César Palacios: “No subir fue un enorme golpe emocional”

Tras el descenso en la temporada 2019-20 y la destitución de Fran Garagarza, César Palacios (48 años, Pamplona) cogió los mandos de la dirección deportiva del Eibar con el ascenso como máximo objetivo. Reconstruyó el equipo y, tras dos temporadas con final amargo, los azulgrana encaran una tercera campaña en la que confían en seguir compitiendo, eso sí, siendo conscientes de que la capacidad económica no es la misma que en 2021. Palacios describe estas dos campañas como intensas y pide ser objetivos a la hora de valorar el trabajo. A pesar de que los habrá, no espera grandes movimientos en la plantilla.

¿Cuál es su valoración general de estas dos temporadas en el Eibar?

Han sido dos temporadas muy intensas y exigentes a todos los niveles. Desde el día a día, hasta nivel emocional. Eran dos temporadas con unos objetivos máximos que hemos peleado hasta el final, y que hemos tenido en nuestras manos en ambas poder conseguir ese ascenso ansiado. Yo creo que el equipo y el club han puesto todo de su parte para intentar conseguirlo, pero no lo hemos podido culminar. Son dos situaciones diferentes, pero muy duras porque trabajas a todos los niveles para conseguir que un club como el Eibar pueda volver a Primera División, sabiendo la dificultad y la dureza de cada categoría. Este club siempre ha sido de lucha y constancia. Una ciudad de 27.000 habitantes, en un fútbol profesional tan duro y tan exigente, el club siempre está en permanente trabajo para conseguir objetivos enormes. Siempre vamos a luchar e intentar ilusionarnos para demostrar lo que es el Eibar.

¿El no haber ascendido puede considerarse un fracaso?

Creo que hay que ver las cosas desde una perspectiva objetiva. El Eibar es un club que en su historia ha estado 6-7 años en Primera. Tiene un mérito increíble estar en el fútbol profesional tantos años. El club ha estado dos años luchando hasta último momento y dependiendo de sí mismo y no ha podido ser. No subir fue un enorme golpe emocional, una desilusión muy grande, pero también que el Eibar tenga unos objetivos tan altos, creo que es una señal de que el club ha crecido mucho. Hay que ser conscientes de las dificultades, de nuestras posibilidades. Vamos a seguir luchando porque el fútbol te permite tener otras oportunidades, y hay que valorar lo que se consigue, lo que se hace y también ser conscientes de las realidades. La ambición es muy importante.

¿Sigue siendo el ascenso directo el objetivo para la campaña que viene?

Lo que nos exigimos es ser un equipo competitivo que luche hasta el final, como ha sido en estas campañas y en toda la historia del club. Las exigencias tienen que ser las que podamos en cada momento. Tenemos un bloque que ha transmitido que puede luchar por todo y hay que ser conscientes de lo difícil que es la Segunda División. Estamos muy orgullosos de lo que somos. Lo que nos vamos a exigir es luchar y competir, y ya veremos donde nos deja la competición.

¿Qué es lo que le ha faltado al equipo o dónde se ha fallado?

La primera temporada en la que se baja, encima siendo uno de los favoritos, el equipo consiguió 80 puntos. Con esto en la Segunda División normalmente se asciende. Coincidió que tuvimos dos rivales muy duros y que encima en el último minuto se nos escapó el ascenso. El día de Alcorcón no competimos como todos esperábamos y se nos escapó una oportunidad.

Y la pasada campaña...

Después de un golpe tan fuerte emocionalmente, era muy difícil reponerse y desde el principio el equipo luchó por tener otra opción. Es cierto que en los últimos partidos se nos escaparon muchas victorias. En muchos de esos partidos el equipo hizo más que suficiente para conseguir los tres puntos. A veces los detalles influyen, ya sea por culpa nuestra o porque la suerte no nos acompañó. Errores nuestros en ataque o en defensa u otros aspectos fuera de nuestro alcance, en cierta medida, como goles en propia puerta, expulsiones, penaltis… que son determinantes y nos han penalizado.

Y luego están las lesiones, claro.

Otro detalle son las lesiones, en efecto. Imanol, Ríos, Correa, Aketxe, Tejero, Leschuk,... Aunque es parte de la competición y la exigencia, que se lesionen los cuatro laterales de cierta gravedad durante un tiempo es difícil, algo inusual y determinante.

¿Qué puestos se deben reforzar?

Para esta temporada el bloque permanecerá igual; Javi Muñoz ha acabado contrato y se ha ido a Las Palmas, Imanol (García de Albéniz) y Peru (Nolaskoain) regresan al Athletic, Aketxe acaba contrato y veremos que ocurre, Vadillo también vuelve, pero el resto del equipo permanece igual. Así que intentaremos incorporar gente que ayude en esas posiciones que hemos tenido bajas.

Imagino que en estas decisiones tendrá peso también la opinión del entrenador. ¿Por qué Etxeberria? ¿Qué puede aportar al Eibar?

Nuestra forma de trabajar es siempre ir de la mano con el entrenador. Para mí es muy importante el ir todos de la mano en la toma de decisiones. Hay un bloque hecho muy fuerte al que Joseba conoce bien y con el que ha transmitido que está muy contento. Ahora meterá sus matices y sus ideas. En el Mirandés ha transmitido un tipo de fútbol vertical y alegre. Veremos cómo sus detalles pueden hacernos mejorar e intentar mantener lo que ha demostrado este grupo. Tener una nueva persona es un escenario distinto y nos hace a todos tener una nueva perspectiva.

La resolución de la última temporada ha sido similar a la de 2022. ¿Se arrepienten de haber otorgado un año más de confianza a Garitano?

La primera temporada conseguimos 80 puntos. Hemos llegado primeros hasta las últimas dos jornadas. A veces hay que observar las cosas con cierta objetividad, que es difícil en el mundo del fútbol, porque es muy pasional. Pero si hemos tenido esos números es por algo, porque se han hecho muchas cosas bien. Al final, ha habido detalles con los que no hemos podido o no hemos sabido, mejorar para cambiar y conseguir ese ascenso. ¿Que al final no lo hemos conseguido y que ha sido un golpe duro? Por supuesto. Pero a veces hay que ser fríos y valorar todo lo que se ha hecho en el campo. Quitando el día del Albacete, en el que ellos fueron superiores y no hay nada que objetar, en muchos otros encuentros fuimos mejores, como frente a Las Palmas. Creo que el equipo estaba vivo, compitiendo, pero cuando tienes golpes, se acusan y estas dos temporadas han sido un desgaste emocional fuerte.

Hablaba de jugadores que vuelven a sus clubes, jugadores que acaban contrato, etc. No sé si habrán recibido ya una respuesta de Aketxe. De no ser así… ¿Esta demora podría indicar que el jugador no seguirá en el Eibar?

Tanto a Javi (Muñoz) como a Ager, que acaban contrato, les manifestamos durante la temporada nuestros deseos de que siguieran, incluso con ofertas de renovación. Como en todo, las dos partes tienen que querer. En su momento decidieron esperar. Ambos tenían un año más en caso de subir a Primera, como no se consiguió, quedaron libres. En el caso de Ager, ha habido un cambio de entrenador por medio, se ha dado un cambio de situación y sabemos que él puede querer seguir con nosotros. Nosotros queremos que siga. A partir de ahí, veremos. Ambas partes hemos transmitido que nos gustaría seguir, pero no es tan fácil tomar una decisión.

¿Les interesa Julen Jon Guerrero?

No es cierto que tengamos interés en él. Sabemos que es un jugador joven, con proyección y lo conocemos bien, pero nunca hemos tenido la idea de incorporarlo y por ahora no nos lo planteamos.

Hace menos de un mes de su renovación. ¿Cómo está siendo su etapa aquí en el Eibar?

Ha sido una etapa muy intensa. Cuando llegas a un descendido, se debe entender el club, hacer muchas incorporaciones y la exigencia es máxima desde el primer día. Pero desde el primer momento me he sentido identificado, a gusto, cercano y cómodo con la forma de ser del equipo. No puedo más que tener palabras de agradecimiento con la presidenta, Amaia Gorostiza, y el Consejo y todos los compañeros del club. Me han hecho sentir como uno más. Voy aprendiendo día a día. He tenido la suerte de estar en clubes en los que me he sentido identificado, tanto en Osasuna como en el Numancia, de jugador y director, y ahora en el Eibar. La manera de ser, funcionar y gestionar es muy importante y puedo considerarme un privilegiado.

El Eibar puede ser un gran trampolín de directores deportivos: mire a Garagarza...

Me siento un privilegiado. No lo considero un trampolín. Estoy en un grandísimo club con el que estoy identificado con la forma de ser, de trabajar y de competir. Es un gran premio para mí y tengo muchísima suerte de estar en el Eibar.

Si hablamos del primer equipo femenino, se reconstruyó el equipo prácticamente para esta temporada y se consiguió el ascenso a la Liga F. ¿Cómo se plantea esta temporada que viene?

Como el primer equipo masculino, como el cadete o el juvenil: a competir. Ha tenido muchísimo mérito el ascenso, ha estado muy disputado hasta la última jornada. Hay que dar la enhorabuena a toda la secretaría técnica del femenino, al cuerpo técnico y a todas las jugadoras. La temporada ha sido muy exigente, contra grandes rivales y hemos tenido la suerte, a consecuencia del trabajo, de estar en Primera División la temporada que viene. A partir de ahí, máxima categoría, máxima exigencia a todos los niveles. Habrá que competir independientemente del rival que tengamos enfrente. Es un aliciente el estar en Primera. El nivel del fútbol femenino va creciendo cada vez más y que el Eibar esté representado en la máxima categoría nos debe hacer sentir a todos muy felices y orgullosos.

¿Se espera mantener el grueso de la plantilla?

Sí. El cuerpo técnico fue renovado antes de finalizar la temporada, también a Jordi como secretario técnico y a gran parte de las jugadoras que han conseguido el ascenso. Intentaremos llevar a cabo otras incorporaciones, porque el nivel de la Primera División así nos lo exige. Como siempre, desde la mentalidad de saber lo que somos, de no perder nunca la perspectiva y con la ilusión de poder seguir en la máxima categoría.

A la hora de preparar la temporada que viene, tendrá mucho que ver el hecho de ser una liga profesional y todo lo que ello supone, como el jugar en Ipurua…

El fútbol femenino va dando grandes pasos y seguirá creciendo mucho más. Ya sea a nivel de escenario como de profesionalidad. Eso quiere decir que la disposición a la hora de competir te hace tener que controlar todos los aspectos. El hecho de jugar en Ipurua va a haber que disfrutarlo y competir. Ellas son el ejemplo de lo que es el Eibar.

Refiriéndonos a la cantera. El Vitoria ha llegado al playoff de ascenso a segunda RFEF y el Urko no ha podido subir por ese no ascenso del filial. Aún así, ¿se puede considerar como una progresión positiva?

Sí. Desgraciadamente, tras hacer una gran temporada y quedar segundos por detrás del Barakaldo, se nos escapó en el playoff. Eso hace que el gran trabajo del Urko no se pueda culminar con un ascenso real. Aún así, hay que pensar que todo el trabajo que se hace en el Vitoria y el Fútbol base, tanto femenino como masculino, está dirigido a que los chicos y chicas puedan ir creciendo en su progreso individual y colectivo hacia una posible profesionalidad.

Esta campaña, por circunstancias como las lesiones, hemos podido ver a jugadores jóvenes estar presentes en las convocatorias del primer equipo incluso jugar y hacerlo de titular. ¿Este debe ser el camino?

Es nuestra ilusión. Las dificultades son máximas a todos los niveles, pero los resultados demuestran el trabajo que se está haciendo. Tenemos a Troncho, a Yriarte que llega desde el Amorebieta, a Cubero. Hay muchos chicos con dinámica del primer equipo, que durante la temporada han estado incluidos en las listas. Tiene mucho mérito todo el trabajo, teniendo en cuenta que estamos rodeados de enormes estructuras de equipos de Primera División, con las que es difícil competir y luchar a la hora de captar. Pero nuestra misión va a seguir siendo la de trabajar y mejorar para no perder nunca de vista qué jugadores nuestros pueden llegar al primer equipo.

En este sentido la ciudad deportiva será un elemento de referencia. ¿Están deseando salir de Atxabalpe hacia su nueva casa?

Toda nuestra ilusión está puesta en esa ciudad deportiva, que es un sueño que está ahí pero que aún es un sueño. Cuando se haga realidad y llegue será el culmen a todo ese esfuerzo de las personas que estos años han formado parte del fútbol base, del Consejo y hasta el último empleado.