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LEGANÉS

La revolución mental del Leganés

Idiakez y los jugadores admiten que el éxito de la última racha nace de un cambio de mentalidad. De saber sufrir y pensar primero en competir y luego en jugar.

12/10/22 PARTIDO ENTRE EL CLUB DEPORTIVO LEGANES Y EL MALAGA CELEBRADO EN EL ESTADIO MUNICIPAL BUTARQUE
Juan AguadoDIARIO AS

El Leganés ha aparcado la pizarra y abrazado un diván hormigonado como punto de partida con el que hacer palanca a su resurgir inesperado. Cuando más arreciaba la tormenta y los malos resultados mutaban en nubarrones sobre la cabeza de Idiakez, el técnico guipuzcoano dejó a un lado la táctica para centrarse en hallar la recuperación anímica de los suyos y convertirse en un bloque más competitivo. Que mordiera más que jugara. Terapia de choque con resultados inmediatos.

Los dos triunfos consecutivos que ha engarzado el equipo blanquiazul ante Cartagena (1-2) y Málaga (1-0) en apenas cuatro días le ha permitido sumar más puntos (seis) que los acumulados en las ocho jornadas precedentes (cuatro) y, de paso, llenar el depósito de la confianza con ánimos para la arrancada definitiva, ésa que es más cosa de moral y mentalidad, que de juego y fútbol brillante.

Cambio y éxito

A Idiakez no le importa. Es uno de los pasos que ha dado al frente para, tras el mal comienzo, mutar su forma de ver al equipo. A sus jugadores. El estilo. “Al final hace 10 días [tras la derrota ante el Albacete] lo dije aquí. Que me había llevado una lección. Que llevábamos ocho jornadas a jugar abiertos. Nos penalizaba todo. Hemos hecho algunas modificaciones y eso nos ayuda. La A en Segunda División es competir. El juego me preocupa menos. La cosa es competir. Que seamos difíciles de jugar”, confesó el guipuzcoano apelando a mensajes no tan pretéritos al sur de la capital. El ascenso a Primera se basó, por ejemplo, en una idea muy parecido.

Hace no mucho tiempo, cuestionado por si lo importante era ganar, aunque tuviera que aparcar su idea de juego, Idiakez respondió diferente, con un rotundo “nosotros vamos a intentar jugar a lo que queremos. (…) El ‘cómo sea’ es para la gente que no está en un equipo profesional”. Pero cuenta Imanol que ha aprendido. Ha cambiado. “Yo también estoy tratando de crecer día a día. Tratas de aprender de otros, de tu equipo, tratando de hacerlo lo mejor posible”, añadía con gesto humilde tras tumbar a un Málaga frente al que la cabeza de sus jugadores fue clave.

Cissé, en el duelo ante el Málaga, presionado por dos rivales.
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Cissé, en el duelo ante el Málaga, presionado por dos rivales.Juan AguadoDIARIO AS

Aprender a sufrir

“Los últimos 15 minutos nos ha pesado. Cuando el rival está en buen momento, hay que saber que no estás bien. Que hay que pasar ese rato juntos. No encajar. Que vendrán tiempos mejores”, admitía Sergio González, uno de los cinco capitanes y también uno de los botones que ha pulsado Idiakez para reconducir la nave. Central sereno, su forma sosegada de entender el fútbol ha sido palanca en el cambio de mentalidad y mejora competitiva.

“Lo hemos hablado en el campo en el campo. ‘Oye, que no estamos bien. No pasa nada… quedan 15 minutos, vamos a aguantar, a no encajar, que vendrán tiempos mejores. Y así ha sido. En el descanso el míster ha corregido varios movimientos y en la segunda parte hemos salido con otra cara”, insistía Sergio en una reflexión que se puede condensar en un concepto sencillo: saber sufrir.

Omeruo se abraza con Asier Riesgo en presencia de Sergio González.
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Omeruo se abraza con Asier Riesgo en presencia de Sergio González. Juan AguadoDIARIO AS

“Al final ha habido momentos de la temporada en los que, cuando el rival nos dominaba, nos desesperábamos, no sufríamos. Fuimos al Huesca y allí no pasaba nada pese a que ellos no pasaron del medio campo. Viene el Málaga que es equipazo, y es normal que no la veas durante un buen rato. Hay que pasar esos ratos sin que pase nada”, añadía Idiakez.

Reforzado por los resultados y seguro de que esta senda le reportará el crecimiento necesario para acabar aplicando sus ideas de juego junto a esta fórmula competitiva, Idiakez mira al futuro con la solvencia de haber ganado tiempo, pero sin olvidar que los pasos dados sólo sirven para desandar los que no se dieron en un arranque de curso que sigue dejando al Leganés al borde del descenso.