Larequi, el futbolista al que el Cádiz le salvó de morir fusilado en 1936
La directiva del conjunto amarillo sacó a su jugador de la cárcel de Alcala de Guadaira en la que ingresó, por querer disputar las Olimpiadas Obreras.


Eran otros tiempos. El Cádiz, entonces Mirandilla, debutaba por primera vez en categoría nacional en la temporada 1935-36, en el Grupo 3 de Segunda División, y el joven Juan Larequi, nacido en Leioa (Vizcaya) en 1915, daba el salto al conjunto amarillo. Tras un temporadón en el Zorroza, el equipo gaditano puso sus ojos en el interior derecho y el vizcaíno no dudó en recorrer los más de 1.000 kilómetros que separaban una localidad de otra. El Diario de Cádiz definió el juego de Larequi, el 10 de diciembre de 1935, día de su debut con la camiseta amarilla, con las siguientes palabras: “(...) debuta el joven interior vasco Larequi (apenas 1,5 m.), que gustó por su ligereza y rapidez. Se mueve por todos lados y es muy bullicioso. Su único problema es que es hermano gemelo de Espinosa de los Monteros (exjugador del Cádiz) (...) abusa del regate o del dribling, que viene a ser lo mismo, que perder el balón para ilusionar a la galería!”.

El equipo amarillo acabó séptimo esa temporada, la última antes de que estallara la Guerra Civil, lo que provocó un parón de tres años. Antes de entrar en el relato concreto que nos atañe, cabe destacar que Larequi vivió un momento clave en la historia del equipo amarillo, ya que poco después de que el curso futbolístico acabara, el Mirandilla cambiaría su nombre el 24 de junio de 1936, para pasar a llamarse Cádiz F. C.
Tras su buen desempeño, la Selección andaluza llamó a Larequi para formar parte de su equipo, de cara a las Olimpiadas Obreras de 1936. Esta competición nació a través de varias organizaciones de izquierdas, reaccionando de esta manera al movimiento olímpico, al que consideraban politizado y al servicio de los nacionalismos, con el Tercer Reich consolidado y precisamente debido a la disputa de las Olimpiadas de Berlín de 1936.
La historia depararía un cambio de rumbo drástico para Larequi, cuando se encontraba concentrado en Sevilla, con la Selección. Con el estallido de la Guerra Civil española, se ordenó encarcelar a todos lo atletas en un centro penitenciario. Algunos de ellos fueron fusilados. La amistad de Larequi con Guillermo Eizaguirre, guardameta del Sevilla y abogado, marcó el inicio de su cambio de suerte. El sevillano se puso en contacto con la directiva del Cádiz, para informarles de la situación de su jugador; y sin dilación, el hermano del entonces presidente cadista Rafael López Gazzo, junto a otros miembros de la directiva del club, fueron en coche desde Cádiz para sacarlo de la cárcel y tras completar varias gestiones, lograron su liberación. Una vez en la Tacita de Plata, Larequi disputó varios encuentros benéficos con el club amarillo, antes de volver a su tierra, en medio de la Guerra Civil.

Noticias relacionadas
Los partidos oficiales de Larequi con el Cádiz se resumen en los siete que disputó en Segunda, durante la temporada 1935-36, cuando tenía 19 años. En dichos encuentros logró marcar un gol. Una vez finalizada la Guerra Civil, Larequi fichó por el Arenas de Getxo, donde cumplió su sueño de debutar en Primera División. Es más, en su primer partido, consiguió anotar el único tanto de su equipo, en la derrota contra el Athletic (2-1).
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí






Rellene su nombre y apellidos para comentar