Navarro o porqué la cantera del Leganés vuelve a contar
El extremo del filial tuvo un papel clave en el triunfo ante la Ponferradina. Fue su primera convocatoria con el primer equipo. Reaparición de la cantera tras el ostracismo de Idiakez.
La cantera del Leganés ha vuelto a tener protagonismo. Lo ha hecho en el momento justo de la temporada. Cuando cualquier ayuda es poca. Cuando ya parecía que no tendría si quiera presencia. El pasado domingo, en el triunfo pepinero ante la Ponferradina, (0-1), un chaval inédito hasta la fecha con el primer equipo fue una de las piezas importantes con las que el engranaje creado por Carlos Martínez venció y se llevó tres puntos vitales para la permanencia. Sergio Navarro tuvo un debut por todo lo alto.
Este extremo de 22 años, se estrenó en la lista, jugó sus primeros minutos como pepinero y, de paso, se atrevió a retar a la zaga berciana con excelente resultado. Tanto es así, que el chico tuvo una de las ocasiones más claras del partido (se plantó delante de Amir, pero su tiro se fue cruzado en exceso) y forzó el córner del que nació el gol del triunfo. Exhibición de descaro y aplomo que llegó apenas 24 horas después de que el chico jugase todo el encuentro con el filial ante el Guadalajara. Sergio viajó junto con Lalo y Rentero (también titulares con el filial) para incorporarse a la concentración en Ponferrada ya en la madrugada del sábado al domingo.
“Estaba cansado… pero era la primera vez en convocatoria con el primer equipo (…) Cuando me dijo [Carlos Martínez] que se había lesionado Narváez, y que tenía que salir, fue pura adrenalina. Salí sin haber calentado”, contaba él mismo a los medios del club en una entrevista en la que aún le brillaban los ojos de felicidad. “Ni me lo creía”, insistió varias veces. “Soy un privilegiado”, añadió. Y tanto.
Cantera en segundo plano
Porque ser canterano ha sido, esta temporada, asunto complejo en el primer equipo pepinero. Imanol Idiakez, entrenador cesado del cargo hace justo una semana, solía incluir en sus convocatorias a jugadores del B, pero casi como elemento ornamental. Porque bajo su mando, sólo Lalo (ya metido en dinámica de entrenamientos del primer equipo) tuvo minutos en Liga. Jugó 16 minutos del duelo ante el Zaragoza. Habían pasado 33 jornadas y todavía ningún chico del filial se había estrenado. Ni siquiera de forma testimonial, como le ocurrió a este defensa en La Romareda.
Asunto distinto era la presencia de los chavales en los entrenamientos. Una rutina que luego no lograba la compensación de participar con los mayores y que, en muchas ocasiones, restaba recursos al Lega en su lucha por la permanencia dentro del Grupo V de la 2ª RFEF. Con Carlos Martínez, preparador del filial hasta el despido de Idiakez, la dinámica ha cambiado.
Descaro para brillar
Primero, porque el técnico ha dado prioridad al filial. El equipo jugó el sábado y ninguno de los tres chavales convocados que ya había decidido se quedaron sin la oportunidad de jugar ante el Guadalajara. Segundo, porque el extremeño sí que llamó a filas a los chicos con intención de, si era necesario, tirar de ellos. Por eso cuando Narváez se lesionó, en lugar de pensar primero en soluciones alternativas que dieran prioridad a un jugador del primer equipo, Martínez llamó al jugador más parecido que tenía en el banco para reemplazar al colombiano. El escogido, Sergio Navarro.
Con el 37 a la espada, el chico ejerció con temple, como si hubiera jugado toda la vida con los mayores. Carlos Martínez lo escoró al costado diestro y ahí fue capaz de encarar, buscar profundidad y, sobre todo, atreverse. La ocasión que marró ante Amir no sólo no lo desanimó, sino que en el 90′, y en colaboración con Cissé, otro producto de la cantera, se inventaron entre una maraña de rivales la acción que acabó en la esquina con el saque de Rubén Pardo y el gol de Sergio González. Un tanto que lleva grabado el nombre del madrileño, pero que también dejará para el recuerdo el debut inolvidable de Sergio Navarro.