Oca reinventa a un buen Juan Cruz
Ante el Racing, el entrenador todavía interino lo situó como mediapunta con variaciones con respecto al modelo que había probado Paco López. El resultado: uno de sus mejores partidos del curso.
Entre la nómina de argumentos con los que Igor Oca se ha cargado de razones para considerarse a sí mismo una opción sólida al banquillo del Leganés está recuperar una buena versión de Juan Cruz. No es poca cosa. El extremo argentino del Leganés, renovado para ser – a priori – jugador franquicia del equipo pepinero este curso, está a punto de completar una gris primera vuelta del campeonato, alejado del nivel que sí dio la temporada pasada en Primera y sin haber visto puerta todavía. Quizá lo más preocupante es que tampoco se había encontrado a sí mismo en esa versión con chispa que habitualmente ayudaba a mover al resto de equipo. Ante el Racing, el líder, en El Sardinero lo consiguió.
Lo hizo, paradójicamente, partiendo de una posición que no es la suya. Ahí es donde se puede notar la mano de Igor Oca, entrenador del filial y reemplazo a Paco López al que todavía el club no le quita el cartel de interino, pero que cada vez camina más firme para que la propiedad de Blue Crow Sports se lo piense y lo ponga al frente del cargo. El entrenador vizcaíno colocó al argentino como mediapunta, algo que ya había probado Paco López, pero en un dibujo diferente.
Mismo espacio, diferentes armas
Con el ex entrenador del Leganés, el modelo de juego solía ser el de un 5-3-2 en el que él, Juan Cruz, se posicionaba como enganche por delante de un doble pivote formado habitualmente por Diawara y Cissé, con dos delanteros. La diferencia con respecto al modelo de Oca es que, en El Sardinero es que en Santander el Leganés salió con un 4-2-3-1 en el que Juan Cruz contaba con más apoyos por los costados. Duk a la derecha. Naim a la izquierda.
A partir de ahí, el argentino se encontraba en un escenario diferente, con más apoyos por las bandas que le ofrecían, por un lado, mayores oportunidades combinativas y, por otra, más espacios. Los jugadores abiertos del Leganés le permitían un centro más liberado de huecos ante un rival que ayudaba. La línea adelantada del Racing de Santander era una invitación a la velocidad y llegada de segunda línea de Juan Cruz, que cuando el rival se replegaba, partía de su posición favorita (extremo derecho) y desde ahí cargaba el juego con centros o diagonales.
Su mejor día en números
El resultado: un Juan Cruz especialmente brillante al que le faltó – como suele pasarle este curso – el acierto del gol. Aun así, estuvo presente en las tres jugadas de mayor peligro del Leganés ante el Racing. La primera, una contra en la que él rompió al espacio para intentar batir al portero rival. En las otras dos fue parte del engranaje con el que generó dos acciones de riesgo. Las dos las finalizó Cissé.
La primera terminó en su tiro al palo. Juan Cruz, fue el último hombre encargado de ver la llegada del guineano para que su remate lo reventara contra la madera. En la segunda, el Leganés empató el partido. Cruz recibió en la frontal, pero en lugar de jugársela como quizá habría hecho en otras ocasiones, abrió para que Duk le diera continuidad a la acción y acabara en el 1-1 del partido.
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En números, aunque le faltara acierto de cara a puerta, Cruz tuvo acierto sobre todo en la elaboración, con un 88% de acierto en pases que en campo rival fueron del 92%. De los 37 toques que dio, sólo falló uno. Prueba de que hay opciones de recuperar la mejor versión del llamado a ser jugador franquicia del Leganés esta temporada.
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