Medio año de convulsión en la portería
La salida de John acarreará la llegada de otro portero al Real Valladolid, tercer acompañante en seis meses de un Masip a veces discutido.
La precipitada pero esperada salida de John del Real Valladolid ha devuelto la sensación de convulsión a una portería inestable en los últimos tiempos. La marcha del brasileño provocará que Jordi Masip vaya a tener un tercer acompañante con ficha profesional, cuarto si se tiene en cuenta a Aceves, cuyas opciones de estar en la primera plantilla esta temporada fueron reales en los albores del pasado verano. Las decisiones posteriores acabaron lastrándole... y lastrando la planificación.
Los primeros meses de Paulo Pezzolano en Valladolid y el rendimiento del capitán y de Sergio Asenjo hicieron que el entrenador solicitara, antes incluso de terminar la pasada campaña, la llegada de un portero para la presente. Consumado el descenso, la sensación existente de que Masip tendría opciones de salir en el mercado estival llevaron a pensar en que habría un hueco de forma natural, sin que fuera necesario tomar decisiones difíciles. Sin embargo, la no salida del catalán empujó a tomarlas, a que, una vez llegó el arquero demandado ya con Catoira al mando.
Poco a poco, Asenjo fue empujado hacia la puerta de salida, sin la claridad que requería la situación, puesto que, si bien llevaba semanas siendo el señalado, siempre según su versión, no fue hasta el final del mercado cuando le dijeron que debía marcharse. Lo hizo rescindiendo de tal manera que el margen de maniobra para acometer otras operaciones quedó reducido, una situación nada achacable a él y sí a las formas y el momento, con la ventana de pases prácticamente cerrada.
No fue esta la única decisión controvertida que se tomó durante ese periodo estival, ya que, durante este, también se prescindió de la figura de José Manuel Santisteban, entrenador de porteros durante los últimos años, y se le negó a Juan Carlos Martínez su salida para relegarlo, tras un periodo de interinidad en el primer equipo, al División de Honor, después de que llegara a Zorrilla Ricardo Pereira, técnico experimentado pero de métodos un tanto peculiares, como se puede comprobar en entrenamientos o en los calentamientos previos a los partidos.
Sucedió esto antes del golpe de timón en la dirección deportiva, un periodo durante el cual Aceves llegó a tener su cesión apalabrada al Amorebieta, antes de que el cuadro vasco fichase a Pablo Cuñat, titular en dicho conjunto... y en la selección sub’21, precisamente, por delante del canterano. Parar en seco su préstamo para que luego se llevara a cabo casi sobre la bocina, con dirección a un equipo que había empezado a competir con dos porteros profesionales, unido a sus llamadas internacionales, no pareció lo mejor, teniendo Pezzolano a Masip y a Asenjo.
Y entonces, llegó el coronavirus de Masip, que precipitó el cambio en la portería y la titularidad de John, un portero de condiciones atípicas en el fútbol europeo, que corre riesgos en la tenencia de balón, cuanto menos excéntrico a la hora de salir en según qué envíos y cuya solvencia en la evitación de la ocasión, a pesar de sus 196 centímetros, no fue la mejor, y eso que llegó a encadenar 448 minutos seguidos sin encajar (gol legal; sí recibió dos anulados, además de dos tiros al palo).
Una lesión producida en la goleada recibida ante el Eibar (5-1) le desbancó de la titularidad seguramente en su peor momento, ya que dos semanas antes había cometido un grave error en el penalti hecho contra el Espanyol, en el que salió mal y dio un tortazo a Braithwaite que acabó con la pena máxima. Antes, al ver terminada aquella racha sin encajar, llegó a recibir insultos a la salida del Mirandés (después de ganar cinco partidos seguidos...) por parte de un pequeño grupo de aficionados.
Perdido el protagonismo y otorgada la confianza a Masip por parte de un Pezzolano que siempre ha abogado por dársela al cancerbero de turno, debido a la especialidad de la posición, John ha terminado por provocar un movimiento inesperado meses atrás, aunque no haya sido su paso por Zorrilla uno cuyo adiós lamentar. El Real Valladolid tendrá que acudir al mercado y, cosas de la vida, su ya excancerbero militará en un equipo que jugará la Libertadores este año.
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