“No vengo con vagones de oro al Sporting...”
El nuevo dueño del Sporting, el mexicano Alejandro Irarragorri, atiende a AS en El Molinón. Su llegada ha despertado a un histórico.
¿Feliz por la compra del Sporting?
Muy contento, es un paso importante para nosotros. Lo hemos buscado durante mucho tiempo. Hemos pasado por diferentes oportunidades y pacientemente hemos esperado a la mejor, que creo que es esta. Cuando terminas y firmas se juntan muchos sentimientos. Es difícil comprender lo que sientes cuando eres dueño de un activo de la naturaleza del Sporting. La creación del modelo de gestión ha sido muy interesante porque creo es distinto a lo que tradicionalmente se hace. En el fútbol hay un fondo emocional profundo, son muy grandes las repercusiones.
¿Por qué el Sporting?
Queríamos buscar un club que tuviera esencia, solera. No podía ser cualquier club. Debía ser uno con historia y necesidad. No llegamos con ferrocarriles de oro al Sporting. Donde podemos aportar es en la transformación a través del modelo de gestión. Tiene un presente complejo, pero un pasado fantástico y un futuro promisorio y extraordinario.
¿Es un gigante dormido este club?
Cuando sales por el túnel de vestuarios y ves a la virgen de Covadonga, dices: “Esto es muy relevante”. O cuando paseas por Mareo… Tal vez la gente de aquí está acostumbrada y no le da relevancia ya, pero es así. La fuerza del Sporting es más grande incluso de lo que el sportinguista imagina. El termómetro que me he encontrado es muy bueno. Ahora hay que cambiar las ganas por voluntades. Las ganas son querer hacerse una foto en Instagram tras terminar una maratón; la voluntad es el proceso que hay para llegar a ello: entrenamiento, dieta, hábitos…
¿Qué objetivos se marcan?
Tenemos un plan de objetivos a todos los niveles: comercial, financiero, el estadio, lo deportivo… Todo el mundo sabe que el objetivo es regresar a Primera, pero además hacerlo con el sustento como para jamás regresar a Segunda. ¿Ampliación de capital? No estoy descubriendo el hilo negro. No puedes ser el último y competir con el primero. Es decir: una ampliación es necesaria.
¿Las riendas deportivas están claras?
Aquí no hay héroes. Lo que esperamos del técnico es distinto a lo que normalmente se espera. Somos colaborativos. Tiene responsabilidad, pero se la pido a final de temporada. Es como el piloto de un avión. Yo nunca he preguntado al piloto del avión durante un trayecto si hay que ir a 30.000 pies o a 35.000 pies. Ni siquiera el presidente de una aerolínea suele saber cómo se pilota un avión. Tenemos a más de 20 personas trabajando en el ‘scouting’ que agregan valor a quien debe ejecutar, en este caso el entrenador.
Tienen a Santos Laguna y Atlas, ahora compran su primer club fuera de México…
Tenemos miras de ir más allá, pero hoy la mira está aquí, en el Sporting. Este es un paso importante. Primero hay que trabajar y aterrizar. Cuando me preguntan si iremos a por más clubes recuerdo cuando me casé y ya me preguntaban que para cuándo los hijos (risas). Así que calma.
¿Se puede comparar el Sporting con algunos de sus clubes de allí?
Las comparaciones son odiosas. Nunca compararía a mis hijos, ¿usted sí? Hay que ser análiticos. Tan malo es poner el objetivo muy abajo como ponerlo muy arriba. No tenemos prisa. El tiempo no es eterno, obviamente, pero no tenemos prisa. Tampoco castigamos los errores, sino tratar de esconder esos errores.
¿City Group o Red Bull Group son su ejemplo?
Sí, con otros fundamentos y otros estilos. Conozco muy bien a Ferran Soriano y trabajamos con ellos en algunas cosas. Su modelo es el de ellos y el nuestro es el nuestro, aunque de alguna manera sea similar. También el de Red Bull. De esta manera puedes generar un diferenciador muy importante. ¿Cómo puedes hacer que el Sporting pueda competir como el Madrid? ¿Buscando generar los mismos ingresos? No. nunca lo vas a lograr. Eso es como hacer que un barco vuele.
PSG o Manchester City no eran lo que son hoy hasta que llegó un propietario extranjero…
No me quiero meter mucho, pero ya lo dice Tebas: son equipos de Estado. Ese es otro modelo diferente al nuestro. No tengo nada que criticarles, pero es otro modelo.
¿Hay algún espejo en España en el que se mire?
Por supuesto hay ejemplos: Villarreal, Eibar… Son clubes que pusieron el objetivo por encima del real y llegaron al éxito nacional e internacional. También la Real Sociedad me sirve.
Usted tiene origen vasco…
Sí, lo sitúo al lado de Bilbao, no sé muy bien dónde. Fue mi bisabuelo, que salió de España rumbo a Cuba como emigrante.
¿Cómo surge su grupo, el grupo Orlegi?
México estaba en un momento de privatización de bancos y empresas. Yo vi que había un espacio para el financiamiento de comodities. Brasil estaba avanzado en el mundo del comercio exterior. Con Roberto Fonseca hice una sociedad y entramos en el mundo de las materias primas para la industria del acero, aluminio y fertilizantes.
¿Y el deporte?
En Brasil e Inglaterra vi el fútbol desde otro ángulo. Supe que en México teníamos un valor a través del fútbol. Son 120 millones de habitantes muy inmersos en este deporte, además de 40 millones de mexicoamericanos en las fronteras con EE UU. De ese tamaño es su fuerza. No soy un gran aficionado al fútbol, pero sí un gran apasionado. En 2005 vendimos nuestros negocios y decidimos participar en el fútbol para tener éxito deportivo, rentabilidad y crecimiento sostenido. En aquella época nadie lo entendía, pero la perseverancia dio resultados.
Estuvo cerca de comprar el Zaragoza y ha terminado en Gijón.
En Zaragoza nos pasó lo mismo que en Inglaterra con un club en 2017. No podemos tener socios que no sean del grupo. Genera un conflicto de intereses. Se pierde el valor de las sinergias de nuestra gestión. Ahora estamos fascinados con el Sporting, esa es la realidad.
¿Y el Burgos?
Nunca he parado en Burgos, si acaso he pasado al ir a visitar a unos amigos a Santander (risas). Es sencillo: si haces una lista de los clubes de Primera y Segunda, y analizas cuáles tienen solera y necesidades… no hace falta ser un genio para detectarlos.
La gente de un club como el Sporting es muy tradicional, ¿teme que le miren de otra manera por venir de fuera?
España es un país de tradiciones, pero el mundo es global. No venimos a ‘mexicanizar’ nada. Mire, la inspiración de mi carrera me la dio un conferenciante en el 91 ó 92. Era argentino. David Koncelik. Él dijo que iba a hacer una conferencia por la que cobraría 1 millón de dólares. Le llamaron loco. Sin embargo, lo que hizo fue vender 1.000 entradas a 1.000 dólares. Y así lo consiguió. Y cobró el millón de dólares. Es decir, no es el qué sino el cómo. Los qués están muy claros: llevar al Sporting de regreso a Primera. ¿Pero, y el cómo?
El problema es que la gente crea que ahora al Sporting pueden venir Mbappés o Cristianos…
Yo he sido muy claro, aquí no hay una canasta de oro. No creo que sea nuestro camino ni tampoco siempre funciona ese camino.
¿Conoce a Tebas?
Sí, lo conozco desde hace años y hablo con él. España nos animaba a buscar una oportunidad. No queríamos tener ansiedad y sí elegir un club que nos diera lo que quisiéramos. Sólo había que esperar el momento.
¿Hubiera sido imposible su llegada sin el acuerdo de LaLiga con CVC?
CVC suma. Es un tema orgánico. Usar dinero del futuro para el presente está muy bien si lo hacen todos; si lo hace solo uno sería muy malo. Es dinero del fútbol español y seguramente traiga algo potencial como un Mundial de fútbol, el de 2030. Una liga necesita proporcionalidad. No es bueno que un equipo tenga disparados 30 veces los ingresos con respecto a otros. Tebas nos ha abierto las puertas de la Liga para entender su funcionamiento.
¿Cómo se ha vivido su entrada en el Sporting en su país, México?
Pues es que estoy aquí, no lo sé bien (risas).
Se da la circunstancia de que los dos equipos de Asturias están ahora en manos de mexicanos.
Sí, pero hay muchas diferencias. Nosotros no tenemos nada que ver con el grupo Carso. En tamaño somos grupos muy distintos. Soy amigo de los Slim desde hace años, desde que tengo 4 años. Competimos al golf. Es un gran grupo, pero su dedicación en el día a día no está en el deporte. Para nosotros sí. Nuestro 75% viene de generar valor a través del fútbol.
¿Tienen malas relaciones con ellos?
No, hemos tenido diferencias como cualquier grupo que compite. Son más los puntos en los que concordamos. Yo escribí a Arturo cuando firmamos y le dijo que entrábamos en el Sporting. Y recibí su respuesta caballerosa felicitándome.
¿Pueden llegar más jugadores mexicanos al Sporting a partir de ahora?
Y también jóvenes de aquí puede que vayan a México, por qué no. Empiezan una serie de sinergias. Nuestro modelo no es perfecto, sino perfectible, por lo que hay que adaptarse.