de los 22.
A pesar de ello, el conjunto de Paulo Pezzolano puede presumir de productividad, ya que ha hecho 14 goles así: nueve en saques de esquina (junto a Burgos y Huesca, más que nadie), tres en faltas botadas al área, uno de ‘gol olímpico’ y otro en un saque de banda. La cifra, sin contar penaltis, solo se ve superada por los 15 que lleva el Burgos, un especialista absoluto desde el saque de manos (lleva cuatro tantos así) y desde el córner, que completa sus guarismos con dos faltas rematadas a gol.
Contra el Cartagena, de nuevo Monchu ejerció de ejecutor, con un caramelo puesto sobre la cabeza de César Tárrega, que marcó su primer gol en el fútbol profesional. Para el balear no fue la primera asistencia en este tipo de acciones en lo que va de temporada, dado que ya resultó decisivo en el primer tanto hecho así, en el saque de esquina que Gustavo Henrique cabeceó a la red contra el Elche.
Contra el Cartagena, pero en la ida, el mediocentro botó también desde el córner, Marcos André prolongó y Cédric la empujó, algo semejante a lo que pasó en El Sardinero, donde hubo una cadena de pases antes de que Anuar ejecutase a Ezkieta. El no va más llegaría semanas más tarde contra el Burgos, contra quien marcó de saque directo, en una genialidad marca de la casa que ha tratado de repetir en alguna ocasión más, aunque sin encontrar la misma fortuna.
Ante el Andorra, entretanto, sería Joni Montiel el que asistiría a Juric para su primer grito del curso. Y ante el Amorebieta, contra quien el croata repitió en un saque de banda, el estreno de Salazar llegó con otra jugada de estrategia, en la que aparecieron los dos especialistas, además de Raúl Moro, que fue quien puso el balón en juego. Antes de este pasado domingo, Monchu volvería a intervenir en el tanto de Boyomo contra el Andorra en el Estadi Nacional, iniciado desde la esquina, como el de Meseguer contra el Real Oviedo, que llegó en un córner botado por Isra Salazar.
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