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Lo que mal empieza, mal acaba

El Ibiza consuma el descenso a Primera RFEF un mes antes de acabar la Liga y tras una temporada para olvidar. Un cúmulo de desaciertos han frenado la progresión del proyecto de Amadeo Salvo.

Lo que mal empieza, mal acaba

Lo que mal empieza, mal acaba. La UD Ibiza culminó este viernes su descenso a la Primera RFEF, después una horrorosa temporada en la que un cúmulo de desaciertos han completado el desastre para el equipo ibicenco, que sufre un importante revés para el proyecto que encabeza Amadeo Salvo. Los celestes ascendieron a LaLiga SmartBank el 23 de mayo de 2021. Casi dos años después y otras tantas temporadas en la categoría de plata, los pitiusos se ven obligados a sufrir su primer descenso desde que el empresario valenciano reflotara el club en el año 2015.

Quedan cuatro jornadas por delante en Segunda que serán una travesía en el desierto para los baleares. El objetivo es acabar con dignidad y despedirse de la categoría de la mejor manera posible. Aunque la actual racha, con cuatro derrotas consecutivas, son el mejor reflejo de la impotencia de la UD Ibiza, que en casi ningún momento de la temporada ha dado la sensación de tener la capacidad de reaccionar.

Una mala planificación deportiva ha frenado en seco la progresión que llevaba la UD Ibiza. Después de salvarse con mucha solvencia la campaña pasada, esta ha sucedido todo lo contrario. En el ejercicio 22-23 se optó por un proyecto completamente nuevo. Desde el club no se quiso renovar a Paco Jémez como entrenador, que había sustituido a Juan Carlos Carcedo, a pesar de los buenos resultados obtenidos por el mediático técnico. También se despidió a Fernando Soriano como director deportivo y se le dieron los poderes en esta parcela a Miguel Ángel Gómez, con el que vino Javi Baraja como preparador.

Desde el principio sorprendió que se apostara por un técnico sin bagaje en la categoría, pero que venía con un buen cartel desde Valladolid, club en el que estuvo dirigiendo al filial y en el que Gómez había ejercido de director deportivo. Sorprendió también la política de fichajes que se llevó a cabo, apostándose por jóvenes promesas que venían a explotar al Ibiza, pero que no han cumplido, en la mayoría de los casos, las expectativas. Salvo contadas excepciones, como el portero Daniel Fuzato o el extremo Suleiman Camara, el resto no han rendido como se pensaba. Tampoco grandes figuras como Nolito o Coke han aportado lo que se creía que podían ofrecer. Hubo doce altas y se le dio salida a doce futbolistas.

Baraja, el entrenador por el que se había apostado decididamente, duró las doce primeras jornadas. Luego se optó por contratar a un veteranísimo de los banquillos, Juan Antonio Anquela, al que sólo se le dieron cuatro encuentros de Liga y uno de Copa del Rey, pero que acabó también despedido por la trituradora ibicenca de técnicos. Entre medias, Carlos Sánchez, secretario técnico, se sentó en el banquillo de forma interina en un encuentro liguero. Después se optó también por la experiencia del archiconocido Lucas Alcaraz, que es el que más ha aguantado esta temporada porque ya acumula 21 encuentros ligueros y uno del torneo del K.O. Acabará la campaña, pero como él mismo dijo, su plan no ha dado resultado y el Ibiza nunca ha estado cerca de poder salvarse.

En el mercado invernal, con Alcaraz ya como técnico, se hizo una auténtica limpia en la plantilla. Todo para buscar la reacción de un equipo que no ha llegado. Se acabaron marchando nueve futbolistas (con sonados casos como Goldar y Castel, dos emblemas del club) y llegaron seis. La apuesta fue un reconocimiento de que no se habían hecho bien las cosas al inicio de la temporada, pero tampoco ha salido bien. Además, en la semana del partido frente al Oviedo se conoció la marcha del director deportivo del Ibiza. Un Gómez que desde el principio había sido señalado por gran parte de la afición como el culpable de los males del club, y que acabó saliendo de mutuo acuerdo con la entidad.

En lo deportivo, los pitiusos han estado la mayor parte de la competición en posiciones de descenso, algunas incluso como colistas de la categoría. Son un equipo extremadamente endeble en defensa. En 37 partidos del campeonato regular han encajado 60 goles, y eso a pesar de haber contado con uno de los mejores porteros de la categoría como es Fuzato. Además, han marcado 31 goles, pero su condena ha sido los tantos que han recibido. Y quedan cuatro jornadas en las que las cifras aún pueden empeorar.

En la UD Ibiza toca ahora planificar el futuro para volver al fútbol profesional “más pronto que tarde”, como dijo Alcaraz este viernes en El Sardinero. El técnico granadino está convencido de que Salvo apostará de nuevo por un proyecto ganador, pero para el que hay muchas incógnitas. Falta saber qué director deportivo lo diseñará y quién será el entrenador que lleve los mandos del equipo. De momento, el club ha pedido disculpas a su afición en redes sociales, en las que también ha asegurado que volverán. Atrás queda ya aquella rueda de prensa de presentación de Gómez como director deportivo, en la que se habló de tener una estructura de primer nivel europeo. Empieza una nueva era en el Ibiza.