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RACING | EL ALARGUE

Marca de la casa

Si uno analiza por separado uno de los ocho partidos sin perder que lleva el Racing, puede llegar a creer que es cuestión de suerte. Y no. Es que es así.

Los jugadores del Racing celebrando su triunfo en Andorra.
LaLiga

Hace una semana hizo fortuna en las redes un monólogo de Calero, el entrenador del Burgos, explicando eso de que no hay que confundir jugar bonito con jugar bien. Que defender bien también es jugar bien. Más allá de que es el discurso que hacen todos los que juegan ultradefensivo, la pegan para arriba, paran el juego y simulan lesiones para perder tiempo, tiene razón. Más que un santo. Con un matiz, ese juego, muy meritorio en muchos casos, tan digno como cualquier otro, es solo para muy cafeteros. Solo para los hinchas del equipo en cuestión (siempre que le vayan bien los resultados y no a todos). Los aficionados neutrales, ni que decir los del equipo contrario, no disfrutan viendo ese fútbol que como primer mandamiento tiene el del anular el juego del rival. Dicho esto, tiene mucho mérito lo que está haciendo el Burgos de Calero. Y lo que está haciendo el Racing de Romo también. Partiendo del subsuelo, último con cero puntos y cero goles a favor tras la cuarta jornada y con una plaga de lesiones que le ha llevado a jugar más de un mes sin delanteros, ser ahora el equipo que más tiempo lleva sin perder, ocho jornadas, y sacar cinco puntos a los puestos de descenso es para descubrirse. Ahora bien, yo veo todos sus partidos porque soy del Racing, si fuera seguidor del Bochum, me lo pensaría. Al que no vería, seguro, es al Andorra.

La pisadita de Mármol

Mika Mármol para Adriá Vilanova, Vilanova para Mármol, Mármol para Vilanova, Vilanova, de nuevo, para Mármol, todo a cámara lenta, y, por fin, Mármol se para, pisa el balón con los tacos de su bota izquierda, otea el horizonte..., y vuelta a empezar. Todo en campo propio. 45" de fútbol tirados a la basura. Así, una y otra vez. Tengo amigos a los que este fútbol que santifica la posesión, aunque sea a base de pases inocuos, insípidos e incoloros, les gusta. Alguno, incluso, no ven una manera mejor de empezar el juego. A mí me provoca sensaciones que van del hastío al cabreo, ese fútbol no es para mí. Respeto al Andorra, respeto a Eder Sarabia y me parece que es perfectamente lícito intentar ganar jugando así, pero no me gusta verles jugar. Como tampoco me gusta ver jugar al Racing, que es mi equipo, del primer tiempo en el Estadi Nacional: falto de agresividad, torpe con el balón, metido demasiado atrás, más mantecoso en defensa de lo habitual, con Camus en la derecha, con Pombo de delantero... Vamos, que en el descanso me sangraban los ojos. Menos mal que la segunda parte cambió. El Racing dio un paso adelante y pasaron cosas. No fue aquel Racing 5 - Athletic 4 que el AS sacó cuatro días más tarde en DVD (¡Qué tiempos! Dan ganas de llorar), pero ya parecía un partido de verdad.

Unai Medina y Fausto Tienza, del Racing, celebrando su victoria en Andorra.
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Unai Medina volvió a jugar unos minutos como extremo, esta vez por la izquierda.LaLiga

Un lateral en busca de su sitio

Unai Medina no juega en su puesto desde el 28 de agosto contra el Oviedo. Aquel día se lesionó, recayó luego cuando forzaba para volver y no ha tenido minutos hasta que en Leganés, dos meses y nueve partidos más tarde, salió unos minutos por Mboula para blindar la banda derecha por delante de Dani Fernández. El sábado, en una decisión que demuestra las ganas que tiene Romo de darle minutos, saltó al terreno de juego por Arturo ¡como extremo izquierdo! Ahí es nada. Cuando está en forma, a mí gusta Unai Medina, me parece lo suficientemente fiable tanto en defensa como en ataque. Sabe lo que hace y tiene oficio sobrado para disimular sus carencias. En condiciones normales, conmigo sería el lateral derecho titular..., y a Romo le gusta 20 veces más que a mí. Ahora, con dos semanas por delante para afinar su puesta a punto, me llevaría una gran sorpresa sin contra el Burgos no fuera el lateral derecho titular. No creo que Dani Fernández se sorprenda si llega a leer esto (porque los vestuarios tienen un olfato especial para predecir los movimientos de sus entrenadores), pero es lo que hay. El día 20 saldremos de dudas.

Otra ronda en el VAR

Hay aficionados que, más allá de lo que digan, están convencidos de que los árbitros solo se equivocan en contra de su equipo. Que nunca lo hacen a favor. Y que si, por una combinación extrañísima de los astros, pudiera llegar a sospecharse que ha sido así, lo mejor es cerrar los ojos y hacer como que no se ha visto. Hace cuatro años, el Racing ganó un derbi a la Gimnástica gracias a un gol con la mano de Óscar Gil. Fue un error clamoroso del árbitro. Nacho Cubero hizo una foto magnífica e indiscutible: toque de voley. Por supuesto que la publicamos para ilustrar aquela crónica: 'La mano de Óscar Gil resolvió un derbi tenso e igualado'. Hubo quienes nos tildaron de antirracinguistas por no quemar aquella instantánea. Tal vez a alguno también le parezca mal que (lo mismo que la semana pasada se hablaba en este Alargue de los errores del várbitro del Racing-Alavés) quede escrito aquí que es inexplicable que no pitaran penalti por la mano de Dani Fernández cortando un centro peligroso al área del Racing de Christos Albanis. Vean la foto de abajo, justo después de que Dani se quitara la mano derecha de la espalda y la abriera y justo antes de cortar el balón y mandarlo contra su cuerpo. Para criticar cuando te perjudican debes reconocer cuando te benefician, aunque te alegres, claro. Las Rozas, tenemos un problema. Se que es una frase viejuna, pero lo del videoarbitraje me está pareciendo tan raro como el var de la Guerra de las Galaxias.

Dani Fernández, del Racing, frente a Christos Albanis, del Andorra.
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Ese balón de Albanis, que centraba sobre el área chica de Parera, está a punto de contactar con la mano derecha de Dani Fernández.LaLiga