Si uno analiza por separado uno de los ocho partidos sin perder que lleva el Racing, puede llegar a creer que es cuestión de suerte. Y no. Es que es así.
Hace una semana hizo fortuna en las redes un monólogo de Calero, el entrenador del Burgos, explicando eso de que no hay que confundir jugar bonito con jugar bien. Que defender bien también es jugar bien. Más allá de que es el discurso que hacen todos los que juegan ultradefensivo, la pegan para arriba, paran el juego y simulan lesiones para perder tiempo, tiene razón. Más que un santo. Con un matiz, ese juego, muy meritorio en muchos casos, tan digno como cualquier otro, es solo para muy cafeteros. Solo para los hinchas del equipo en cuestión (siempre que le vayan bien los resultados y no a todos). Los aficionados neutrales, ni que decir los del equipo contrario, no disfrutan viendo ese fútbol que como primer mandamiento tiene el del anular el juego del rival. Dicho esto, tiene mucho mérito lo que está haciendo el Burgos de Calero. Y lo que está haciendo el Racing de Romo también. Partiendo del subsuelo, último con cero puntos y cero goles a favor tras la cuarta jornada y con una plaga de lesiones que le ha llevado a jugar más de un mes sin delanteros, ser ahora el equipo que más tiempo lleva sin perder, ocho jornadas, y sacar cinco puntos a los puestos de descenso es para descubrirse. Ahora bien, yo veo todos sus partidos porque soy del Racing, si fuera seguidor del Bochum, me lo pensaría. Al que no vería, seguro, es al Andorra.
Un lateral en busca de su sitio
Unai Medina no juega en su puesto desde el 28 de agosto contra el Oviedo. Aquel día se lesionó, recayó luego cuando forzaba para volver y no ha tenido minutos hasta que en Leganés, dos meses y nueve partidos más tarde, salió unos minutos por Mboula para blindar la banda derecha por delante de Dani Fernández. El sábado, en una decisión que demuestra las ganas que tiene Romo de darle minutos, saltó al terreno de juego por Arturo ¡como extremo izquierdo! Ahí es nada. Cuando está en forma, a mí gusta Unai Medina, me parece lo suficientemente fiable tanto en defensa como en ataque. Sabe lo que hace y tiene oficio sobrado para disimular sus carencias. En condiciones normales, conmigo sería el lateral derecho titular..., y a Romo le gusta 20 veces más que a mí. Ahora, con dos semanas por delante para afinar su puesta a punto, me llevaría una gran sorpresa sin contra el Burgos no fuera el lateral derecho titular. No creo que Dani Fernández se sorprenda si llega a leer esto (porque los vestuarios tienen un olfato especial para predecir los movimientos de sus entrenadores), pero es lo que hay. El día 20 saldremos de dudas.