Los deberes de Manzanera: cuatro fichajes en cinco días
Al director deportivo se la Cultural se le echa el tiempo encima. Calero será el siguiente refuerzo.
La Cultural juega su partido más importante en los despachos. Lo que suceda en los últimos días del plazo de fichajes seguramente marcará el devenir de la temporada para los de Raúl Llona, que en el inicio de la liga se ha mostrado como un equipo con muchas carencias y falto de futbolistas que den un salto al nivel del grupo. José Manzanera, director deportivo, tiene abiertos varios frentes y cuenta con un remanente económico satisfactorio para cumplir el objetivo establecido a principios de mercado que no fue otro que apurar los plazos para acceder a refuerzos imposibles a principios del verano.
Doce fichajes después, la Cultural todavía busca cerrar cuatro operaciones. Una de ellas está en la recta final. Se trata de Iván Calero, cuya desvinculación del Real Zaragoza es cuestión de horas para comprometerse acto seguido con la Cultural con la que desde hace días tiene un acuerdo. El futbolista no entrenó este miércoles con el cuadro maño y tiene preparadas las maletas para viajar a León y ponerse de inmediato a las órdenes de Llona e, incluso, entrar en la convocatoria para el partido del viernes ante el Sporting.
Con Calero, la Cultural no daría por cerrada la defensa y mira al mercado internacional para completar el centro de la zaga, demarcación en el radar de las sospechas. A pesar de las buenas sensaciones que dejó Barzic en su estreno de blanco, existen dudas sobre jugadores como Fornos, Satrústegui, lastrado por las lesiones, e incluso Rodri, a pesar de la extraordinaria actuación del leonés frente al Almería y que podría dar un giro a su expectativa inicial de quinto central.
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Por su parte, el ataque pide más. La Cultural debe cubrir ambos extremos donde hasta la fecha solo cuenta con dos efectivos, Pibe y Tresaco, amén de la versatilidad de Collado. Para el costado izquierdo suena con fuerza Konrad de la Fuente, canterano del Barcelona y que cuenta con pocos minutos en el Lausanne suizo. El nombre de Toni Villa sigue encima de la mesa mientras el jugador espera la llamada de su antiguo club. Y salvo sorpresa, así se cerraría la zona ofensiva, aunque la dirección deportiva no es ajena a las dudas que desde su llegada ha despertado Paraschiv. El ariete rumano no solo no ha visto puerta, sino prácticamente no se le recuerdan remates.
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