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REAL ZARAGOZA

Negociaciones de desgaste

El Real Zaragoza quiere dar salida a otra media docena de jugadores con contrato en vigor, lo que obliga a Juan Carlos Cordero a una táctica de tira y afloja con todos ellos para no perjudicar en exceso el límite salarial de la próxima temporada.

Zaragoza
Juan Carlos Cordero, en el palco de La Romareda.
CIERZO VISUALDiarioAS

Ratón, Larrazábal, Fuentes, Zapater, Vada, Gueye, Giuliano, Bebé… Hasta ocho jugadores han abandonado ya la disciplina del Real Zaragoza mediante anuncios oficiales, pero el club quiere dar salida a otra media docena de futbolistas con contrato en vigor y el director deportivo Juan Carlos Cordero está ahora inmerso con cada uno de sus representantes en lo que se llama una negociación de desgaste, que, como el mismo apuntó en su última conferencia de prensa, pretende que el importe de sus rescisiones afecte lo mínimo posible al límite salarial de la próxima temporada.

“Mi idea es llegar a acuerdos para que salgan algunos más, pero sin que se penalice el límite salarial, por lo que en algunos casos habrá que esperar hasta el final. Será una batalla en un mercado en el que cada uno mira por sí mismo”, dejó muy claro Cordero.

El Zaragoza ya ha tenido que indemnizar a Larrazábal y Vada, pero eso es sólo un aperitivo, porque ahora regresa Sabin Merino de su préstamo al Atlético de San Luis de México y le quedan nada menos que dos temporadas de contrato a 700.000 y 750.000 euros brutos de salario, unas cifras muy por encima de lo que percibe el mejor pagado de la plantilla, que es Cristian Álvarez con alrededor de medio millón. Y luego están los casos Manu Molina, James, Eugeni y Quinteros, los cuatro con un año más de contrato.

Manu Molina ya conoce por boca de Escribá que no entra en los planes de la próxima campaña, pero se agarra lógicamente a su contrato. “Yo tengo otro año más y quiero cumplirlo, no ha sido mi mejor temporada y espero que la próxima sea la mía y que pueda ayudar lo máximo al Zaragoza”, señaló el mediocentro este domingo a Aragón Televisión. El pasado mes de enero tuvo apalabrada su marcha al Tenerife, pero al final no hubo acuerdo de salida con el Real Zaragoza.

Eugeni y Quinteros tampoco lo van a poner fácil, lo mismo que James Igbekeme, cedido hasta el 30 de junio en el Wisla Cracovia polaco, y al que el anterior director deportivo Miguel Torrecilla, en una extraña maniobra, amplió su contrato hasta 2024 cuando en enero de 2022 se marchó cedido al Columbus Crew estadounidense.

Y luego quedan los casos de Vigaray, con un año de contrato y muy mermado por sus lesiones de rodilla, y hasta de Fran Gámez, cuya salida podría plantearse si el Zaragoza encuentra en el mercado un lateral derecho de mayor nivel.