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MÁLAGA

La última bala del Málaga

Los blanquiazules se quedan sin margen. El hilo de vida es mínimo. Un punto del Sporting le condenaría matemáticamente a Primera RFEF.

Los jugadores del Málaga, celebrando el 2-0 al Mirandés, obra de Lago Junior.
MARIANO POZODiarioAS

El Málaga ganó al Mirandés, pero todos sus rivales directos sumaron y la inmensa mayoría de ellos ya están matemáticamente salvados. Zaragoza, Leganés y Racing ganaron sus partidos, mientras que Villarreal B, Huesca y Sporting sumaron un punto. De todos ellos, sólo el Sporting no tiene asegurada aún su plaza en Segunda el próximo curso.

El equipo de Sergio Pellicer necesita algo más que un milagro. Si el Sporting suma un punto en las dos últimas jornadas, se acabó. También será oficialmente equipo de Primera RFEF el Málaga si empata o pierde en Vitoria ante el Alavés. La última bala blanquiazul pasa por ganar los dos partidos, que el Sporting pierda sus dos encuentros y recuperarle una diferencia de cico goles a los asturianos en estas dos últimas jornadas. Además de todo ello, también será necesario que el Huesca sume al menos un punto. Porque si no lo hace y se produce un triple empate, entonces el damnificado sería el Málaga.

Las cuentas no dejan lugar a dudas y el Málaga y su afición ya se saben descendidos. El club, sin embargo, sigue sin mover ficha y sin arrancar un proyecto deportivo que será completamente nuevo. La demora en el nombramiento del nuevo director deportivo no permite iniciar una planificación cuya puesta en marcha cuanto antes es más que necesaria.

La afición ha estallado y ha dejado muy clara su postura: quiere una renovación total, no sólo a nivel de plantilla, también en cuanto a la estructura del club. La gestión, a todos los niveles, ha sido pésima. El Málaga hace aguas por todos lados y el crédito de las cabezas visibles de la entidad está agotado. A Kike Pérez se le amontona el trabajo. Urge empezar a tomar decisiones.