Oxígeno para los exiliados
La salida de Idiakez y la llegada de Carlos Martínez podría dar minutos hasta a media docena de jugadores que Idiakez orilló al banquillo. El guipuzcoano apenas contaba con 12 fijos.
El cambio de banquillo en el Leganés puede suponer (que está por ver) una bocanada de oxígeno para los exiliados de la plantilla pepinera, ese grupeto de jugadores que bajo las órdenes de Imanol Idiakez habían pasado al extrarradio de las oportunidades. Casi apartados de facto por las decisiones de guipuzcoano, que se centró en 14-15 jugadores para mantener el bloque a flote. Paradojas del fútbol, esa sobreexposición se ha vuelto en contra de un equipo que ha empezado a flaquear de fatiga en algunos de esos jugadores clave.
El reparto de minutos hasta la fecha en el Leganés habla de un equipo partido en dos. Por un lado, los intocabilísimos. Por otro lado, el resto. A la élite de los primeros pertenecen los doce jugadores que ya han superado los 1.500 minutos de juego y de ellos hay siete con más de 2.200 que acumulan, al menos 26 titularidades. Es el 76% de las alineaciones. Son (en orden de más a menos minutos) Arnáiz, Miramón, Sáenz, Nyom, Riesgo, Undabarrena y Sergio.
Les siguen de cerca Juan Muñoz, Rubén Pardo, Cissé, Raba y Gaku, estos con, al menos, 18 titularidades, el 52% de las alineaciones posibles, y más de 1.600 minutos esta temporada en sus piernas. A ellos se les podría unir Franquesa, llegado en el mercado invernal y que todo lo que ha jugado lo ha hecho de titular hasta que hace dos jornadas se lesionó.
A partir de ahí se establece un grupo perseguidor, con dos jugadores que entraban y salían de los planes de Idiakez. Son Fede Vico (1.338 minutos, once titularidades) y Omeruo (1.022 minutos, 13 titularidades). Detrás de ellos, el vacío, con siete jugadores prácticamente testimoniales. Ellos son este grupo de exiliados que, ahora con el cambio de entrenador, sueñan con poder jugar con más regularidad.
Qasmi, Neyou, Karrika, Narváez, Josema…
Entre ellos, destacan casos como los de Neyou o Qasmi. El primero, sacudido por las lesiones y una expulsión infantil, apenas contaba. Llamativamente, cuando Idiakez lo usó ya en los dos últimos partidos, respondió. En Málaga fue de los mejores del fiasco pepinero y ante el Cartagena supo sostener bien el centro del campo el tiempo que le duró el oxígeno. Ahora, con la lesión de Undabarrena, tiene una oportunidad única para demostrar que el puesto de pivote le sienta bien. Algo parecido le puede suceder a un Qasmi que se había vuelto transparente, pero que durante la buena racha del Leganés era un recurso eficaz para cambiar los partidos de dinámica.
En una esfera similar se sitúan Narváez y especialmente Karrikaburu. Ambos fichajes invernales, habían pasado a ser secundarios habituales. Un rol especialmente turbador en el caso de este último, firmado para jugar con regularidad, pero al que Idiakez orilló enrocado en una decisión que se hizo más pétrea conforme crecías las críticas por tomarlas.
Dani Jiménez, Josema y Parsyszek completan esta terna pepineros sin apenas protagonismo. El primero se lesionó a principio de curso y ante el buen hacer de Riesgo, Idiakez lo mantuvo en el banquillo. Ni siquiera la mala racha le permitió retornar a la portería como tecla que activar en caso de crisis. Carlos Martínez ya ha dejado en el aire su posible uso para el partido ante la Ponferradina. Josema pasó de ser un habitual del once por la ausencia de lateral zurdo a ver como Miramón, un carrilero diestro, lo adelantaba para ejercer en la izquierda.
Con el polaco las opciones son menores. Idiakez sólo lo usó en el inicio de temporada, pero desde entonces, no ha vuelto a darle minutos ni en los partidos con más necesidad de encontrar soluciones de gol. Le resta un año de contrato y en su caso parece que sin opciones de que el nuevo entrenador que llegue (sea Martínez, sea otro) le vaya a dar más oportunidades.