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REAL ZARAGOZA

La renovación que se impone

Sanllehí, Cordero y Escribá ya diseñan el Real Zaragoza 2023-24, con una reconstrucción masiva de la plantilla para pelear por el objetivo irrenunciable del ascenso. Apenas una decena de jugadores tienen ahora mismo garantizada su continuidad.

Zaragoza
Juan Carlos Cordero, junto a Raúl Sanllehí.
Alfonso Reyes

Reconstrucción masiva, renovación completa o revolución controlada. Cualquiera de los tres lemas viene al pelo para calificar lo que se impone en el Real Zaragoza 2023-24, donde el único objetivo, esta vez sí, será pelear por el ascenso directo, un empeño por el que sólo se ha luchado una vez de verdad en estas diez temporadas consecutivas en Segunda y que inesperadamente se llevó por delante el parón por la pandemia del COVID-19. Después de una primera campaña marcada por las apuestas fallidas de Torrecilla, Carcedo y Gueye, el grupo inversor internacional y los dos principales ejecutivos de la sociedad anónima deportiva, el director general Raúl Sanllehí y el director deportivo Juan Carlos Cordero, llevan ya un par de meses manos a la obra diseñando un equipo para regresar a Primera División. Y eso pasa por incrementar el límite salarial, licenciar a más de la mitad de la actual plantilla y firmar a media docena de refuerzos diferenciales en la categoría, además de otros jugadores complementarios.

Pero vayamos por partes. Dentro de la dificultad de la empresa, especialmente si el Espanyol o el Valencia acabaran descendiendo a Segunda, el Zaragoza cuenta con un primer cimiento sólido sobre el que edificar el proyecto, y ese no es otro que Fran Escribá, cuya continuidad nunca ha estado en cuestión. El técnico firmó el pasado 7 de noviembre hasta 2024 y ni Sanllehí ni Cordero lo han tenido que confirmar, ni pública ni privadamente, en el puesto para la próxima temporada. Los tres vienen colaborando estrechamente y los tres coinciden en el diagnóstico y en las necesidades. “No he hablado con nadie sobre mi continuidad. Sí lo hemos hecho, y me hacen partícipe, del futuro de la plantilla. Estoy encantando y no pienso en otra cosa que no sea en seguir aquí”, señaló el entrenador hace dos semanas. Este sábado todavía fue más lejos: “He tenido ya una reunión muy positiva con el director deportivo para sentar las bases de lo que queremos la próxima temporada”. Así que por ahí tiene el club un importante terreno ganado. Escribá ya lleva medio año en el Real Zaragoza y no hay que explicarle nada, un asunto que no es, precisamente, menor.

El Zaragoza ha tenido esta temporada el noveno límite salarial más alto de la categoría, con algo más de 10 millones de euros, y desde la propiedad y la dirección general se están estudiando fórmulas para aumentar ese límite, ya sea en forma de ampliación de capital, negociación para la compra de deuda con algunos acreedores, nuevos patrocinios o algún traspaso, como el de Bermejo, pese a su reciente renovación hasta 2025. Y de la magnitud de ese aumento del límite salarial, sujeto a las complejas reglas de LaLiga, dependerán los recursos con los que la entidad saldrá al mercado.

En cualquier caso, el equipo aragonés lleva tres temporadas consecutivas luchando a brazo partido para salvar la categoría y ha llegado la hora de afrontar una renovación completa de la plantilla, una opinión que comparten todos los ‘principales’ de la sociedad anónima deportiva, empezando por Juan Carlos Cordero, que debe afrontar el mayor reto de su carrera profesional, y a la que va ayudar en gran medida la finalización contractual de hasta 13 futbolistas. Este 30 de junio quedan libres Ratón, Rebollo, Vigaray, Larrazábal, Lluís López, Zapater y Vada, además de los cedidos Fuentes, Mollejo, Giuliano, Gueye, Alarcón y Bebé.

Zapater es un caso especial, aunque a punto de cumplir 38 años, todo apunta a que no seguirá. Lluís López, titular en este tercio final del campeonato, tiene alguna opción de que el club ejecute la prórroga de su contrato, pero modificando a la baja sus condiciones salariales, así que su futuro está aún en el aire.

Respecto a los cedidos, Fuentes, Alarcón y Gueye causarán baja con absoluta seguridad, mientras se va a intentar renovar el préstamo de Bebé, después de que el propio extremo caboverdiano avanzara, en una entrevista conjunta en AS y Radio Zaragoza, su intención de continuar en La Romareda: “Me gustaría seguir en el Real Zaragoza, pero no depende sólo de mí. Yo dejo la puerta abierta. Tengo un contrato largo con el Rayo y su presidente me quiere un montón, pero aquí soy feliz”. El Zaragoza también quiere asegurarse un año más el concurso de Giuliano, pero el ‘Cholito’, como desveló este periódico, está en los planes –y en las negociaciones- del Getafe y el Rayo y su destino se acerca a la Primera División y a su domicilio en Madrid. Más fácil es conseguir un acuerdo con el Atlético de Madrid por Mollejo, aunque no es una prioridad como Bebé o Giuliano.

Por su parte, Quinteros, Manu Molina y Eugeni tienen un año más de contrato con el Zaragoza, pero no entran en los planes de la próxima temporada y se les busca destino, lo mismo que a Sabin Merino (Atlético San Luis de México), James (Wisla Cracovia), Baselga (Calahorra), Carbonell (Teruel) o Ángel López (Calahorra), cinco de los seis futbolistas que el Zaragoza tiene cedidos. El sexto, Marc Aguado, sí va a tener hueco en la plantilla 2023-24, después de ganarse sobradamente su regreso en el Andorra.

En estos momentos, de la actual plantilla sólo tienen garantizada su continuidad nueve jugadores. A saber: Cristian Álvarez, Luna, Francés, Jair, Nieto, Francho, Jaume, Puche e Iván Azón, además del juvenil Pau Sans, si bien a Bermejo no se le malvendería en ningún caso y Fran Gámez, con un año más de contrato, sólo saldrá en el caso de que se pueda contratar a un lateral derecho de mayor nivel.

De esta forma, Cordero, que tiene ya una lista de candidatos para todas las demarcaciones, saldrá al mercado a por un portero que le compita el puesto a Cristian Álvarez, uno o dos centrales, un lateral derecho y otro izquierdo, un centrocampista, dos extremos, un media punta y dos delanteros. El mayor esfuerzo inversor se destinará, lógicamente, a los atacantes y se aprovechará otra vez la estrecha relación con el Atlético de Madrid para conseguir cesiones de jóvenes promesas.

En el Zaragoza se impone una renovación completa y Sanllehí, Cordero y Escribá ya la han iniciado con discreción.