Loren y la ventana con vistas a la redención
El marbellí se enfrenta a su momento. El único punta al 100%. Marc Cardona y Sandro se recuperan de sus lesiones. Andone, ausente ante el Sporting por sanción.
Fue precisamente un marzo como este cuando Loren Morón rompió no solo la puerta de la primera plantilla del Betis sino que su impacto se dejó notar hasta en la solana. El marbellí acababa de dar el salto del filial verdiblanco y en tan solo seis partidos ya había anotado cinco goles. Chutando a puerta ocho veces. Es decir, un 63% de acierto.
Sin duda era la irrupción de marzo en la Liga. Había sido el español más precoz en llegar a su quinto tanto en el siglo XXI. Y Quique Setién, su valedor en Sevilla y viejo conocido de Gran Canaria afirmaba: “Con su su bagaje en esta primera vuelta del campeonato, el año pasado y el tiempo que lleva aquí, creo que le ha dado mucho al Betis”.
Sin embargo, poco menos de cinco años después el destino de Loren le había obligado un paso atrás con la intención de dar dos hacia adelante. No entraba en los planes de Pellegrini y una experiencia como cedido en el Espanyol que no le ayudó a recuperar el crédito del que llamó la atención aquel marzo de 2018 obligaba una estrategia más arriesgada. Llegaba a Las Palmas el líder sólido de Segunda.
Parecía una apuesta segura por ambas partes. El equipo, a pesar de contar con tres delanteros, había visto como las continuas lesiones de su punta de ataque ponía en solfa alineaciones puntuales o cambios desde el banquillo. Y no estaba la cosa como para jugar a experimentos con el nueve. Además, la adaptación parecía sencilla, el verdiblanco conocía personalmente tanto a Álex Suárez como a Benito y había coincidido con Sidnei y Kaptoum en aquel Betis.
Casi dos meses después de su llegada, el que fuera líder marcha ahora tercero —igualado a puntos con el segundo— y el delantero llamado a dar el salto al equipo, apenas ha podido darle un empujoncito: Un gol. En 358 minutos. Un tanto en doce disparos. Lejos de su éxtasis como debutante verdiblanco.
Precisamente lo que le hizo brillar en su inicio en el Betis está emborronando su camino en Las Palmas. La puntería. Su ratio de conversión de tiros en goles es de un 8%, el más bajo de la delantera. Marc Cardona ostenta un 17%, Andone un 16% y Sandro un 10%. No en vano, es el punta amarillo con mayor tasa de disparos bloqueados, un 41% frente a los de 21% de Cardona, 25% de Andone y 26% de Sandro. Lo que puede denotar cierta ansiedad por anotar.
Sin embargo, se da la circunstancia de que podemos estar ante su gran momento. El de la redención de Loren Morón. Probablemente alguien determinista podría afirmar que para esta jornada vino y que puede hacerle cambiar su dinámica de la temporada. Porque estamos ante la gran prueba del andaluz.
Por un lado, por lo ambiental. Tres partidos consecutivos sin ganar que han culminado con la mayor derrota en la era García Pimienta —ante el máximo rival— y por la que Las Palmas ha salido de los puestos de ascenso directo. En un tramo de cinco partidos en los que ha sumado seis puntos de quince y en los que en dos encuentros ha estado en superioridad numérica desde la primera parte.
Por otro lado, por la eventualidad testimonial del ataque y que le sitúan con el foco. Primero, con la próxima ausencia ante el Sporting de Andone tras ver la quinta amarilla, y segundo con la situación médica de Marc Cardona y Sandro quienes no tienen el alta médica —aunque parece que están a una consulta de recibirla—, aunque de poder jugar ante los asturianos, el protocolo habitual de Las Palmas es incorporar a los futbolistas poco a poco.
Y en último lugar, porque ante el Tenerife fue uno de los que se quedó en la caseta junto a Mfulu y Loiodice al descanso. Aunque el técnico en ningún caso quiso señalar ya que se trata de un colapso general. “No ha sido culpa de esos tres jugadores que habíamos cambiado”, aunque reconocía tras el partido del Tenerife, “Loren llegó con muchísimas expectativas, lleva un mes y medio o dos, aproximadamente, con el equipo y por supuesto que se espera mucho más de él como del resto de los compañeros”.
Todo un abanico de circunstancias que convergen el domingo frente al Sporting y que pueden conseguir que Loren cambie la narrativa de su temporada en Las Palmas, como hiciera un año atrás Sadiku. Sin que este año signifique el último clavo ardiendo al que agarrarse.