Leganés, piel de remontada
Los blanquiazules han logrado 11 puntos de los últimos 26 cosechados gracias a resultados en los que han igualado o superado tantos del rival. La clave: “mentalidad” de equipo.
El Leganés de Imanol Idiakez ha mudado su piel de una dermis indefensa, casi trasparente, a un pelaje duro. Terso. Pura cota de malla. A los pepineros poco les importa si los rivales les golpean. Este equipo de mentalidad reforzada y racha sostenida se ha acostumbrado a levantarse, sostener la mirada y contraatacar para evitar caer derrotado. Las remontadas se han convertido en su modus vivendi hasta darle 11 de los 26 puntos que ha cosechado desde que levantó el vuelo, allá por la jornada 9. Nada que ver con la endeble estructura del comienzo de curso.
Hasta la jornada 8 Leganés protagonizó tres partidos en los que sus amagos de remontadas o primeros goles iniciales acabaron en derrota. Por ejemplo, en la jornada inaugural, cuando Naim igualó el 0-1 del Alavés, pero los vitorianos acabaron venciendo con gol de Sylla. Ante el Eibar el Leganés venció 2-1, pero rozó la tragedia después de que los armeros, con uno menos desde el 44′, igualaran el partido en dos minutos del añadido. Sólo una falta a Cissé en el 2-2 evitó el empate en Butarque. Poco después, ante el Albacete, Vico adelantó al Lega (0-1), pero los manchegos le dieron la vuelta al marcador (1-2).
Acostumbrado a remontar
Fueron estas muestras de que el Leganés era un bloque sin capacidad, casi empequeñecido por un complejo de inferioridad que ha mutado hasta lo contrario. Es así como los blanquiazules acumulan un rosaario de demostraciones de ímpetu y remontada. A saber, ante el Cartagena (+3 puntos), Tenerife (+2), Sporting (+1), Mirandés (+1), Andorra (+1) y Zaragoza (+3), el Leganés acabó por rascar puntos en partidos que, o bien empezaron perdiendo, o vieron como les empataban durante el duelo o incluso llegaron a estar por detrás después de que la remontada fuera cosa del rival.
Mentalidad y grupo
El bagaje es amplio y denota varias derivadas. La fundamental habla de la capacidad del Leganés para encajar golpes y reponerse. “Mentalidad”, que lo llama un Idiakez que da a esta virtud psicológica mucha importancia visto que algunas de estas remontadas se han producido en escenarios complejísimos, como en Gijón u Andorra, ante fuertes turbulencias arbitrales, o contra el Cartagena, cuando el Leganés tumbó a un rival que aspiraba a ser líder y, además, lo hacía como farolillo rojo.
Además, también señala la flexibilidad y trascendencia de la pizarra de Idiakez y de la importancia que tiene en este Leganés no sólo la primera línea que ejerce de titular, sino también la segunda línea que emerge desde el banquillo, protagonista en muchos casos de los goles con los que el Leganés logró tan buenos resultados.