“Pensaba que la Segunda División iba a ser mucho más fácil”
El mediocentro argentino habla con AS sobre la actualidad del conjunto amarillo, su posible salida en este mismo verano, un repaso a su trayectoria y una anécdota con Lionel Messi.
Gonzalo Escalante (27-3-1993, Bella Vista, Argentina) concedió una entrevista a AS en un momento donde su nivel de juego es tema de debate continuo debido a las diferencias con el buen hacer que mostró en su llegada al club. Acumula su tercera temporada en la entidad amarilla. Tras llegar cedido desde la Lazio en enero de 2023, el argentino asombró al Nuevo Mirandilla con su ímpetu, garra y olfato goleador partiendo desde el centro del campo. Pieza clave en la permanencia en la temporada de su llegada, Escalante pasó a ser propiedad del Cádiz. Una temporada y media después, el de Bella Vista sigue lejos de esa versión pero convencido que la encontrará de nuevo.
—¿Qué tal se encuentra?
—La verdad que bien muy bien. Esta semana mucho mejor. Creo que el otro día hice uno de los mejores partidos y espero seguir en esa línea ascendente
—Nueve partidos titular esta temporada, ¿nota que está mejorando en lo individual con respecto a la temporada pasada?
—Hay que tener en cuenta que somos muchos mediocentros. Hay mucha competencia y eso también a veces es complicado. Como ves, vamos rotando casi todo por distintos asuntos y es lo que le he comentado. Contento porque en el último partido me sentí creo que muy bien y me sirve para agarrar confianza y seguir en esa línea.
—¿Qué le pide Paco sobre el verde?
—Creo que a mí individualmente nada especial. A todos los mediocentros nos pide que tengamos mucha mucha participación y que traten de buscarnos mucho, o por lo menos que intenten jugar esos primeros pases con nosotros para para traer jugadores. Creo que el otro día contra el Granada hicimos un par de buenas jugadas, que creo que es lo que busca a él. Nos sentimos bien.
—Un partido sufrido
—Sufrido, pero la verdad que aplicaba la idea de lo que quiere el míster. Nos falta concretar un poco más, ya que las ocasiones en todos los partidos las estamos teniendo.
—Muchas veces tratamos de encontrarle la posición ideal e intentar definirle como jugador. ¿Qué tipo de perfil de mediocentro se considera?
—Soy bastante llegador. Me gusta mucho y disfruto mucho con eso de llegar a área rival. Obviamente la gente está acostumbrada a la primera temporada. Se me caían los goles y uno se acostumbró a eso. Yo trabajo para volver a eso. Voy con las mismas ganas al área pero a veces no me llegan igual. Trato de seguir en la misma línea. Si el míster pide que esté más atrás me quedaré, pero tengo dentro eso de querer llegar de segunda línea siempre.
—Es su primera experiencia en la Segunda División española
—Al principio tenía un pensamiento distinto, si te soy sincero. Pensé que iba a ser mucho más fácil. Cuando estaba en Catania los partidos eran parecidos, pero hace diez años y pasó mucho tiempo. Entonces uno tiene el pensamiento de jugar siempre en Primera y después en Segunda va a ser todo más fácil. Y no es así. Los equipos corren más, son más aguerridos. A veces hay partidos que digo ‘no puedo creer que perdimos este partido si siento que somos mejores’. Me voy a casa indignado porque de las diez veces que jugamos fuera, siento que en nueve podemos ganar. Me costó un poco adaptarme pero ya mejor.
—¿Siente que ese exceso de confianza ha podido afectar al equipo?
—No solo el equipo, sino a la gente también. No solo a los jugadores. Los aficionados creían que íbamos a subir directamente y se dan cuenta que es complicado. Hoy en día en la élite se juega once contra once y el que no corre y no mete más goles que el rival, no merece más.
—El equipo acumula tres partidos invicto y dos porterías a cero consecutivas. ¿Está notando esa mejoría en el vestuario? ¿Existe la confianza de por fin poder revertir la situación?
—La confianza que tenemos en estos partidos nos viene muy bien. Obviamente, la situación con la gente también mejoró un poco. Eso nos ayuda un montón a nosotros. Esperemos seguir así. Sabemos que la Segunda es muy larga. Vemos que otros equipos están mal y por ejemplo, ahora el Almería ganó cuatro partidos seguidos y ya está arriba. Tenemos que seguir trabajando todos unidos porque creo que eso va a llegar. No tengo ninguna duda. Una vez que encaminemos dos victorias será como ellos. ¿Quién te para ahora con los jugadores que tenemos? Estamos trabajando para eso. Creo que vamos por el buen camino y esperemos que venga esa racha antes de que termine la Navidad y con la ilusión de que lo vamos a conseguir.
—Llega el descenso y el verano. Tiene contrato con el Cádiz y se hablaba mucho de que podía salir, ¿qué pasó realmente?
—Uno se va al verano y analiza su futuro. Obviamente yo tenía algunas ofertas y se lo planteé al club. Ellos me decían que contaban conmigo y que iba a ser difícil. Traté de llevarlo a buen puerto y no se pudo. El míster me comentó que para él era importante que yo me quedase. Entre todos decidimos que lo mejor era que me quedara y tratar de ascender, que es lo que todos queremos para estar felices. Yo siempre lo dije, aquí en Cádiz estoy muy contento. Mi familia vive espectacular. Lo que más quiero es devolver al equipo a Primera que es lo que todos queremos.
—Ha hablado de ofertas en verano. ¿Podría comentar cuáles?
—Había de fuera, pero prefiero dejarlo ahí.
—¿Le afectó la marcha de Conan Ledesma con quien estaba muy unido?
—Sí. A nivel personal 100%. Era mi amigo, mi hermano dentro del vestuario. Hacíamos todo aquí dentro y también fuera. Mi mujer y su mujer se llevan genial. También los niños. Hacíamos todo juntos. Pero estoy acostumbrado en el fútbol, es así. En seis meses cambia todo. Sé que fue para mejor para él y está contento. Tengo un amigo para toda la vida.
—Llegó al Cádiz con un nivel espectacular y fue de los emblemas en esa permanencia de la temporada 22-23. ¿Qué ha podido pasar con ese Escalante? ¿Hay algo a nivel personal? La gente se pregunta constantemente qué pasó con ese futbolista que deleitó a la grada.
—No, no, obvio. Me parece bien y de paso aprovecho para poder desahogarme un poco. Uno es jugador, pero antes de todo es persona. Creo que en ese momento llegué con toda la ilusión. La tengo ahora también, por supuesto. Pero en ese momento tuve los mejores seis meses de mi carrera, si te soy sincero. Tenía la seguridad de que iba a llegar el domingo y salía todo. El equipo también respondía muy bien. Jugábamos contra el Real Valladolid en casa, era una final y todos sabíamos que ese partido lo íbamos a ganar. Confiábamos muchísimo el uno en el otro. No creo que sea el único que lo está pasando. No sé si son rachas ya que en el Alavés también la tuve y se me caían los goles. Ahora voy con la misma determinación y ganas, porque lo único que quiero es que llegue el fin de semana, meter un gol, ganar y que estemos arriba. Lo que más quiero es volver a sentirme así. Lo trabajo mucho con el coach. Trabajo para estar en ese nivel. A veces se puede y otras no se da. Si no, estaría jugando la Champions League (risas).
—¿A nivel personal entonces se encuentra bien? ¿Tienes la intención de triunfar aquí?
—Todo puede pasar, pero tengo muchas ganas de devolver al Cádiz a Primera División. Creo que es espectacular vivir aquí, en este club y en Primera. Es espectacular. Yo he estado en muchos sitios pero lo que hay aquí es hermoso.
—¿Se siente a gusto en la ciudad?
—Sí, sí. Estoy muy a gusto. Vivimos bien y tengo un hijo que tiene sus amigos y sus cosas aquí. He estado en varios lugares del mundo y aquí me encuentro muy bien. Eso también hay que ponerlo en la balanza a la hora de decidir.
—Acumula más de 200 partidos en Primera División y el Eibar ha sido el equipo donde más continuidad ha tenido.
—Fue una etapa hermosa de mi vida. Disfruté muchísimo en ese club. No tengo más que palabras de agradecimiento. Ya después del cuarto año yo quería cambiar un poco de aire. Obviamente, había llevado algunas ofertas pero no me dejaban salir. Es lo típico de que no te dejan salir y demás, pero siempre he estado bien porque estaba muy a gusto, era joven y jugaba en Primera. Lo recuerdo con muchísimo cariño. Ahora cuando volví reviví miles de recuerdos. Llegué con 21 años y jugué 33 partidos en Primera, algo que era una locura. Jugaba contra Messi y para mi era algo increíble.
—Tiene una anécdota muy curiosa con Messi.
—Una vez me pasó una muy graciosa en Ipurúa. Yo era el capitán y hubo una posible falta de Messi que le hizo a un compañero, pero cogió la pelota, se fue de todos y metió gol. Entonces fuimos todos a protestar al árbitro. Y veo que viene andando hacia mí y diciéndome, ‘¿qué estás pidiendo?’ y de los nervios cuando me habló no sabía ni que decirle. Me miró con una cara como diciendo, ‘¿qué le pasa a éste?’ (risas).
—Suponemos que será su ídolo.
—Sí, sí. Por eso mismo fue algo raro para mí. Uno no quiere que su ídolo venga y le diga algo malo (risas).
—¿Le dio su camiseta?
—Sí, sí. Tengo varias de él. La verdad que con él muy bien siempre.
—Siguiendo en Ipurua. Estuvo con Mendilibar. ¿Ha sido el entrenador que más le ha marcado?
—Sí, 100%. Le tengo un aprecio enorme. Uno no se da cuenta la calidad de persona que era él. Una vez que te vas de allí te das cuenta de muchas cosas de otros entrenadores. No tengo más que palabras de agradecimiento hacia él. Es un entrenador increíble y una persona aún más increíble. Te exprime al máximo y tiene un carácter muy fuerte. Hay que saber entenderlo, pero siempre desde la bondad. Lo quiero un montón. Me puse muy contento cuando vi todo lo que ganó porque se lo merece. El fútbol se lo debía. Mucha gente opina lo mismo. Le deseo lo mejor siempre.
—¿Con él se vuelve más goleador?
—Con él ya tenía ese punto goleador. No hice tantos como ahora, pero siempre hacía alguno. Él me llamó para llegar al Alavés. También tenía para venir al Cádiz ese año, pero me llamó Mendilibar y no lo pude dudar. El equipo era de atacar bastante y lo aproveché. Cuando ves que te van cayendo le coges el gusto. Aquí llegué e hice cuatro.
—Anotó goles importantes, pero le recuerdo una asistencia a Sobrino frente al Celta
—Esa fue una locura. Ojalá recuperar ese nivel, es lo que más quiero. Lo juro.
—¿Qué recuerdos tiene del Alavés?
—Tengo muchos amigos y buenos recuerdos. Hay mucha gente buena en ese club. Muy parecido a Eibar. Estuve muy bien. Solo tengo palabras de agradecimiento. Fue uno de los equipos en los que más me dolió no haber permanecido en Primera. Se nos escapó por poco. Era un club para estar varios años, pero todo se da por algo y a lo mejor no estaría aquí si se hubiesen dado las cosas diferentes.
—Su etapa en la Lazio estuvo marcada por las cesiones
—Creo que el primer año me sentí increíble. Con Inzhagi jugaba todo. Hasta llegué a jugar la Champions League de titular y a un nivel increíble. Decía ‘me siento increíble, estoy jugando muy bien’. Al siguiente año, cuando llegó Sarri, me dijo que no me iba a tener en cuenta. Él me dijo que no iba a jugar más. Yo seguía entrenando y estando en el banquillo pero ni calentaba. Después de seis meses decidí que tenía que irme. Luego, al volver, seguía él y su pensamiento no había cambiado. Siento que el primer año lo hice muy bien.
—¿Cree que se merecía más continuidad allí?
—Claro, pero a Sarri le gustaba mucho otro chico que estaba en mi puesto. También estaba Lucas Leiva, que era un jugador increíble.
—También estaba Luis Alberto. ¿Le dijo algo sobre una posible llegada al Cádiz?
—Él siempre lo decía. Su locura me la podía creer. Él es una persona que suele decir cosas así complicadas y las termina haciendo. Es capaz. Sé que con Manolo (Vizcaíno) se lleva bien y lo veía posible. En la Lazio no lo iban a dejar salir así como así y no se acabó dando.
—Estuvo a punto de llegar al Valladolid y acabó en el Cádiz. ¿Qué pasó?
—Me junté con mi representante en Milán, en su casa, y cuando estábamos cenando estaba viendo al Cádiz, que jugaba frente al Sevilla. Mientras, estaba arreglando todo para ir al Real Valladolid. Quedaban detalles. Si todo se cerraba, viajaba al día siguiente para Valladolid. No sé realmente que pudo pasar pero comenzó a haber problemas. Yo estaba desesperado porque quería que todo se solucionara. Parece que iba a ir Cyle Larin al final. Hubo algún lío (risas). Mi representante me dijo que sí quería ir al Cádiz que lo acababan de llamar. Le dije ‘ya, pero ya de ya’. La primera vez que fui al Alavés, Luis Alberto me dijo cosas de Cádiz (risas). Una vez pude decir que no pero dos, no. Así fue.
—¿Imagina un retiro en Argentina volviendo a Boca Juniors?
—Tengo rachas. También años donde digo que no voy a volver a vivir y otros que digo ‘me quedo aquí seguro’. Pero sí, me gustaría una temporada volver a vivir el fútbol argentino. No sé si a Boca, ya que es muy difícil, pero vivir el fútbol argentino un año me gustaría. Me fui muy joven de allí.
—Sustituyó a Juan Román Riquelme en cuando estaba en Boca Juniors
—Fue contra River. En un River-Boca. Íbamos ganando 1-0. Fue una locura pero por suerte había jugado ya un Boca-River en La Bombonera. Tenía algo de experiencia, pero era en su campo y sin público visitante. Tenía muchos nervios, pero fue una experiencia increíble. Tengo muchos recuerdos de aquello. Pero era muy joven. Hoy lo hubiese vivido diferente. Pero no pensabas mucho y solo querías jugar. Es algo que me guardo para toda mi vida.
—¿Qué equipo le ha sorprendido hasta el momento en Segunda?
—El Racing de Santander me está gustando. Lo está haciendo bien. Es un equipo que se atreven a todo y están con buena dinámica. La buscan, se atreven. Estar bien en confianza y de cabeza es el 95%.
—¿Cree que el equipo ha tenido ese problema a nivel mental? ¿Cree que ha faltado ese equilibrio?
—No sabría decirte. Vamos por buen camino y a tiempo. Creo que si seguimos así en estos encuentros antes de Navidad que van a ser claves para meternos arriba que es lo que queremos todos.
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