La primera final, en septiembre
El Granada viaja este fin de semana a Elche con la amenaza de la primera crisis de la temporada. Los de Guille Abascal han desaprovechado tres partidos en casa (sólo un punto) en las cuatro primeras jornadas.
La temporada no ha hecho más que empezar y la clasificación todavía está muy comprimida. El Granada arrancó el curso como uno de los rivales a batir en LaLiga Hypermotion por su condición de recién descendido y su comienzo no ha podido ser más titubeante. El calendario le deparó la ventaja inicial de disputar tres de los cuatro primeros partidos en casa. Y lejos de ser una ventaja, se ha convertido en una rémora porque el equipo no ha arrancado y ha generado multitud de dudas. Sus derrotas ante Albacete (1-2) y Huesca (1-3) y su empate ante el Deportivo (1-1) provocaron los primeros pitos de Los Cármenes a la plantilla y al cuerpo técnico.
Queda toda la temporada y los rojiblancos fueron capaces de ganar en Ferrol (0-1), pero los primeros síntomas no han sido positivos. Guille Abascal no ha dado aún con la tecla para hacer encajar un proyecto que nace con el único objetivo de regresar a Primera División por la vía rápida. El técnico ha introducido multitud de cambios en los primeros cuatro partidos (hasta 19 futbolistas han sido titulares en algún partido). La inestabilidad está también presente en la portería y ante el Deportivo también apostó por un cambio de sistema. Nuevamente sin éxito.
Los resultados no llegan. El entorno empieza a ponerse nervioso y urge una reacción para no alimentar un clima de dudas y críticas alrededor del equipo y, por supuesto, en torno a la figura del técnico. “Los balances se hacen en junio, no en septiembre. A nivel de resultados no es el comienzo de temporada que queríamos, hay cosas que mejorar, trabajamos para ello y creo que lo vamos a lograr. Faltan 38 jornadas, es temprano para hacer balance”, apuntaba el director deportivo, Matteo Tognozzi, durante la presentación de Diego Mariño.
En sólo cuatro jornadas, el Granada ya se ve a tres puntos de la zona de playoff y a cinco de los puestos de ascenso directo. Está todo por decidir, pero si Guille Abascal y sus futbolistas quieren aplacar la preocupación que han despertado en este primer tramo de Liga, deben dar un golpe en la mesa este domingo en Elche. Hablar de final puede parecer exagerado después de cuatro partidos y con un mes de competición, pero está claro que si el cuadro nazarí no reacciona rápido, el futuro a corto plazo de su técnico puede verse en entredicho, así como la confianza de la grada, que ya ha hecho patente su malestar con lo que ha visto hasta ahora.
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