Los antecedentes de Idiakez y Borja dan margen a Paco López
Desde que compró el Leganés, Blue Crow siempre ha apostado por dar la máxima confianza posible a sus entrenadores en momentos de dudas. Pasó con Idiakez en 2022 y con Borja en Primera.


El Leganés atraviesa una situación delicada. El equipo de Paco López apenas ha cosechado 15 puntos de 36 posibles y está muy alejado de la zona alta de la tabla para la que fue diseñado este equipo después del descenso del curso pasado. Los pepineros navegan, ahora mismo, a cinco puntos de la sexta plaza y a cuatro de los puestos de descenso a la espera de qué pase en el Valladolid – Granada que se disputa esta noche. Un triunfo nazarí dejaría al Leganés a sólo dos puntos del descenso que marcaría el Eibar. Ahora mismo los blanquiazules ocupan la 13ª posición en la tabla.
El escenario es preocupante. Este Leganés sólo ha logrado ganar tres partidos y aunque solo ha perdido tres (los otros seis son empates), ocurre que esas tres derrotas han sido en casa, dónde sólo ha ganado un partido y rascado 5 puntos de 18 posibles. Son guarismos de equipo que piensa más en la salvación que en el hito de ascender sí o sí a Primera División, como se marcó la entidad a comienzos de temporada. Esa exigencia la ha ratificado el límite salarial (tiene el más alto de la categoría) y los análisis de un club que, del banquillo para arriba, insiste por activa y por pasiva en el mensaje de tener que volver a la élite.
El antecedente de Idiakez…
Ese marco de obligación podría dejar en situación complicada al técnico, a Paco López. Por ahora, no es así. Desde que Blue Crow Sports se hizo con la propiedad del club, la política con respecto a los entrenadores en situaciones complicadas ha sido casi siempre la misma: paciencia. Mucha paciencia. No es que haya habido muchos escenarios para un cese desde 2022, pero en los dos casos anteriores, el club siempre apostó por dar paciencia al proyecto.
En esa primera temporada al frente del club, ocurrió con Imanol Idiakez. El equipo llegó a ser colista de Segunda y en medio de ese escenario, con una plantilla creada para buscar el playoff, se aguantó al técnico guipuzcoano. En aquel momento, esa confianza dio resultado y el equipo, en enero, llegó a dormir en playoff de ascenso la noche de Reyes. Luego se desinfló y, acosado por los resultados y con el miedo al descenso convertido en una realidad latente, se abogó por el cese del preparador. Carlos Martínez, técnico del filial, se hizo cargo del equipo con éxito, aunque lograr el objetivo de la salvación no fue suficiente para su continuidad. Lo relevó Borja Jiménez.
… y el de Borja Jiménez
El abulense ascendió al Leganés a Primera por segunda vez en su historia y ya en la élite, rozó la salvación. Logró 40 puntos que, en ocho de las diez temporadas anteriores, habría sido más que suficiente para salvarse en la élite. De hecho, esa puntuación fue la tercera mejor de las seis campañas blanquiazules entre las mejores. Pero esta vez no fue lo bastante buena para lograr la permanencia. Un objetivo que en varios tramos de la temporada se puso complicado y que tuvo al técnico en la cuerda floja. Incluso se sondeó a Pacheta como plan B.
Pero los resultados salvaron al técnico en el momento adecuado para salir a flote y evitar el cese. Después, en abril, después de que el club anunciara que Txema Indias no seguiría la temporada siguiente, pero no lo despidiera, un posible cese se hizo casi inviable. La bicefalia que existía en el puesto de la dirección deportiva entre el mismo Indias y Andrés Pardo hacía que, aunque se pudiera tomar la decisión de un despido, el fichaje de un recambio planteara un conflicto de competencia entre ambos. Así que Blue Crow optó por prorrogar la política de proteger a su entrenador y le dio carta de continuidad pública hasta el final de curso.
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Ahora, pese a que las aguas bajan revueltas por el arroyo de Butarque, lo cierto es que no se ha planteado por el momento escenario alguno que no sea darle continuidad a un Paco López que vive su tercer momento complicado del curso. El primero fue tras sumar sólo cuatro empates en las primeas cuatro jornadas. Después llegó el doble batacazo ante Las Palmas y Castellón (0-1 en ambos) y, ahora, tras una recuperación ascendente (cuatro jornadas sin perder), la derrota ante el Burgos (1-2) en un partido “pésimo” según el propio análisis del técnico valenciano.
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