La planificación deportiva del Racing de Ferrol, en la diana
Más allá de las decisiones de Cristóbal Parralo desde el banquillo, la confección de plantilla está en el punto de mira. Diez continuidades y quince fichajes que no engranan después de tres meses de competición.
El Racing de Ferrol deambula sin rumbo por Segunda División. Tras quince años de ausencia en la categoría de plata, el club verde retornó el ejercicio pasado pisando con fuerza para pelear hasta la recta final por el playoff, pero poco o nada se puede reconocer actualmente de un equipo que da palos de ciego, sin encontrar un camino por el que poder sumar puntos. Es evidente que toda renovación necesita un tiempo, pero más allá de ir avanzando con el paso de las jornadas, el Racing de Ferrol presenta síntomas preocupantes a un mes de alcanzar el ecuador de la competición.
Tan sólo cuatro jugadores han rendido de forma aceptable en los 14 partidos que ha disputado el equipo hasta la fecha. En la portería, Jesús Ruiz con más aciertos que errores cumple con su cometido, en defensa la dupla formada por Naldo y Aleksa Puric mejoran con creces la media de rendimiento de la plantilla y arriba Eneko Jauregi, con seis goles es el principal sustento ofensivo de un ataque prácticamente invisible. Los 21 futbolistas restantes, entre repetidas lesiones, actuaciones irregulares y muy poco fútbol que llevarse a la boca, dejan múltiples evidencias de que lo que están ofreciendo no lleva a otra salida que no sea el descenso de categoría.
Ante la evidente pérdida de calidad con la marcha de Jon García, Jesús Bernal, Iker Losada o el propio Heber, los que han cogido el relevo no están siendo capaces con sus armas sean mejores o peores, cumplir con el nivel mínimo exigido en la categoría. Más allá del grado de rendimiento ofrecido por cada jugador sea mayor o menor, en los últimos tiempos futbolistas y el propio Cristóbal Parralo han repetido términos en rueda de prensa como ‘mayor intensidad’ o ‘falta de contundencia’, palabras que denotan evidencias de que hay diferentes aspectos más allá del catálogo de sistemas o propuestas de juego, que no funcionan en el seno del vestuario del Racing de Ferrol.
Las coyunturas de la plantilla no engranan sobre todo en la fabricación de fútbol. En el medio del campo no existe una figura que pueda hacer de nexo de forma acertada con el ataque. En las bandas, caracterizadas por ser la principal amenaza del Racing de Ferrol en los últimos años, no aparecen soluciones que puedan nutrir a los hombres más adelantados de balones francos para poder marcar. El resultado es ser el peor equipo de LaLiga de cara a puerta con tan sólo nueve goles en catorce partidos. Es evidente que las decisiones desde el banquillo no son acertadas cuando no llegan los resultados, pero mirando más allá, la planificación de la plantilla no concuerda, con descompensaciones evidentes en los perfiles de jugadores elegidos, que no consiguen presentar una coyuntura lo más parecida a un equipo cuando se han cumplido tres meses desde el pistoletazo de salida a la competición.
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