La Segunda División no perdona la inexperiencia en el banquillo
La dificultad de la categoría tritura a entrenadores sin apenas experiencia, como ha demostrado los casos de Llona, Plat, Justo, Guilló o Gabi.
La Segunda División no espera por nadie ni permite períodos de adaptación a la categoría muy largos. Es una Liga dura que exige tablas, templanza, cordura y mucha confianza. Así lo han vivido en sus carnes los entrenadores Raúl Llona, Johan Plat, Fran Justo, Gabi o recientemente Sergi Guilló, todos destituidos en estos primeros meses de LaLiga Hypermotion y con un denominador común, pero con matices: la falta de experiencia.
Sergi Guilló se sumó a esta lista hace dos días tras ser cesado del Huesca. El alicantino de 34 años debutaba esta temporada en Segunda División, pero su periplo se limitó a 13 jornadas en las que el conjunto oscense vivió un declive paulatino. El mensaje de Guilló dejó de calar en el vestuario y la apisonadora de la Segunda no tuvo piedad con un técnico poco experimentado. Como solución, en Huesca ya han fichado a Bolo para buscar precisamente esa experiencia en la categoría.
Si Guilló fue el último en caer, el primer entrenador en ser cesado fue el neerlandés Johan Plat, quien fuera el segundo de Dick Schreuder y que cogió al Castellón sin haber dirigido nunca en Segunda División. El técnico tuvo su primera experiencia con la tarea de concluir la 2024-2025 y logró salvar a los orelluts de la quema, pero en esta temporada apenas pasó de las cinco jornadas tras un inicio sin victorias.
En un contexto muy intervencionista del presidente del club, Bob Voulgaris, Plat fue arrastrado por los malos resultados y dejó su puesto a Pablo Hernández, que venía de entrenar al filial, no poseía experiencia en Segunda, pero que ha sumado 14 puntos ya para el Castellón. Esta buena marcha provocó que ayer le quitaran la etiqueta de interino.
Menos de una semana después de la salida de Plat de Castellón llegó la destitución de Raúl Llona en la Cultural y Deportiva Leonesa. La aventura del riojano en LaLiga Hypermotion apenas duró seis partidos y se saldó con tan solo una victoria. No obstante, el cese de Llona no se explica solamente por la crisis de resultados o la inexperiencia para reconducir la dinámica.
El técnico de Logroño ya estaba muy cuestionado desde la recta final de la campaña pasada pese a ascender a los leoneses. Su relación con José Manzanera estaba muy desgastada, pero no se atrevieron a echarle por sus logros, aunque el proyecto de la 25-26 ya nació con poca confianza y fe. La ausencia de experiencia para revertir el mal arranque, una construcción tardía de la plantilla y unas desavenencias con la directiva fueron el cóctel suficiente para zanjar la era Llona.
La trituradora de LaLiga Hypermotion también pudo con Gabi en el Zaragoza. El exfutbolista del Atlético de Madrid apenas había dirigido once partidos en Segunda, lo justo para salvar a los aragoneses y ganarse la continuidad. Sin embargo, el polvorín blanquillo, colista con seis puntos en 13 jornadas, acabó rápido con la etapa del madrileño, que paró su contador en Segunda en los 20 partidos.
Otro equipo en apuros y que activó el botón del pánico es el Mirandés, quien destituyó hace diez días a Fran Justo, un técnico que llegó este verano y que apenas sumaba siete partidos en Segunda con el Lugo en la campaña 2022-2023. El entrenador ourensano no arrancó mal su etapa en Miranda de Ebro, pero Justo nunca dio con la tecla y no consiguió activar a un equipo que venía de quedarse a un paso de Primera.
Su malísima racha en Mendizorroza, la actual casa del Mirandés, y la fragilidad defensiva del conjunto jabato sentenciaron a un Fran Justo que pecó de inexperiencia en la categoría. Para remediar la temporada llega Jesús Galván del Sevilla Atlético, que debutará en la Liga de plata ante el Burgos.
Al otro lado de la moneda se encuentran tres noveles en LaLiga Hypermotion: Guillermo Almada, José Juan Romero e Ibai Gómez. Los tres entrenadores tienen a sus clubes en la zona tranquila de la tabla y han sabido dar la tecla con sus vestuarios para dominar la ferocidad de la Segunda División española.
Romero es un veterano de los banquillos, pero vive su primera experiencia en la categoría de plata, que no en el Ceuta, a quien ascendió de Tercera a Segunda RFEF y de Primera RFEF a Segunda. El caso de Almada es distinto. Se estrena en España, pero después de una carrera de éxitos en Ecuador y México, donde llevó a Pachuca a la final de la Intercontinental contra el Real Madrid.
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Ibai Gómez es la sorpresa positiva de la temporada en los banquillos. El vasco arribó a Andorra procedente del Arenas de Getxo de Segunda RFEF, y lejos de sufrir el vértigo de tal ascenso fraguó desde el comienzo un equipo competitivo que coqueteó en el inicio con los puestos de playoff, aunque atraviesa una mala racha de seis partidos sin ganar que ha empañado su gran inicio y su adaptación a LaLiga Hypermotion.
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