“Ni siquiera sé cuántas veces actualicé la página de LaLiga para ver si estaba inscrito”
Vicente Iborra atiende a AS en su primera entrevista desde que regresó al Levante durante el pasado mercado de fichajes.
Vicente Iborra (Moncada, 1988) representa en toda su esencia el sentimiento granota. El capitán del Levante alzó su quinto título europeo (cuatro Europa Leagues y una Conference), y lo primero que hizo fue proclamar su amor por el conjunto de Orriols, abriendo de par en par las puertas para volver a la que considera su casa. Sin embargo, tras un verano convulso en el aspecto económico, Iborra no fue inscrito hasta las últimas horas del último día de mercado. El moncadense atiende a AS en su primera entrevista desde que regresó al Levante para contar lo sucedido.
Lo primero, ¿cómo está viviendo su regreso al Levante?
La verdad es que las sensaciones y el ambiente, todo en general, están siendo muy positivos. Estoy disfrutando mucho de mi vuelta.
Tengo la imagen de sus tres hijos con su camiseta paseándose por el Ciutat el día de la presentación de los fichajes. Para entender mejor su figura, ¿cómo era Iborra de pequeñito?
De pequeño era como ellos, deseando tener siempre un balón y jugar al fútbol. Sé lo que significa para ellos jugar el poder jugar en un estadio así; cada rato que pueden disfrutar en el Ciutat para ellos es lo máximo. Yo era como ellos, aunque sí que es cierto que antes no teníamos acceso a tantos juegos o videoconsolas, lo cual agradezco. A día de hoy los niños cuentan con demasiados estímulos y pienso que no se valoran tanto otras cosas. De vez en cuando intento que no tengan todo eso para que puedan valorar lo más importante.
Entiendo que soñaba con ser futbolista y ser jugador del Levante. ¿Cuándo nace ese sentimiento granota?
Siempre he tenido claro lo que he querido. Cuando era adolescente no me costaba irme a casa a dormir cuando mis amigos se iban de fiesta o hacían cualquier plan al que yo muchas veces no podía ir. Siempre he tenido claro lo que quería, hasta que lo conseguí. Empecé a ir al Levante cuando era adolescente; más o menos a esa edad me llamaron para ingresar en el club, y a partir de ahí empezó todo. Desde el primer día que empecé a venir aquí, comencé a conocer el club desde dentro, a empaparme de su historia y de las situaciones por las que había pasado. Es cierto que no eran épocas fáciles y luego hemos vivido de todo, pero a partir de esa edad, cuando empecé a formar parte del Levante, fue cuando me picó el gusanillo granota.
Visto en perspectiva, imagino que ha superado con creces sus expectativas: cinco títulos europeos, ser referente en su club...
El sueño de debutar en Primera División, que es el que tenía desde pequeño, ya lo cumplí. Luego, cuando vas consiguiendo cosas, siempre quieres más, obviamente. Me quedo con todas las experiencias que he vivido y con lo que mi familia y mis amigos también han podido vivir conmigo; para mí, es lo máximo poder compartir mis logros con ellos. En mi club, siempre he tratado de darlo todo para el beneficio del Levante.
¿Cómo se gestó su vuelta este verano?
Era algo que tenía claro desde que me tuve que marchar, digamos, obligatoriamente. Aunque había obstáculos que teníamos que salvar, las típicas reglas de LaLiga, yo creo que éramos todos positivos en que a lo largo del mercado se iba a hacer. Al final, mi inscripción se concretó en las últimas horas del último día, pero estábamos convencidos de que era posible.
Impactó mucho que, tras conseguir su quinto título europeo (cuatro Europa Leagues y una Conference), su primer mensaje fuera una declaración de amor hacia el Levante. En definitiva, un guiño al club.
Es que me fui para volver y lo tenía claro. Sabía que no podía quedarme aquí, así que intenté buscar el mejor proyecto, jugando en Europa y en un equipo grande de otro país, en este caso Grecia, para mantener el nivel y volver en las mejores condiciones. Sabía que me había ido para volver, lo tenía claro desde el primer momento.
Entiendo que tras una gran temporada en Grecia, título europeo incluido, ofertas no le faltarían. Incluso el Olympiakos le planteó una importante propuesta de renovación.
Es que yo lo tenía claro. Ellos me presentaron una oferta de renovación y tenía el interés de otros clubes, pero no quería escuchar nada más. Al final te presentan muchas cosas que son llamativas y es difícil decir que no, pero lo tenía muy claro. Quería volver a mi casa, quería ayudar. No sé cuánto me quedará de fútbol en activo, pero lo que me quede quiero entregárselo a mi club.
Vamos por fases. ¿Cómo vivió la oficialidad de su regreso a casa?
La verdad es que respiramos más tranquilos. Es cierto que, como anécdota, teníamos ya pagado el colegio de los niños. La inscripción, uniformes y demás. Si teníamos que cambiar de aires, ya era por algo raro; lo teníamos muy claro. Al final se hizo y faltaba la famosa inscripción, pero estábamos contentos de poder volver a casa. Ya solo quedaba empezar a trabajar con el equipo y poder ayudar.
Llega, se calza las botas, y llega esa inoportuna lesión en sus primeros días de trabajo con el grupo.
No he hablado todavía de cómo fue esa lesión. Por cumplir días fiscales, pasé las vacaciones en Grecia, porque tenía claro que iba a volver. Estuve entrenando solo, a un nivel alto, con la intensidad necesaria para llegar en las mejores condiciones posibles y los dos últimos días antes de volver a Valencia noté unas molestias. Las comenté con el preparador físico con el que entreno, aunque es cierto que no había notado ningún gesto raro como para romperme. Entonces, como soy un poco burro, intenté terminar como siempre el trabajo de cada día. Es cierto que no en las mejores condiciones, ni con las mejores sensaciones, pero lo termino.
Llego a Valencia, paso el reconocimiento médico con el club y no sale nada importante en la ecografía. Entonces sigo siendo un burro y entreno toda la semana. Es cierto que con limitaciones, pero yo lo que quería era acabar el trabajo de cada día y solo esperaba encontrarme bien al día siguiente. Como esa primera semana de entrenamientos no acabo con las mejores condiciones, optamos por hacer una resonancia y ahí se ve que había un pequeño daño, que es lo que me frena. Es cierto que me he perdido los partidos de pretemporada, que quizá me afecta un poco a la hora de entrar en el equipo desde el primer partido de Liga, pero no me preocupaba de más porque me había pasado gran parte de las vacaciones entrenando. Creo que la base es buena, las sensaciones cada día son mejores y esa es la historia de la pequeña lesión que tuve a mi llegada.
A parte, sin tener una fotografía de su estado físico con el paso de los años, se le ve más fino que nunca.
Cuento con gente muy profesional que me ayuda, pero es verdad que cuando te haces un poco más mayor tienes que ser más minucioso a la hora de buscar los detalles de descanso, nutrición, entrenamientos... Si quiero mantener el nivel físico o tratar de estar a la altura de los chicos que vienen apretando fuerte, tengo que tratar de cuidarme lo máximo posible.
También ha hablado del hecho de estar disponible en la primera jornada, pero la realidad es que no estaba inscrito.
Yo ya la primera semana de Liga estaba físicamente disponible y entrenando con el equipo, podría haber ido perfectamente convocado a Gijón, pero es verdad que estaba el tema de las inscripciones. El club tenía sus limitaciones y ojalá se hubiera resuelto antes, pero me tocó esperar hasta el final del mercado. Ahora ya está resuelto y solo queda tratar de ayudar al equipo.
De todas formas, era consciente de la realidad económica del club cuando firma.
Sí, totalmente. Al final, tenía plena confianza en que se iba a resolver, pero sí que es verdad que al final existe el debate o las dudas. Recuerdo que mi mujer me llegó a decir: ‘Ibo, ¿y si no te pudieran inscribir?’. La posibilidad real estaba ahí, pero no quería pensar en ella. Confiaba en el trabajo del club y en que al final todo se iba a resolver. Es cierto que tuve que esperar hasta las últimas horas del último día. Ni siquiera sé cuántas veces actualicé la página de LaLiga para ver si estaba inscrito. Afortunadamente, se pudo solucionar.
En el momento en que el club consigue la rebaja del 50% de su valoración por parte de LaLiga, entiendo que le transmiten que todo va hacia adelante.
Sí, aunque la verdad es que hay reglas confusas. Hay una regla que dice que si inicias LaLiga con 36 años ya cumplidos no te consta ningún valor, pero es cierto que luego van apareciendo ‘peros’ y nos dijeron que al haber conseguido un título europeo el valor aumentaba. Es algo un poco inentendible. El club y mi agente trabajaron para que las condiciones fueran las mejores posibles. Es cierto que luego se consigue esa rebaja en el Fair Play de la plantilla, que, como bien dices, no tiene nada que ver con el salario. Fue un añadido más para que se dieran las condiciones favorables para que se terminara de resolver el asunto.
Su valor se cifra en algo menos de 600.000 euros, se consigue rebajar a la mitad, pero la realidad es que su salario no tiene que ver con esas cantidades. Para que lo entienda la gente, el valor del jugador no es lo que cobra.
Sí, es así. Al final tú tienes un valor y por otro lado tienes un salario. Yo en ningún momento le dije al Levante ‘quiero cobrar esto’. El Levante es el que me transmitió lo que podían ofrecerme. Las cosas por nuestra parte han sido así de fáciles. Es cierto que luego vienen los inconvenientes por parte de LaLiga, pero, como dices, el salario no tiene nada que ver con el valor que te asignan. Si fuera así, habría sido más complicado. En ese sentido, el salario no ha sido un impedimento para el club.
¿Cómo vivió esa espera al ver que su inscripción no llegaba?
Es algo frustrante. Llegas para ayudar y en cierta manera no puedes. Al final tienes que pensar que son cosas que no depende de uno mismo. Yo tenía claro que debía hacer todo lo que estaba en mis manos y que, mientras se resolvía la situación, debía estar preparado. Si no se daba así, me tocaba esperar hasta que estuviera resuelto. Cuando se cerró el mercado quedó todo solucionado y, desde entonces, estoy a disposición del míster como uno más.
Es muy meticuloso a la hora de dormir, de cuidarse, no sé si le afectaban de alguna manera los nervios.
No, la verdad que no. He aprendido con el paso de los años que uno solo puede controlar lo que está en sus manos. En ese sentido estaba tranquilo. Trataba de prepararme por si ocurría algo extraordinario, aunque fuese difícil, y si no para cuando llegara el día estar lo más preparado posible.
Tras todo el lío de las inscripciones, recupera el ‘10′ y se estrena... de central.
Al final el tema del dorsal se ha quedado ahí, he podido volver a cogerlo y Pablo (Martínez) ha decidido coger otro. Le agradezco el gesto y el respeto que ha tenido en ese sentido. Es cierto que para mí el ‘10′ es un número especial en este club, porque me ha acompañado prácticamente desde el segundo año desde que debuté y con ese número he conseguido muchas cosas bonitas con este club. Mi historia en el Levante va de la mano de ese número. Agradezco el poder volver a llevarlo.
Luego está lo de jugar de central... yo estoy dispuesto a jugar de lo que sea. Quería ayudar, quería jugar y prefiero hacerlo de central que no jugar. Así va a ser, si me toca de central, seré central, y si me toca jugar en el medio, lo haré como el otro día. Lo importante es ayudar, lo que importa es el equipo y el club. Por ahí el míster no va a tener ningún problema conmigo.
Quizá ha llegado antes de tiempo, pero no sé si la fórmula de central la veía como una posibilidad a futuro para alargar aún más si cabe su carrera.
Yo creo que lo más importante es estar preparado para jugar en cualquier posición, independientemente de la edad. Quizá es cierto que uno va perdiendo capacidades con el paso de los años, es normal porque somos humanos. Si no fuese así los jugadores no se retirarían nunca. Pero yo echo la vista atrás y las dos últimas temporadas las he acabado jugando con dos prórrogas a mis espaldas, eso me hace ver que no estoy tan mal (ríe). Lo que quiero es volver a mi nivel y recuperar mis mejores sensaciones para poder ayudar al equipo. El día que vea que no esté preparado cogeré y me iré a mi casa. No voy a perjudicar al equipo ni al club en ese sentido. Si yo sigo en activo es porque me veo bien y si me veo bien para jugar de centrocampista, de central o de lo que haga falta. Es lo que a mí me vale, que no es otra cosa que dar el nivel que creo que merece el equipo.
Como se suele decir: “hasta que no me pasen los chavales”...
Al final es normal que me pasen en velocidad o que me pasen en otros aspectos, pero uno tiene que tirar de otras virtudes y en ese sentido estoy preparado.
Hablamos de un cinco veces campeón de Europa, que vuelve a su club, al Levante, y no se le caen los anillos si algún partido ha de arrancar en el banquillo. El otro día Calero remarcó su actitud intachable.
Al final es el entrenador el que tomas las decisiones. Yo solo tengo que estar preparado para cuando me toque y, obviamente, respetarlas. No te voy a mentir, todos queremos jugar de inicio y jugar el máximo número de minutos posibles y, en ese sentido, y entrecomillas, que no quiero que se me entienda mal, me jode el no jugar. Pero si el míster así lo decide me toca respetarlo y estar preparado, como el otro día que me tocó salir en la segunda parte a ayudar. Para mí lo más importante es haber ganado cuando el árbitro pita el final del partido. Las victorias con este club son muy especiales, porque es muy difícil ganar y cada día es más complicado. Lo que supone ganar, disfrutar y celebrar con este club una victoria no tiene comparación. Para mí es muy especial.
El Levante esta temporada pinta bien. Hizo un esfuerzo por estar desde el principio de la pretemporada y ha visto cómo se ha ido forjando prácticamente desde el primer día este nuevo proyecto.
Las sensaciones son muy buenas. Es cierto que los resultados son buenos, habiendo jugado varios partidos fuera de casa ante rivales duros, pero yo me quedo con las sensaciones del trabajo diario. Estamos trabajando muchísimo y eso a la hora de jugar se nota. Es lo que queremos. El que algo quiere, algo le cuesta. Sabemos que tenemos que sembrar en el día a día para luego recoger. Por eso te digo que las sensaciones, más allá de los resultados, son muy buenas. De trabajo, de grupo... creo que hay un grupo humano muy bueno que se presta a trabajar en el día a día sin rechistar. Vamos todos a una, sabemos lo que quiere el míster, morimos con esa idea y, si seguimos así, podemos hacer una temporada muy interesante. Sobre todo remarcaría el hecho de dar motivos a nuestra afición para que estén de nuestro lado. Creo que juntos podemos conseguir grandes cosas.
Como voz autorizada del levantinismo, cómo ve desde su posición la brecha que hay entre la afición por la vuelta de Morales. Es cierto que es complicado decirle a la gente cómo se ha de sentir, pero cuál es su punto de vista.
A ver, yo creo que cualquier situación que genere un poco de conflicto en el levantinismo no es buena. Entre todos tenemos que pensar qué es lo mejor para el Levante. A día de hoy Morales es jugador del Levante, es cierto que ha habido un pasado y que hay una parte que lo ve de una manera y otra parte que lo ve de otra forma. A mí, personalmente, no me gusta opinar de cosas de las que no tengo la información completa. No sería objetivo. Por eso no me gusta opinar en ciertos aspectos. Cada uno tendrá sus razones de lo ocurrido. Pero a día de hoy Morales es jugador del Levante, ha querido volver al club a ayudar y creo que no sería bueno crear un clima de crispación cuando las cosas están funcionando. Si nos está ayudando con goles como el otro día que significan tres puntos... Para mí lo más importante es lo que nos pueda aportar y su actitud. Si yo viera una actitud que no fuera buena para el equipo o el club sería el primer en decírselo, pero creo que no es así. Creo que es un compañero más que quiere dar lo mejor para el Levante y eso es lo que me vale. Sea Morales u otro compañero. Voy a muerte con mis compañeros que quieren lo mejor para el club, porque para mí el Levante es lo más importante que hay.
Hablando de regresos, no sé si ha tenido alguna otra opción de volver al club, como el año que sale del Leicester rumbo a Villarreal.
La verdad es que me alegra que me hagas esta pregunta, porque es algo que quedó en el aire. Quizá alguno tenía la duda de por qué fui al Villarreal y no al Levante. Cuando iba a salir del Leicester, el Sevilla y el Levante fueron los primeros clubes en saber que me iría de Inglaterra, y les transmitimos la posibilidad de, si querían, que fuese a esos clubes. En ese momento, el Villarreal ya había mostrado su interés desde el verano anterior, aunque el Leicester no me dejaba salir. El Leicester solo quería un traspaso, no una cesión. En ese momento, tuve una charla con Quico (Catalán), y me transmitió que no podían hacer frente a ningún traspaso. Yo tampoco me sentía bien de que el Levante tuviera que pagar un gran traspaso por mí. Entonces, se da la situación de que el único equipo que podía pagar un traspaso era el Villarreal (que pagó unos 10 millones de euros por él), y decido ir allí. No es que no quisiera venir y prefiriera ir a otro club; es que el Levante no podía hacer frente a lo que el club inglés pedía. Esa fue, más o menos, la situación.
Es el mercado.
Sí, es parte del mercado; cada club tiene su situación, y se dio así. No es que no quisiera venir al Levante; ojalá hubiera podido volver, pero no se dio.
En su segunda etapa en el club le tocó vivir uno de los momentos más duros de su carrera. Recuerdo todavía la imagen de Iborra derrumbado en el campo.
Todavía se me pone la piel de gallina. Es algo que intentas superar, lo intentas asimilar, pero cada vez que lo piensas, es aún más duro. Sobre todo por lo que suponía para el club a nivel económico, social... el soplo de oxígeno que nos habría dado. Fue muy duro, muy duro. Pero, mira, yo pienso que, aunque nos costó levantarnos y asimilarlo, ha sido como en otras ocasiones. Yo he vivido casi la desaparición de este club, y ha sido un punto de inflexión que luego nos ha hecho vivir momentos importantes y bonitos; quizá los más importantes de la historia del club, con esa participación en Europa. Quiero pensar que ahora es un momento similar, un punto de inflexión, para aprender de lo que no hemos hecho bien, tratar de mejorar y seguir hacia adelante.
Desde entonces, soñaba con volver y sobre todo con culminar lo que se quedó a medias.
Obviamente. Si vuelvo es para tratar de vivir momentos bonitos y tratar de devolver a este club a la élite del fútbol. Ojalá que así sea. Luego, se podrá dar o no, porque, como te he dicho antes, no todo depende de lo que uno haga. Pero si lo que uno hace es lo máximo posible, puede tener la conciencia tranquila.
Calero es de proyectar mensajes positivos y creo que es importante plantearse objetivos grandes, pese a que luego el fútbol te pone en tu lugar.
Totalmente. Creo que todo deportista, y en este caso, todo jugador de fútbol, debe ser ambicioso y soñar con conseguir lo máximo. Obviamente, sabemos que es muy difícil. Hay proyectos importantes, hay equipos muy buenos, y va a ser complicado. Pero, ¿por qué no soñar?.
Jugar a ser adivinos es complicado, pero cuánto le queda al levantinismo para disfrutar de Iborra.
¿En activo? (ríe). No lo sé. Es cierto que me encuentro bien y estoy trabajando mucho para encontrar mi mejor versión. Las sensaciones son muy buenas, aunque apenas he podido competir. Espero que me queden varios años más; no sabría decirte una cifra, pero espero que sean más.
Su contrato es de un año más otro opcional.
Sí, es así. Al final lo importante es la trayectoria del club, que al Levante le vaya bien y luego veremos si puedo ayudar o no.
Y, la última, en qué área del club se ve en el futuro. Porque imagino que una vez cuelgue las botas la historia continúa.
La verdad es que me gustaría seguir ligado al mundo del fútbol. No sé qué puede pasar ni en qué parte o cargo podría estar; no sabría decirte. Me llama la atención eso de entrenar, pero tampoco sé cuáles son las expectativas del club para el futuro o quién estará en el club. Tampoco sé si cuentan conmigo en algún cargo. No quiero ser una carga; solo quiero ayudar, y ahora me toca hacerlo en el campo
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